Un hombre se enfrenta a siete años de prisión, una orden de alejamiento y 2.245 euros por agredir sexualmente a su expareja en un palacete abandonado de Salamanca

La Audiencia Provincial añade diez meses más de cárcel porque lo hizo mientras pesaba sobre él una orden de alejamiento de la víctima

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Audiencia Provincial de Salamanca. Foto de archivo
Audiencia Provincial de Salamanca. Foto de archivo

La Audiencia Provincial de Salamanca condenó un hombre a siete años de prisión por agredir sexualmente a su expareja en un palacete abandonado. A esta pena, la sala sumó diez meses más de prisión por quebrantar la orden de alejamiento de la víctima que pesaba sobre él mientras cometió los hechos. Una orden que renueva su vigencia y no podrá acercarse a ella a menos de 250 metros ni comunicarse con ella por un tiempo de siete años. Además deberá indemnizarla con 245 euros por las lesiones y 2.000 euros por los daños morales.

Según recoge la sentencia, a la que tuvo acceso la Agencia Ical, los hechos se remontan a las 22.30 horas del día 23 de octubre de 2020, cuando el condenado estaba en un palacete abandonado en la ciudad de Salamanca, donde se hallaba también su expareja. Y pese a ello, se mantuvo allí con “clara intención de faltar al respeto a las resoluciones judiciales y de menoscabar la autoridad judicial”, dado que se había dictado un auto el 10 de julio de 2020 por el Juzgado de Instrucción número tres de Salamanca por el que ya se le prohibía aproximarse a una distancia inferior a 250 metros de ella.  

Además, comenzó a insultarla diciéndole que quería un hijo con ella y hasta que no lo tuviese no iba a parar. Según el documento judicial, la arrastró hasta una de las dependencias del lugar, y con intención manifiesta de satisfacer su libido, la empujó, la tiró del pelo, la arrojó al suelo, le quitó los pantalones y la ropa interior. No cesó en esta conducta pese a la negativa reiterada de de la mujer que llegó a empujarle sin conseguir retirarlo de encima de ella.

Después de estos hechos, el se quedó dormido en el lugar y también ella, ante el temor de la reacción del hombre si se atrevía a huir. A la mañana siguiente, cuando el hombre se fue, la víctima aprovechó para acudir al centro asistencial Aapared, donde contó lo sucedido a las trabajadoras. Acudió más tarde al hospital y fue reconocida por el ginecólogo de guardia y el forense, que apreciaron las lesiones derivadas de las agresión. Como consecuencia de estos hechos, el acusado se encuentra desde entonces en prisión provisional.

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