La Semana Santa llega a su fin y la tradición salmantina tiene pautada una de las procesiones más y menos esperadas, el encuentro entre los pasos de Jesús Resucitado y la Virgen de la Alegría. Como es lógico, la expectación por esta procesión es muy grande por el significado que conlleva, el encuentro de la madre con su hijo, pero el nunca esperado momento para muchos fieles, también la hace protagonista, indicando el fin de estos días.
La previsión de lluvia hacía prever lo que todos temían, y es que la hora del encuentro entre ambos pasos, bajo la atenta mirada de Las Tres Marías ante el Sepulcro Vacío y el Ángel Anunciador, no se ha podido dar durante este año 2024, algo lógico de cara a preservar las imágenes para años venideros, tratándose de obras de arte que datan de siglos atrás.
Las lágrimas de los hermanos se entremezclaban con la lluvia que ha impedido que salga la procesión, pero las ganas de que llegue la Semana Santa de 2025 hará que las fuerzas y los pasos el año que viene, si el tiempo respeta, se reencuentren en un eterno día que olvidará este domingo, 31 de marzo.
Esta marcha, que tenía prevista su salida desde el paseo de las Úrsulas y la calle Domínguez Berrueta, recorrería muchas calles de la capital del Tormes hasta acabar en el atrio de la Catedral en una estampa única de la Semana Santa de Salamanca.
Francisco Ballesteros, hermaano mayor, ha sido muy claro al respecto y ha comunicado para SALAMANCA24HORAS que "no vamos a arriesgar el patrimonio".
Sobre las 8:30 de la mañana, la meteorología hacía predecir que todos los pasos no podrían salir al hacerse protagonista la nieve en pleno centro de Salamanca.
Sobre las 9:15, se ha tomado la decisión de que se haga un acto interno para la propia cofradía y más tarde el público podrá visitar las imágenes.
Primeramente, hubiera salido a las 10:15 la Virgen de la Alegría, más tarde, a las 10:45, Jesús Resucitado pondría su marcha para encontrarse con su madre a las 12:45.
A las 12:00 horas, ha dado comienzo el acto interno en la iglesia de la Vera Cruz donde se ha retirado el manto de la Purísima Concepción de la Virgen y han encontrado a Jesús Resucitado con su madre, donde ella se ha quitado el manto de luto para acoger a su hijo resucitado.
Más tarde, como ha sito habitual durante años anteriores, se ha procedido a realizar bailes charros para amenizar la mañana.
Como bien dijo Ballesteros, esta procesión “es alegre, pues es la última y la gente ya está cansada. Se celebra con ilusión y alegría, posee una nota de color y suele ser entrañable, para cerrar la Semana Santa con un bonito recuerdo”.
La Ilustre Cofradía de la Santa Cruz del Redentor y de la Purísima Concepción de la Virgen, su Madre, sus muchos hermanos y los fieles amantes de esta procesión, esperarán al año que viene para cambiar el recuerdo de la misma.
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