La diócesis de Salamanca ha lamentado profundamente el fallecimiento del sacerdote Francisco Carabias Castilla, ocurrido este domingo 9 de febrero a los 95 años de edad. Carabias, un hombre profundamente arraigado a la tierra y comprometido con los más necesitados, dedicó su vida al servicio de la Iglesia y de sus fieles.
Nacido en Alaraz en 1929, Francisco Carabias se sintió desde joven atraído por la vida religiosa y el compromiso social. Su vocación se forjó en los movimientos de la Juventud Obrera Católica (JOC) y la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), donde aprendió los valores de la solidaridad y la justicia.
Ordendado sacerdote en 1968, Carabias desarrolló la mayor parte de su ministerio en la Sierra de Francia, donde fue párroco de varias localidades. Su cercanía a la gente, su amor por el campo y su compromiso social le convirtieron en un referente para sus feligreses.
Un pastor incansable
A lo largo de su vida, Francisco Carabias desempeñó diversas responsabilidades pastorales. Fue capellán del Santuario de Nuestra Señora de Valdejimena, un lugar de gran devoción popular, y también atendió las parroquias de Horcajo Medianero, Chagarcía Medianero y El Tomillar. Además, fue capellán del Convento Madre de Dios en Salamanca.
Incluso después de su jubilación, Carabias siguió sirviendo a la Iglesia, ocupándose del cuidado de la capilla de la Residencia diocesana y de sus ornamentos litúrgicos. Su amor por la naturaleza y la vida sencilla se manifestaba en su pasión por la jardinería, a la que se dedicaba con gran esmero.