Los fisioterapeutas de Castilla y León advierten del peligro de ponerse en manos de masajistas, quiromasajistas o curanderos para tratamientos de dolencias

Aseguran que es un grave riesgo no ser tratado por profesionales sanitarios

 Fisioterapia satse
Fisioterapia satse

Con motivo de esta desescalada y del inicio de la actividad en centros sanitarios, previa cita, el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Castilla y León (CPFCyL) advierte sobre el grave riesgo que podría suponer para la salud, ponerse en manos de personas sin ningún tipo de formación sanitaria para ser tratados de cualquier dolencia.

Según manifiesta el coordinador de Intrusismo del CPFCyL, Enrique García: “Ahora, más que nunca, es cuando se ve la diferencia entre los profesionales con formación sanitaria y la gente que pretende tratar nuestras lesiones y dolencias tras haber realizado un cursillo. En esos cursos no se imparte ni un solo minuto de formación en Salud Pública ni en medidas de protección, por lo que rogamos a los ciudadanos que extremen las precauciones cuando vayan a ser tratados”.

Masajistas, quiromasajistas, curanderos, osteópatas, reflexoterapeutas o acupuntores, entre otros, hasta ahora se permitían el lujo de, pese a tenerlo prohibido por la normativa sanitaria, realizar tratamientos de lesiones. A esto hay que sumar la obligación actual de extremar las medidas sanitarias al acudir a cualquiera de estos lugares que, a diferencia de los centros sanitarios, en los que el profesional colegiado cuenta con un registro de autorización sanitaria por parte de la Junta de Castilla y León, carecen de la supervisión y control de las autoridades sanitarias, dado que, aunque actúan como centros sanitarios, no lo son.

A raíz de esta pandemia, la puesta en valor de los sanitarios se ha visto reforzada entre pacientes y ciudadanía en general tras ser aún más conscientes del trabajo que realizan y las medidas de protección utilizadas para evitar la propagación de los contagios y garantizar la seguridad de los usuarios.

Los puntos a tener en cuenta para poder diferenciar a los posibles intrusos de un profesional sanitario:

1º.- Carecen, en la rotulación de sus centros o publicidad, del número de registro sanitario o del número de colegiación. Por eso es imprescindible que el usuario/paciente lo solicite.

2º.- Evitan a toda costa usar terminología sanitaria como la palabra fisioterapia o fisioterapeuta, terapéutico, descontracturante, etc. Recurren a términos como “masaje, quiromasaje, osteopatía, centro de bienestar, acupuntura, reflexoterapia, terapias naturales, etc.

3º.- Suelen hacer referencia y presumir de una innumerable cantidad de títulos que, en su gran mayoría, carecen de oficialidad y corresponden a academias de masajes o estudios parasanitarios que no habilitan para tratar lesiones o dolencias.

4º.- Desconfíe de aquellos lugares cuyas medidas higiénicas y medidas de protección, tanto de quien realiza el trabajo como hacia los pacientes, no sean las indicadas. En la consulta de un profesional sanitario colegiado y con su correspondiente registro sanitario, encontrará estas medidas a través de carteles oficiales de los organismos que regulan a las profesiones sanitarias.

5º.- Si solicita factura compruebe que no se le aplique el IVA. Las profesiones sanitarias están exentas de dicho impuesto, por lo que una forma sencilla de comprobar si quien nos trata es o no sanitario, es mirar la factura. Si le han cargado el IVA denúncielo ante las autoridades.

Son momentos de extremar las precauciones por el bien de todos, ya que al riesgo que supone una pandemia como el Coronavirus SARS COVID-19, debemos extremar las precauciones ante quienes actúan como sanitarios, sin serlo.

Por eso, desde el CPFCyL, animan a la población a que, ante un caso de posible intrusismo, además de poner la reclamación correspondiente en el establecimiento, lo comunique a las autoridades o nos lo haga llegar al Colegio. La colaboración ciudadana es clave en la lucha contra el intrusismo.

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