Con la llegada del verano y el calor es fundamental estar bien hidratados, principal motivo por el que en todo viaje llevar agua en el coche es imprescindible. Y aunque este es un gesto de lo más normal en estas fechas conlleva serios peligros que a simple vista pasamos por alto.
Según asegura el medio ‘Centímetro Cúbicos’ una botella “puede convertirse en un proyectil o en un obstáculo para nuestra conducción”, en caso de frenado sino está bien colocada en un posavasos. Además, que la botella no esté sujeta puede implicar que en caso de movimientos de curvas se nos caiga al suelo, impactando contra los pedales del vehículo (embrague, freno y acelerador) haciendo que tengamos un accidente.
Esto haría que el conductor se distrajera, poniendo en peligro el control del vehículo y la seguridad del resto. Una acción que podría suponer una multa de 80 euros.
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