¿Cómo valerse de las garrapatas para detectar la peste porcina africana en cerdos?: un proyecto pionero que se realiza en Salamanca

REPORTAJE

El instituto IRNASA-CSIC es el único con un grupo de investigadores que trabaja de forma nacional con la especie Ornithodoros erraticus y Ornithodoros moubata, con el objetivo de evaluar la presencia de este parásito en nuestro país debido a la expansión de esta enfermedad en algunos países de Europa, para lo que están también intentando desarrollar un vacuna contra la garrapata

Muestras de garrapatas que pertenecen a la colonia del IRNASA-CSIC
Muestras de garrapatas que pertenecen a la colonia del IRNASA-CSIC | Andrea Mateos

Desde los años 90 España es uno de los países que se encuentra libre de peste porcina africana, sin embargo “la amenaza es constante”. Una enfermedad que afecta al porcino, altamente contagiosa y con niveles de mortalidad cercanos al cien por ciento. Es por ello, por lo que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) contactó hace un año con el Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca (IRNASA) que trabaja con el parásito de la especie Ornithodoros erraticus, una garrapata autóctona de la península ibérica, con la que se trabaja de forma exclusiva en tierras charras.

Ricardo Pérez junto con Ana Oleaga son los dos investigadores que trabajan mano a mano en este proyecto desde hace tres décadas. En concreto, Ricardo, la persona con la que se ha puesto en contacto este medio, asegura que “somos el único grupo que trabaja en España con esta garrapata y casi el único que también lo hace a nivel internacional”. De esta manera, podríamos decir que Salamanca vuelve a ser pionera en uno de los trabajos de investigación de mayor relevancia y que no solo afecta al sector del porcino, sino que incumbe a toda la sociedad en general, contribuyendo a los planes de vigilancia de peste para si surgen brotes intentar controlarlo rápidamente.

Ricardo Pérez y Rocío, investigadores del IRNASA que trabaja en el suministro de test que permitan la detección de garrapatas en granjas de cerdos
Ricardo Pérez y Rocío, investigadores del IRNASA que trabaja en el suministro de test que permitan la detección de garrapatas en granjas de cerdos | Andrea Mateos

Referido a la garrapata Ornithodoros erraticus, Ricardo subraya que “es importante porque es el vector del virus de la peste africana y de las bacterias, las espiroquetas, que producen la fiebre recurrente humana; en concreto aquí en la península ibérica es 'Borrelia hispánica' y 'Borrelia crocidure' y el vector es Ornithodoros erraticus. Al ser una garrapata blanda tiene la particularidad de que es de alimentación rápida, en menos de una hora, realmente en unos 10-15 minutos se alimenta, y es de naturaleza endófila (nidícola)”.

Esto, aclara, que significa que vive dentro del interior de las madrigueras de sus hospedadores o dentro del interior de las majadas y las zahurdas en las que están los cerdos en las explotaciones porcinas. Es más, al ser endófila (nidícola) y de alimentación rápida es “muy difícil” o al menos “muy poco probable” que se le vea alimentándose sobre los cerdos y que no sepamos si los cerdos en esas explotaciones en extensivo han sido picados o no. La principal diferencia que subraya este investigador con las garrapatas duras o ‘ixodoideos’, es que “estas sí están sobre el hospedador”, se las puede ver sobre los cerdos y se puede diagnosticar la picadura.

Muestras de ‘Ornithodoros erraticus’ y la ‘Ornithodoros moubata’  en el laboratorio del IRNASA
Muestras de ‘Ornithodoros erraticus’ y la ‘Ornithodoros moubata’ en el laboratorio del IRNASA | Andrea Mateos

En el caso de la garrapata Ornithodoros erraticus se suma otra dificultad añadida, como es complicado verla en los animales, buscarla sobre el terreno es “inviable”, porque de esta manera, cuenta Ricardo que habría que ir buscando en todos los refugios donde pudieran estar, bien sea en agujeros, en grietas, bajo las encinas donde descansan los porcinos o en las pajeras que les ponen de cama. Así, la forma más idónea de localizar estas poblaciones de garrapatas son los métodos indirectos que son en los que este grupo salmantino es pionero, y el principal motivo por el que el MAPA ha adjudicado un contrato para el suministro de test que permitan la detección de garrapatas en granjas de cerdos, por la preocupación de la expansión de la peste porcina africana en algunos países de Europa y con el objetivo de evaluar la presencia de este parásito en nuestro país.

Recurriendo al método indirecto, lo que se hace desde el IRNASA-CSIC es usar el método serológico que “consiste en buscar anticuerpos frente a las proteínas salivales de la garrapata en los animales que viven en la zona que estamos estudiando. En este caso, la garrapata cuando pica al cerdo le inocula su saliva y en la saliva hay un montón de proteínas que son ajenas para el sistema inmunitario del cerdo y él las reconoce como ajenas y sintetiza anticuerpos contra ellas. Esos anticuerpos son la huella que nosotros buscamos porque nos indica que ese cerdo ha sido picado por esa garrapata y entonces si detectamos cerdos picados en una determinada granja, podemos intuir o saber que en esa granja hay garrapatas y que ahí hay que acudir para o aplicar los medios necesarios para eliminarlas o para evitar el contacto entre cerdos y garrapatas, y que no corramos el riesgo de que transmitan el virus”, advierte Ricardo.

