El coche eléctrico unido a los viajes largos aloja un gran temor en los conductores: que la batería se agote. Por ello, muchos no se animan al gran cambio del coche convencional al electrico, entre otras circunstancias. Las ventas han vuelto a bajar el pasado mes de junio hasta un 11,5 por ciento.
Tanto la escasez de los puntos de carga, como la falta de autonomía al volante son otros de los aspectos por los que los conductores dudan al cambiar de vehículo.
Los kilómetros, la velocidad, el terreno por el que se circule... Todo influye en el gasto de la batería, y la gran pregunta es qué pasa si se acaba en plena carretera. La ley lo deja claro, y es que se podría llegar a multar a estos conductores hasta con 200 euros, aunque no por quedarse 'tirado'.
El Reglamento General de Circulación no recoge expresamente el quedarse sin batería o conbustible, pero sí si a esto se les une comportamientos peligrosos. Un ejemplo de ello sería abandonar el coche de forma insegura.
Esto se traduce en que si se queda parado en mitad de la vía, el conductos podría ser sancionado con 200 euros de multa por un estacionamiento indebido.
Otro ejemplo, sería el conducir de forma negligente o realizar una maniobra arriesgada.
No obstante, ningún vehículo se va a parar a falta de batería o combustible sin previo aviso. En el caso de los coches eléctricos, se activaría el 'modo tortuga', es decir cuando se entra en la reserva. En ese instante debe de abandonar la carretera y buscar una zona de carga.
En el caso de que se agote la batería, no va a ser posible empujarlo, dado que estos vehículos son más pesados que los convencionales. Además, se podría causar daños en la batería o el motor.
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