Suministrar una dosis adicional de la vacuna para el COVID-19 es fundamental para hacerle frente a la variante Ómicron. Así mismo lo aseguran los expertos después de que un estudio, publicado en la revista The BMJ, haya revelado que, pese a que la gravedad de los pacientes ingresados sea menor con Ómicron que con Delta, estos siguen corriendo el riesgo de padecer una enfermedad crítica e incluso fallecer. La variante Ómicron, de la cual se empezaron a registrar casos en el mes de noviembre del año pasado, está generando mucha incertidumbre en la población por su alta capacidad de transmisión, ya que, en los últimos meses, ha llegado a convertirse en la cepa dominante en todo el mundo.
Hasta la llegada de Ómicron, las vacunas de ARNm fueron eficaces para prevenir los riesgos hospitalarios por COVID-19. Sin embargo, esta investigación demuestra que, realmente, se necesitan hasta tres dosis para conseguir un nivel de protección similar a la que ofrece la pauta completa con Alfa y Delta. En este estudio, los investigadores han comparado la gravedad clínica asociada a las distintas variantes y a la eficacia de sus diferentes dosis con vacunas de ARNm para prevenir los ingresos.
Una dosis adicional supone pasar del 65% al 85% de protección
La investigación demuestra que suministrar dos vacunas resulta menos eficaz para prevenir el ingreso hospitalario en el caso de contagiarse por Ómicron. Ponerse dos dosis supone tener un 65% de protección, mientras que, llegar a suministrarse tres supone el 85%. También ha demostrado que los pacientes contagiados con la variante Ómicron estaban en riesgo de enfermedad crítica y muerte.
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