Familias salmantinas abren sus puertas a niños saharauis: un verano que cambia vidas y corazones

El programa de acogida de niños saharauis en Salamanca brinda una oportunidad única para vivir la solidaridad y el aprendizaje mutuo

Habi junto a su familia de acogida salmantina
Habi junto a su familia de acogida salmantina

Este verano, Salamanca se suma otro año más a una causa solidaria que ya ha tocado muchas vidas y es la acogida de niños saharauis a través del programa 'Vacaciones en Paz'.

En esta ocasión, conocemos la historia de una familia que, después de varios años meditándolo, decidió acoger a una niña saharaui llamada Habi.

Este será su tercer año como familia de acogida, una experiencia que ha cambiado sus vidas, según aclara Francisco, padre de la familia. “Ellos dan mucho más de lo que nosotros les damos a ellos" añade.

"Era un programa que conocíamos desde hace años, pero no nos habíamos animado hasta que nuestra hija, que ahora tiene nueve años, estaba en una edad en la que podíamos acoger a un niño o niña de una edad similar, para que pudieran jugar y convivir juntos", explica Francisco. Fue entonces cuando su hija tenía seis años y decidieron contactar con AMPUSASA, la asociación de Salamanca encargada de la gestión del programa, y desde entonces, han sido parte activa de estas acogidas.

'Vacaciones en Paz' permite que niños saharauis de entre 8 y 12 años pasen el verano en Salamanca alejados de las duras condiciones del desierto. Habi, la niña que ahora tienen acogida, tiene diez años, un año más que la hija biológica de la familia. "Son niños que vienen de realidades muy distintas y, aunque el contraste con lo que viven aquí es enorme, se adaptan rápidamente, son muy agradecidos y cariñosos", asegura Francisco.

La adaptación al comienzo no fue fácil para Habi. Fran explica que "al principio no sabía ni cómo funcionaba un grifo de agua corriente, algo que para nosotros es lo más normal". También, según específica Francisco llamó mucho la atención de Habi el concepto de piscina. "Cuando la vio por primera vez, se emocionó muchísimo, algo tan sencillo para nosotros es una novedad para ellos", relata la familia.

Estas familias son, sin duda, un rayo de luz para los pequeños que vienen todos los años a Salamanca para vivir experiencias únicas y enriquecedoras, al tiempo que se conciencia a la sociedad salmantina sobre la realidad que viven los niños saharauis. "Son muy generosos, valoran mucho lo que tienen y te enseñan a ver las cosas desde otro punto de vista. Mi hija también aprende mucho de Habi, sobre la importancia de valorar lo que tenemos aquí y aprender a compartir", aclara Francisco.

La familia y la pequeña Habi mantienen el contacto durante el resto del año

Aunque el programa es temporal, la relación no se corta cuando los niños regresan a su hogar en el Sahara. La familia de acogida mantiene un contacto constante con Habi a través de videollamadas. "Nos mantenemos en contacto casi todas las semanas. Ellos están muy agradecidos por todo lo que les damos y nosotros también lo estamos por lo que nos enseñan", añade Francisco.

El futuro de la acogida y el llamamiento a otras familias

Este será el último año de acogida de la pequeña Habi, ya que el programa tiene una duración máxima de cuatro años. Sin embargo, la familia ya tiene claro que seguirán colaborando con la asociación AMPUSASA. "Aunque no sabemos si volveremos a acoger a otro niño, siempre seguiremos siendo socios de la asociación y apoyando esta causa", manifiesta Francisco.

A la hora de animar a otras familias a unirse al programa, el padre no duda en compartir su vivencia: "Es una experiencia muy enriquecedora. Ellos dan mucho más de lo que nosotros les damos. Son muy cariñosos y respetuosos, y lo que aprendes de ellos es impresionante. Al final, te das cuenta de lo afortunados que somos y lo mucho que tenemos. Y para nuestros hijos es una lección de vida, de compartir y valorar".

La acogida de estos niños saharauis no solo beneficia a los menores que llegan a Salamanca, sino también a las familias que les abren las puertas de sus hogares. "Sabemos que los padres de Habi están muy agradecidos. Es difícil para ellos dejar a sus hijos, pero saben que estarán bien cuidados. Y nosotros también aprendemos mucho de ellos, de su generosidad y de su capacidad para valorar lo que tienen", finaliza Francisco.

Recuperar la solidaridad de los salmantinos es el objetivo de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Salamanca.

Tal y como explica Ángeles Giménez, presidenta de AMPUSASA, el baremo que se usa para la elección de los niños saharauis vengan a España es por las notas.

El plazo para presentar la solicitud de acogida se ha ampliado hasta el 10 de abril, lo que ofrece más tiempo a las familias interesadas para unirse a esta causa. Los interesados pueden encontrar toda la información necesaria y los detalles sobre el proceso de acogida en la página web de la asociación.

Ángeles Giménez, explica que el requisito más importante para ser familia de acogida es que se puedan hacer cargo del niño ya que “vienen con lo puesto” y después pasar una entrevista que realizan en la propia asociación para ver si cumplen con el perfil.

El objetivo de este 2025 es conseguir diez familias de acogida, ya que, en la pasada edición quince niños llegaron a la ciudad. Estos 10 se quedarían con las familias que repiten de otros años y los otros cinco restantes con las nuevas.

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