Ricardo Pérez, investigador del IRNASA que trabaja en el suministro de test que permitan la detección de garrapatas en granjas de cerdos
Ricardo Pérez, investigador del IRNASA que trabaja en el suministro de test que permitan la detección de garrapatas en granjas de cerdos | Andrea Mateos

En el laboratorio en el que Salamanca24horas se ha dado cita con Ricardo Pérez hay dos especies de garrapatas. Por un lado, la Ornithodoros erraticus que es de la que hemos estado hablando hasta ahora, que está asentada en la península ibérica, en la cuenca del Mediterráneo, sobre todo en la orilla sur y también en Oriente medio. De hecho, en el IRNASA se han enviado test para analizar parásitos de Cerdeña y en varios Länder de la República Federal de Alemania donde se habían declarado casos de peste porcina y quisieron comprobar si tenían algo que ver con la garrapata, aunque por el momento no se ha encontrado presencia de ella en los análisis. Y luego también está la Ornithodoros moubata que es una especie asentada exclusivamente en África y que no está en España (los expertos indica que “será difícil que llegue”).

Si nos preguntamos cómo han llegado aquí estas garrapatas o cómo viven en este laboratorio, Ricardo explica que “de todos aquellos estudios de campo que hicimos en los años 90, a partir de las garrapatas que capturamos establecimos una colonia, una colonia de laboratorio y desde entonces hemos mantenido esa colonia alimentando los ejemplares rutinariamente sobre conejos. El conejo es un animal receptivo, la garrapata se alimenta muy bien sobre este animalito que es muy dócil y fácil de manipular, y además es nuestro modelo experimental para el desarrollo de las vacunas que estamos tratando de sacar adelante”. Es decir, que en el IRNASA hay una instalación con conejos que se usan para ensayos vacunales. La garrapata africana se la suministraron desde un laboratorio de Inglaterra.

‘Ornithodoros erraticus’ a vista de lupa
‘Ornithodoros erraticus’ a vista de lupa | IRNASA-CSIC

Las garrapatas pasan por diferentes fases a lo largo de su ciclo evolutivo, de larvas a ninfas y así hasta que alcanzan la adultez “van aumentando de tamaño y van adquiriendo una mayor resistencia al ayuno”, que “para mudar a la fase siguiente tienen que tomar sangre, si no toman se quedan en la fase en la que están y si transcurre mucho tiempo mueren. Cuando llegan a la fase de adultos ya son unas garrapatas grandes y fuertes y pueden sobrevivir en ayunas, que nosotros hayamos comprobado, al menos cinco años, pero calculamos que pueden llegar hasta los 10. Y, la garrapata africana también es muy resistente al ayuno, con lo cual pueden estar en una explotación en la que ha dejado de haber cerdos hace tiempo y permanecer allí, y si esporádicamente pasa por allí un conejo, un ratón u otro animalito en el que se puedan alimentar, pues esa población puede permanecer ahí indefinida”.

Además, lo que están haciendo ahora mismo desde el IRNASA es “intentar desarrollar una vacuna contra la garrapata”; y respecto a la fabricación de los kits de diagnóstico ELISA, para la identificación de las garrapatas, Ricardo desarrolla que “el test para detectar esos anticuerpos, necesita un antígeno, una proteína antigénica, la que haya desencadenado la síntesis del anticuerpo, que las obtenemos diseccionando las garrapatas, fundamentalmente utilizamos hembras porque son las más grandes, las más cómodas y tiene las glándulas salivales más grandes, entonces diseccionamos las hembras a la lupa y extraemos sus glándulas salivales que son pequeñitas”. Un trabajo que dicta como “laborioso”.

Después, “las glándulas salivales las homogenizamos, literalmente las machacamos haciendo un homogeneizado, sonicándolo y lo centrifugamos, quedándonos con la parte soluble, que es la que contiene las proteínas que las garrapatas emiten a la saliva y con ese extracto de proteínas salivales tapizamos las placas de ELISA”. Una labor de la que se encarga Rocío, otra investigadora que también trabaja en este proyecto.

Test para detectar garrapatas en granjas de cerdos
Test para detectar garrapatas en granjas de cerdos | Andrea Mateos

El siguiente paso es enviar los test, una vez obtenido el antígeno y aplicado en las placas de ELISA, estas se suministran al Laboratorio Nacional de Referencia de Algete (Madrid), que es donde se van a hacer los análisis. Es decir que lo que suministra el IRNASA son las placas antigenadas y los sueros controles, positivos frente a la especie ‘ornithodoros erraticus’, es decir, “sueros de cerdos obtenidos experimentalmente en el laboratorio a los que hemos infestado con la garrapata y sueros de cerdos, controles negativos, cerdos que sabemos que no les ha picado nunca la garrapata, porque en un test de ELISA hay que poner un control positivo y un control negativo para que den un determinado valor y puedan comparar las muestras que estás analizando en esa placa con el valor de referencia positivo y el valor de referencia negativo para ver si el suero es o no es positivo”.

Finalmente, Ricardo expone que “cuando empezamos a estudiar esta garrapata allá por los años 90, que era cuando había peste porcina en España, sobre todo en toda la zona occidental, Salamanca, Extremadura y Huelva, en las que se cría el ibérico en régimen de extensivo. En esos años había peste porcina, teníamos restringido el comercio de productos de cerdo, los cerdos se morían con la enfermedad y era complicado, por eso empezamos a estudiarlo en la provincia de Salamanca y a hacer estudios de campo. Acudíamos a determinados pueblos donde había habido brotes de peste porcina a las granjas o a los cercados donde se habían puesto enfermos los cerdos y allí buscábamos la garrapata, sacando tierra de todos los agujeros que pensamos que podían estar y nos traíamos muestras de tierra por kilos en tápers bien cerrados para que las garrapatas no salieran”.

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