​Los expertos recalcan en la importancia de la detección temprana con una prueba que es “rápida y gratuita”

El conocer si se está infectado es primordial para aplicar el tratamiento, con el que el riesgo de contagio se reduce a “cero”. Además, el contagiarse por heridas abiertas es igual de probable que “te caiga un meteorito cuando sales de casa”

 Donacindesangre
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Uno de los objetivos del Día Mundial de la Lucha contra el SIDA, que se celebra este 1 de diciembre, es concienciar a la población de lo importante que es hacerse las pruebas del VIH de manera regular, sobre todo si se han tenido prácticas de riesgo, para así aplicar lo antes posible el tratamiento que evita su contagio y desarrollo.

El doctor Guillermo Luna, médico adjunto de Medicina Interna e Infecciones del Complejo Asistencial Universitario, recuerda a SALAMANCA24HORAS que una persona infectada del VIH “si está correctamente tratada y tiene una carga vírica del virus indetectable, la posibilidad de contagiar a otra gente es prácticamente cero”.

Además, también insiste en que la vía de trasmisión del virus no ha cambiado, y la posibilidad de contagiarse con la vida familiar o social “es cero”. Es decir, no se transmite “por el aire, por el agua, por los alimentos, por los besos o por las caricias”. Así “de ninguna forma”, repite, recordando que hoy en día ‘sólo’ se transmite por relaciones sexuales, “y el poder de contagio de las personas bajo tratamiento se torna en cero”.

Eso sí, el doctor también insiste en la necesidad de hacerse la prueba, que es “muy rápida y gratuita” siempre salvo en las farmacias (en Salamanca hay tres boticas que realizan la prueba y que han detectado en los últimos 9 años un total de 8 positivos). Además de en estos centros, también se puede realizar en el médico de cabecera, en el hospital y, sobre todo, en el comité antisida. La prueba consiste en recoger una muestra salivar, y en menos de media hora se tienen los resultados. Estos test son gratuitos y anónimos.

Desmintiendo mitos sobre el SIDA: Los mosquitos no lo contagian y es “prácticamente imposible” que se transmitan por heridas abiertas

El doctor también ayuda a desmentir ciertos mitos del SIDA y el VIH, como la transmisión por animales como los moquitos. “Eso no es así”, contesta amablemente, negando también la posibilidad de que a través de dos heridas abiertas se pueda contagiar. Si eso ocurriese, “el caso sería excepcional”, relata.

Para que ocurriese, debería ser “una herida abierta de una persona no infectada en la que goteara sangre a tutiplén de otra persona infectada con una carga vírica altísima”. De hecho, insiste en que esta forma de transmisión es tan probable “como que salga de casa y me caiga un meteorito. Puede ocurrir, sí, pero no es lo normal”.

En cualquier caso, si eso ocurriese, en todos los servicios de urgencias y hospitales se comienza a aplicar el protocolo de postexposición. Este se utiliza también en los sanitarios que puedan haber tenido contacto con útiles de una persona infectada y en todas las víctimas de agresiones sexuales (violaciones), ya que trata “todas las ETS, incluyendo el VIH”.

Este tratamiento dura cuatro semanas “y te curas en salud a la espera de conocer si la sangre está infectada o no”, cuenta, y se aplica junto a otros protocolos para evaluar el riesgo de transmisión que se padece.

La noticia de los bebés modificados genéticamente tiene interés académico, pero no sé hasta qué punto es veraz

El pasado lunes, un científico chino anunciaba que había modificado genéticamente a dos bebés que estarían protegidas contra el VIH. A esta noticia, Guillermo Luna no sabe si darle mucha veracidad, pese a su repercusión mediática, aunque sí cree que abre la posibilidad de investigaciones, por lo que sin tener una utilidad práctica, si lo tiene académica.

Es algo similar a lo que ocurrió con “el paciente de Berlín”. Este fue un estadounidense que ha sido documentado que haya sido “curado del todo” del VIH. Tratado en la capital de Alemania, tuvo leucemia aguda y, por ello, hubo que hacerle un trasplante de médula ósea. Así, el donante tenía una particularidad genética que le hacía estar protegido frente al VIH, algo que ocurre en pocas personas.

Tras el trasplante y al no detectar el VIH en la sangre, le hicieron biopsias en ciertos puntos del cuerpo humano “que son como santuarios para el virus”. Con esto, el doctor Luna quiere decir que “se queda latente en sitios muy concretos y profundos del cuerpo, como en ganglios, testículos o sitios del cerebro”. Esto es lo que hace que los tratamientos se tengan que mantener de por vida, aunque el VIH no aparezca en la sangre.

Sin embargo, en el caso del paciente de Berlín, tras el trasplante de médula se curó de la leucemia y del VIH, y no ha vuelto a recibir tratamiento. Eso sí, Guillermo Luna recuerda que este experimento sólo se ha vuelto a probar en personas que tienen SIDA y leucemia aguda, ya que “la probabilidad de fallecer en un trasplante de médula es del 50%”, por lo que no tiene utilidad práctica a la hora de hacerlo en personas que sólo sean portadoras del virus.

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