El farmacéutico: clave en los programas de prevención y vigilancia de enfermedades como el Virus del Nilo

El 22 de febrero se celebra el Día Mundial de la Encefalitis

Archivo. Un farmacéutico consulta la receta de un paciente en una farmacia
Archivo. Un farmacéutico consulta la receta de un paciente en una farmacia

En las últimas tres décadas, los casos de encefalitis han aumentado un 12,5 %. Para concienciar sobre estas enfermedades, desde 2013 se celebra el 22 de febrero el Día Mundial de la Encefalitis.  

En esta fecha, la Organización Farmacéutica Colegial publica un “Punto Farmacológico”, que analiza  la epidemiología, etiología y síntomas de la encefalitis, con énfasis en las de origen viral, especialmente las causadas por el Virus del Nilo Occidental (VNO). 

La mayoría de las infecciones por VNO son asintomáticas, pero entre el 20 % y 40 % presentan  síntomas clínicos. Menos del 1 % desarrollan enfermedad neuroinvasiva, que puede manifestarse  como meningitis (35-40 %), encefalitis (55-60 %) o parálisis flácida aguda (5-10 %). Las meningitis por  VNO presentan síntomas similares a otras meningitis virales, como fiebre, cefalea, rigidez de nuca y  fotofobia. En el caso de las encefalitis, los síntomas pueden ir desde confusión leve hasta  encefalopatía grave, coma y muerte, afectando principalmente a mayores de 55 años e  inmunodeprimidos. Aproximadamente el 10 % de los casos neurológicos pueden ser mortales, y entre  el 30 % y 60 % de los sobrevivientes sufren secuelas a largo plazo. 

En España, la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) cuenta con un protocolo para la fiebre del Nilo Occidental, enfermedad de declaración obligatoria. En 2024, se notificaron 158 casos  autóctonos, y el 84,4 % de los afectados presentaron enfermedad neuroinvasiva, con una tasa de  letalidad del 13 %. 

Actualmente, no existe tratamiento antiviral específico ni vacuna contra el VNO. El abordaje es  sintomático y de soporte, mientras se investigan tratamientos experimentales como interferón α-2b,  ribavirina, plasma hiperinmune, inmunoglobulinas, anticuerpos monoclonales y corticoides, aunque  su eficacia sigue siendo incierta. Ante esta falta de opciones terapéuticas, se enfatiza la prevención y la vigilancia epidemiológica.

El farmacéutico desempeña un papel clave en la educación sanitaria y en los programas de control  epidemiológico y de zoonosis. Desde las farmacias comunitarias, pueden informar a la población, -especialmente a los grupos de riesgo-, sobre medidas preventivas, como el uso de mosquiteras, ropa  de manga larga y repelentes. En el ámbito hospitalario, los farmacéuticos contribuyen a mejorar la  efectividad y seguridad del tratamiento en pacientes graves, participan en investigaciones y apoyan  la labor de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Su trabajo es esencial para mitigar el impacto  de la fiebre del Nilo Occidental y otras encefalitis. 

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