19:30 horas. Es el momento en el que está previsto quecomience la gala de entrega del II Premio Escuela de Salamanca al periodista FedericoJiménez Losantos, que unos minutos antes reposa en la biblioteca del Casino deSalamanca y que a las 19:28 horas entra en el salón principal entre losaplausos de los asistentes, que se ponen en pie.
Faltan huecos por completar, por lo que se espera unos segundosa que termine de asentarse todo el público que espera en una larga cola en lacalle.
Todos no van a tener asiento, por lo que se opta por abrirla primera planta del edificio, donde un grupo cuelga una bandera de España.
Resulta evidente que el comunicador tiene admiradores. Inclusoel alcalde de Salamanca, Carlos García Carbayo, asiste a un acto organizado porEl Club de los Viernes (asociación de pensamiento político liberal) y que SALAMANCA24HORAS contaba en primicia en abril.
Aunque los seguidores del presentador de ‘Es la mañana deFederico’ (Es Radio) continúanentrando a la sala (algunos incluso lo hacen 30 minutos después a pesar de quefuera cuelga un cartel que indica ‘Agotadas todas las invitaciones’), AlbertoEstella, presidente del Casino de Salamanca, toma la palabra a las 19:32 horaspara hablar de la Escuela de Salamanca y pedir a los salmantinos que conozcanmás sobre ella: “Hay gente a la que le hablas de Azpilicueta y entiende que terefieres a un antiguo defensa de Osasuna”.
Más tarde, el homenajeado hará referencia a ello diciendoque el filósofo Aristóteles no fue futbolista, pero Sócrates sí tuvo un tocayo en el balompié. Lo hará después de que Javier Jové, fundador de ElClub de los Viernes, aluda a que los conceptos morales de libertad y propiedadsurgían en la Escuela de Salamanca hace más de 500 años y de que bromee con elhecho de que Jiménez Losantos se lleva este certamen gracias a una votacióntelemática, “al estilo de la que hace Podemos con sus bases”.
Jové considera que el galardonado “se ha ganado la simpatíay la admiración de los españoles con un programa radiofónico que es una vacunamatutina que inmuniza contra los grandes oligopolios de la comunicación” yrecuerda que Federico “abrazó al comunismo y estuvo dos años en el ladooscuro”.
Pero en esta peculiar ‘Guerra de las Galaxias’ elprotagonista es un Federico Jiménez Losantos que, cuando restan 120 segundospara que sean las 8 de la tarde, se levanta de su silla, como el auditorio,para recoger un pequeño púlpito de piedra que se asemeja al usado por Fray Luisde León para impartir sus clases en la Universidad de Salamanca. Ese es el trofeoque se lleva. Ese es el II Premio Escuela de Salamanca, con el que toma eltestigo de Jesús Huerta de Soto.
Concluidas las ovaciones, el premiado coge el micrófono y sesiente como cuando realiza un programa, con la diferencia de que, esta vez, suvoz no se emite por un transistor. Aun así, tiene que cuidarla, por lo que tomaun vaso. “Tengo muchos acontecimientos estos días y encima hay Elecciones Generalesel domingo y toca hacer programas especiales. Tengo que beber agua para noquedarme mudo, lo que sería satisfactorio para algunos”, argumenta.
Resulta curioso que se vendan libros suyos y él no venga aSalamanca a hablar de ninguno de ellos, sino de los escritos por Fray Luis deLeón o Juan de Mariana, lo que le sirve para hilar tiempos pasados con laactualidad: “Hay que coger a los maestros, leerlos y comentarlos. Salamanca essímbolo del Siglo de Oro español. La economía moderna se inicia aquí con elpensamiento católico, que reflexiona sobre el mercado, la libertad y lapropiedad. El socialismo es un invento maligno reciente que no está en laHistoria de España. Las Cortes, aunque sean corruptas, legitiman a la Corona.Nada es gratis; todo hay que pagarlo. El valor material y el valor legal de lamoneda han de estar próximos”.
Jiménez Losantos concluye su discurso, por él llamado ‘Lecciónmagistral’, tras una intervención cercana a los tres cuartos de hora. Susacérrimos y algún detractor presente en el evento por curiosidad vuelven a darpalmas. Está fuera de un estudio radiofónico, pero esta ‘Es la noche deFederico’.