El freno de las relaciones sexuales y la falta de deseo tiene un culpable muy claro que dispara las consultas de sexología

La escasa frecuencia de relaciones sexuales y la falta de deseo sexual vienen motivados por la falta de tiempo. Esto implica que aumenten las consultas de sexología

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Pareja. FOTO INFOSALUS
Pareja. FOTO INFOSALUS

La generación millennial, en la que se encuentran los nacidos entre 1980 y 1990, son los que más acuden a las consultas de sexología, preocupados por la escasa frecuencia de relaciones sexuales y la falta de deseo sexual. Este ha sido uno de los temas centrales de la mesa debate ‘Millennials  y Maduros: La sexualidad natural’, liderada por el laboratorio farmacéutico centrado en la salud de la mujer Procare Health, en el marco del XV Congreso de la Federación Española de Sociedades de Sexología (FESS), que ha reunido a más de 170 expertos en sexología y ginecología este fin de semana en Jerez.

 “Existen una serie de mitos acerca cómo se vive la sexualidad en cada etapa vital. Así, se piensa que en la infancia y a partir de la edad madura no existe, que en la adolescencia es explosiva y que la de la juventud y adultez es la etapa de la plenitud sexual”, comenta la doctora Francisca Molero, sexóloga y ginecóloga presidenta de la FESS, que ha presidido la mesa debate.

Sin embargo, matiza, “la generación millennial es una de las que más condicionantes enfrenta en la calidad de la sexualidad. De hecho, diversos estudios confirman como en esta generación se practica menos sexo que en la anterior, la generación X, con una mayor insatisfacción sexual, siendo más pronunciada en las mujeres”.

Falta de tiempo, el mayor freno a la actividad sexual

Las mujeres millennials, al igual que sucede con los hombres, se plantean una serie de retos que van a condicionar su sexualidad: el desarrollo profesional, la vida en pareja, las tareas de la casa y la posibilidad de tener hijos. “Todo ello hace que el espacio individual de cada uno y el de pareja se vea muy reducido, la sexualidad queda en un segundo plano y hay menos deseo sexual, no hay tiempo para eso, es en lo que todos coinciden. Además, todo esto se ha acentuado durante la pandemia”, afirma la doctora Molero. Según una revisión de estudios publicada este año en Current Sexual Health Reports durante la pandemia se ha manifestado un deterioro de la función sexual de las mujeres en todos los países, una menor frecuencia de relaciones sexuales, así como una disminución en la satisfacción sexual y en la relación.

Otras etapas de la vida de la mujer que pueden condicionar su sexualidad son el postparto y la menopausia. En el postparto se producen una serie de alteraciones hormonales, unida a las posibles consecuencias del parto como la sequedad vaginal o el dolor por la episiotomía, además del apego del recién nacido, los cambios en la vida de pareja y el cansancio. “Inevitablemente, todo ello conduce a una falta de deseo sexual que es más fisiológico que emocional por lo que puede ser más fácil de sobrellevar”, argumenta.

Por otro lado, la menopausia también es una etapa clave en la sexualidad de la mujer. Se produce una crisis evolutiva y un déficit hormonal que van a acompañarse de una serie de cambios fisiológicos y psicológicos que hacen que no tenga ánimos y ganas para las relaciones sexuales. “Aquí no debemos olvidar que los hombres también pueden experimentar esa crisis de evolución, que además no tienen tanta información y que van a necesitar tiempo para aceptar los cambios de su cuerpo, lo que también afectará a su deseo sexual”,  advierte la doctora Molero.

Tratamiento de la falta de deseo sexual

Según los expertos reunidos en el Congreso de la FESS, lo más importante a tener en cuenta ante la falta de deseo sexual es tener la convicción de que existe tratamiento y solución, por lo que es clave tomar conciencia cuanto antes para no alargar el problema.

 “Muchos tardan años en dar el paso de consultar porque piensan que es un problema suyo que tienen que arreglar ellos solos”, explica la doctora Molero.

Uno de los aspectos a abordar en la consulta de sexología es la modificación de hábitos en el estilo de vida, los que tienen que ver con el sueño, la alimentación, el estrés, etc.

Existen tratamientos naturales, complementarios a la terapia en consulta, que pueden ayudarnos a revitalizar el deseo sexual, es el caso de Libicare®, cuyos componentes, la damiana, la trigonella y el tribulus, tienen una acción directa sobre el deseo sexual comprobada en estudios científicos”, indica la doctora Molero,  y matiza “además, para la menopausia existe la versión Libicare® Meno, que permite un tratamiento dual, por un lado, mejora la función del deseo y, por otro, contrarresta los síntomas asociados a la menopausia, como los sofocos y el insomnio, además de prevenir la osteoporosis y mejorar el metabolismo ayudando a controlar el aumento del perímetro abdominal”.

En líneas generales, los principales consejos para mejorar la sexualidad en las distintas etapas de la mujer implican la búsqueda de espacios para la pareja, la mejora del tiempo de interacción emocional, compartir tiempo de ocio o incluso salir a pasear, agendar citas para encontrarse eróticamente e impulsar la comunicación erótica a través de masajes sensoriales, juegos, etc. Pero, si esto no resulta suficiente es importante ponerse en manos del especialista para tratarlo.

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