La enfermedad del alzhéimer es una de las enfermedades más complejas que puede afectar a nuestro organismo y, en concreto, a nuestro cerebro. Según una investigación llevada a cabo por el Consejo Superior de Investigación Científica (CSIC), existe una proteína llamada LRP3 que controla los niveles de beta-amiloide y que tiende a acumularse formando placas en el cerebro de las personas con alzhéimer. Al parecer, la reducción de estas placas logra mejoras en los síntomas de la enfermedad, con lo que la actuación sobre esta proteína podría convertirse en una importante línea terapéutica.
Esta proteína, de la que se ha oído hablar poco, al igual que ha pasado con sus funciones, tiene unos niveles muy reducidos en las personas con alzhéimer. La proteína LRP3 es un receptor capaz de unir una proteína llamada apoE, que tiene tres formas, apoE2, apoE3 y apoE4. Cada persona, tiene únicamente una de ellas. Mientras que la primera se relaciona con un riesgo reducido de padecer alzhéimer, la tercera parece que lo incrementa. Al mismo tiempo, la LRP3 parece influir en los niveles de APP, que es otra proteína precursora del beta-amiloide.
En principio, esta proteína tiene un efecto neuroprotector, controlando los niveles de APP y, por tanto, la formación de beta-amiloide. Por ello, sería terapéutica para la enfermedad de alzhéimer.
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