Las viviendas y apartamentos turísticos están proliferando en algunos barrios de la capital del Tormes en detrimento de la identidad de los mismos y de la tranquilidad de sus vecinos, como los que habitan en la calle de Torres Quevedo, con unos ocho alojamientos destinados a acoger visitantes y "se querían hacer más". "Hay zonas que se están sobresaturando. El problema es que el Ayuntamiento no tiene ninguna ordenanza que regule la actividad", mantiene Mari Ángeles, representante de la Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de Salamanca y Provincia.
Los vecinos de Sevilla, Bilbao, San Sebastián y Madrid son algunos de los afectados por la excesiva presencia de pisos turísticos. "Hay barrios que los han esquilmando. Los cogen las grandes promotores y los fondos buitres, y obligan de alguna manera a que muchas personas se tengan que desplazar de sus viviendas. Tienen que volver a empezar". A ellos se están empezando a sumar los salmantinos que viven en las "zonas medias" de la capital del Tormes, las que están situadas cerca de las estaciones de tren (en el paseo de la Estación) o autobús (en Filiberto Villalobos): "Garrido Sur, La Alamedilla, Comuneros, La Vaguada o el Camino de las Aguas".
En algunos casos, incluso, ese aumento va acompañado de la proliferación de actos vandálicos y delictivos. Magaluf (Mallorca) es el claro ejemplo de ello, una localidad que ha cedido completamente al llamado turismo de borrachera pese las quejas de sus vecinos. "Del tema seguridad nadie habla, pero cuando hay trasiego de gente que viene de fiesta...", añade la representante de Fevesa.
De la pérdida de identidad a la falta de seguridad
La transformación de los barrios; los conflictos entre los residentes y los turistas; la pérdida tanto de recursos locales para los residentes como de valor de las viviendas residenciales; y la progresiva destrucción del tejido social y comunitario son, según Fevesa, las consecuencias identificadas de la proliferación descontrolada de viviendas y apartamentos turísticos.
Las efectos de la sobresaturación no solo afectan a los residentes de las zonas "problemáticas", sino también a los comercios ubicados en las mismas, ya que los turistas no frecuentan las tiendas de barrio. "Acaban cerrando y se pierden otros tipos de servicios. Nos parece que hay que organizar la creación de pisos turísticos. Nadie se opone, pero que se regule", añade Mari Ángeles.
Posibles soluciones
La Federación de Asociaciones de Consumidores y Usuarios de Salamanca y Provincia exige una normativa que regule la problemática ya expuesta de las viviendas y pisos turísticos en Salamanca. "A la Junta de Castilla y León se le ha pedido que se haga una norma-marco para que los ayuntamientos puedan desarrollarla".
"Queremos que las comunidades de propietarios no se encuentren con que alguien haga un apartamento turístico en su edificio y que encima nadie se ponga en contacto con ellos. Por ello, es necesaria una norma donde todo el mundo sepa lo que se tiene que hacer. Tanto a la Junta como al Ayuntamiento parece que les importa más el tema del empresariado cuando los ciudadanos también pagan impuestos", añade.
La Ley de Propiedad Horizontal tampoco es suficiente, por lo que el Tribunal Supremo se ve obligado a actuar en determinados casos. En una de sus sentencias, dictada en diciembre de 2023, dio la razón a una comunidad de propietarios de un edificio de Oviedo de veinte plantas y dos pisos destinados al alquiler turístico. Dado que esta prohíbe el uso de actividades económicas, el TS avaló el veto de los apartamentos destinados a acoger visitantes.
A falta de una normativa, Fevesa cree conveniente que haya un mayor control sobre los barrios: "La policía debe vigilar lo que están haciendo en ellos. Desde hace muchos años, en los locales, se permite iniciar obras con una declaración responsable, pero nadie vigila los locales y, cuando se dan cuenta desde el Ayuntamiento de Salamanca, ya han finalizado. Lo más normal es que se acaben de abrir para vivienda o alojamiento".
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