Continúa el caos en el servicio de pediatría del hospital, donde sus profesionales hacen todo lo que pueden para atender lo mejor posible a las decenas de niños que llegan con síntomas de enfermedad. Sin embargo, desde la gerencia se intenta solucionar la situación con parches.
A última hora del martes la segunda planta quedó toda para pediatría, con diez niños por la noche, trasladando a los adultos que quedaban a otras plantas. Todo ello con enfermeras sin experiencia en pediatría, más acostumbradas a tratar pacientes adultos. “Una la han subido de cirugía y otra de urgencias. Después han bajado a una enfermera de planta y a la que tenía que hacer noche en la segunda la han subido a pediatría, los celadores bajan material pediátrico a la segunda… la gente está bastante agobiada”, explica Alberto Molina, delegado de sanidad de la Central Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF).
Así, lamenta la falta de previsión de la gerencia y la directora de Enfermería. “Ya el 15 de diciembre tenían la planta bastante mal, pero siempre esperan a que ocurra algo para tomar medidas, y todo según la gerente, como ya dijo, porque no quiere tener enfermeras cruzadas de brazos. Desde el día 15 la planta está a tope y era previsible un repunte de la bronquiolitis infantil, pero no tienen previsión de nada, todo lo hacen a salto de mata. Y no es verdad que hayan contratado a enfermeras con experiencia, las están moviendo de planta en planta”.
Por su parte, el sindicato de enfermería Satse Salamanca califica la situación del hospital Clínico como “insostenible y derivada, una vez más, de la gestión y mala previsión” de la gerente, Cristina Granados. “Mientras el hospital se desmorona y su gerente ocupa su tiempo en cambiar piezas de enfermería, en su particular tablero de ajedrez, son los niños y sus familias los que pagan, en este momento, por esta nefasta gestión”, añade.
La situación actual en el área pediátrica este martes llegó a tener 36 niños ingresados con alguna habitación triplicada, once cunas ocupadas y dos niños en aislamiento en neonatología, así como UCI pediátrica completa con las seis camas de las que dispone, con previsión de una séptima en un servicio que no tiene capacidad para siete camas y por lo tanto sin espacio físico.
“La solución ha sido que, durante la mañana del lunes, se dejó a una sola enfermera en el box de parada cardiaca de urgencias adultos, incumpliendo los mínimos de personal en la zona más crítica de urgencias. Conclusión: gestión basada en poner en riesgo a un grupo determinado de pacientes, para intentar salvar a otro grupo que ya lo está y además especialmente delicado”, añade Satse.
Por otro lado, la segunda planta del hospital Clínico se ha transformado “de forma chapucera e improvisada” en área pediátrica, mezclando pacientes adultos y niños, con el consiguiente aumento de pacientes y sin reforzar el personal de enfermería. “Ante esta desesperada situación, derivada de las decisiones de Cristina Granados, desde el servicio de Recursos Humanos se están buscando enfermeras con experiencia en el área pediátrica, encontrándose con que estas enfermeras están ya contratadas en otras gerencias”, añade Satse.
Añade el sindicato que los propios supervisores de enfermería habían advertido de esta posible situación, haciendo caso omiso desde el despacho de la gerente. “Una vez más los usuarios de la sanidad pública en Salamanca, en este caso los pediátricos, deben conocer a que se enfrentan en su entrada por la puerta de urgencias”, concluye.
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