La euforia que puede terminar en urgencias: la cara B del óxido nitroso
El neumólogo Miguel Ángel Hernández Mezquita analiza los efectos y riesgos del óxido nitroso en contextos no médicos
Cada vez es más común ver globos tirados por el suelo en fiestas o conciertos. No son decoración y es que, muchos jóvenes los usan para inhalar óxido nitroso, un gas que también se conoce como “gas de la risa”. Aunque en medicina se utiliza de forma controlada para aliviar el dolor o relajar al paciente, fuera de este entorno su consumo puede ser peligroso. Este gas inahalado al principio provoca una sensación rápida de euforia, pero también puede causar mareos, alucinaciones, desmayos e incluso problemas más graves si se abusa de él o se mezcla con otras sustancias como el alcohol.
¿Por qué se ha puesto de moda? ¿Qué le pasa al cuerpo cuando se inhala este gas? ¿Puede dejar secuelas? ¿Qué pasa si alguien termina en urgencias por culpa de este consumo? A todas estas y otras cuestiones, responde el doctor Miguel Ángel Hernández Mezquita, neumólogo del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, quien nos ayuda a entender los riesgos reales del óxido nitroso y por qué no es tan inofensivo como muchos creen.
¿Qué efectos inmediatos tiene el óxido nitroso?
El óxido nitroso, aunque es un gas utilizado en medicina para sedación y analgesia, ha comenzado a usarse cada vez más con fines recreativos.
Sobre sus efectos inmediatos, el doctor Miguel Ángel Hernández Mezquita, neumólogo del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, explica que fuera del entorno médico, “este gas se emplea como droga de uso lúdico por su capacidad para generar, a bajas dosis, una sensación momentánea de euforia en quien lo consume”.
El especialista señala que en algunos ambientes se ha puesto de moda comprar sprays de nata o botes de gas con este fin. “Algunos lo inhalan directamente del dispositivo, mientras que otros prefieren llenar globos para facilitar el consumo”, indica el doctor.
¿Cómo reacciona el cuerpo cuando se inhala óxido nitroso a través de un globo? ¿Qué riesgos conlleva esta forma de inhalación?
Hernández Mezquita, neumólogo del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, advierte que si se supera cierto umbral —que varía según la persona— pueden aparecer efectos adversos como mareos, risas incontroladas, alucinaciones, desorientación temporal y espacial, reducción de la sensibilidad al dolor y pérdida de memoria.
“El consumidor también puede experimentar entumecimiento del cuerpo, sensación de flotación, percepciones distorsionadas, dificultad para hablar y, en algunos casos, descoordinación motora, visión borrosa, confusión, debilidad o incluso espasmos musculares”, señala el especialista. Estos síntomas suelen agravarse cuando la inhalación se realiza de forma rápida o continuada.
“Todo esto puede provocar accidentes, ya que el usuario puede desorientarse, caerse o incluso hacerse heridas sin notarlo, debido al efecto anestésico del gas”, explica Mezquita. Asimismo, en los casos más graves —aunque poco frecuentes— el consumo excesivo puede desencadenar complicaciones como hipotensión, hipoxia (falta de oxígeno en el cuerpo), infartos de miocardio o incluso muerte súbita.
¿Puede el óxido nitroso causar daño pulmonar?
Una de las dudas más frecuentes sobre el consumo de óxido nitroso es si este gas puede afectar directamente a los pulmones. Sin embargo, a día de hoy, no existen estudios concluyentes que permitan afirmar que provoque daño pulmonar directo.
El doctor Miguel Ángel Hernández Mezquita, aclara que el riesgo real del óxido nitroso no reside tanto en el aparato respiratorio como en su impacto a nivel neurológico. “Produce efectos euforizantes y neurosensoriales mediante un mecanismo que aún no se conoce del todo, pero que podría estar relacionado con el bloqueo de los receptores NMDA —receptores de N-metil-D-aspartato—, que se encuentran en la sinapsis neuronal”, esclarece el especialista.
Estos receptores tienen un papel fundamental en funciones como la plasticidad neuronal, el aprendizaje y la memoria. Por ello, el principal foco de preocupación no es el daño pulmonar en sí, sino las posibles consecuencias sobre el sistema nervioso central.
La distribución del gas generalmente es a través del menudeo por pequeños traficantes, lo que facilita su acceso, especialmente entre los jóvenes. Sin embargo, es difícil conocer con exactitud la magnitud del consumo, ya que el óxido nitroso se elimina del cuerpo en cuestión de minutos, volviéndose indetectable en sangre, orina o saliva, lo que complica su seguimiento epidemiológico.
Cómo se atienden las intoxicaciones por gas de la risa
El tratamiento consiste principalmente en la monitorización y mantenimiento de las constantes vitales, como la tensión arterial, que puede requerir el uso de sueroterapia o medicación vasopresora, así como asegurar una adecuada oxigenación hasta que el paciente se estabilice o se resuelva el cuadro. En determinadas situaciones, cuando aparecen alucinaciones o síntomas psiquiátricos, se administran fármacos antipsicóticos para controlar estos efectos.
El riesgo real de combinar óxido nitroso con alcohol o drogas
El neumólogo del Hospital de Salamanca, advierte que uno de los mayores riesgos del consumo recreativo de óxido nitroso aparece cuando se combina con otras sustancias, como el alcohol, cannabis o benzodiacepinas.
“Dependiendo de la droga consumida, pueden verse reforzados los efectos euforizantes o, por el contrario, potenciarse los efectos depresores del sistema nervioso y cardiovascular”, declara el especialista.
Además, Hernández Mezquita recuerda que el óxido nitroso ya provoca por sí solo una disminución temporal en el rendimiento mental, la capacidad audiovisual y la destreza manual. Si a eso se suman otras sustancias depresoras del sistema nervioso, los efectos pueden intensificarse de forma peligrosa.
“Debe advertirse seriamente que juntar alcohol y óxido nitroso puede provocar conductas inapropiadas o hacer a la persona más vulnerable, ya que ambas sustancias desinhiben”, señala el neumólogo.
La percepción de seguridad impulsa el consumo de óxido nitroso
Uno de los factores clave que manifiesta el auge del consumo recreativo de óxido nitroso es la escasa percepción de riesgo, especialmente entre los jóvenes. El doctor Miguel Ángel Hernández Mezquita, es tajante al respecto:
“Evidentemente no hay suficiente conciencia pública. Los jóvenes tienden a minimizar los riesgos del uso de sustancias tóxicas, lo cual es especialmente peligroso porque puede llevar a consumir dosis más altas o a mezclar con otras drogas sin saber las consecuencias.”
Esta falsa sensación de seguridad, sumada al carácter lúdico con el que se asocia el “gas de la risa”, favorece que muchos lo prueben por simple curiosidad, sin conocer sus efectos neurosensoriales ni los riesgos para la salud mental y física. Ante afirmaciones como “no pasa nada, es solo un gas”, Hernández Mezquita insiste en que es vital romper con esa idea errónea.
“Es necesario concienciar a los jóvenes de los riesgos de esta sustancia, sobre la que en general no tienen mucha información. No es un producto inocuo, ya que puede producir efectos neurosensoriales y físicos desagradables”, finaliza el experto.
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