El Hospital de Salamanca prohíbe las relaciones entre sanitarios
Las relaciones entre profesionales, bajo seguimiento de la gerencia hospitalaria para frenar retrasos en consultas y cirugías
El Hospital de Salamanca ha puesto en marcha una medida interna “organizativa y preventiva” con un objetivo claro: evitar que las listas de espera sigan creciendo por causas ajenas a la medicina. A partir de ahora se vigilará que las relaciones sentimentales entre profesionales sanitarios “no afecten a la planificación de turnos, descansos y vacaciones”, según recoge una instrucción interna remitida a los servicios.
La decisión llega tras detectar un patrón repetido en los últimos años: cuando dos sanitarios se convierten en pareja, también lo hacen sus agendas. “Empiezan compartiendo café, luego guardias, después vacaciones… y al final el quirófano se queda vacío justo en agosto”, explica un responsable de recursos humanos que prefiere mantenerse en el anonimato (y, según reconoce, también en la soltería).
Los informes internos señalan que estas coincidencias no suelen detectarse hasta que el problema ya está encima de la mesa: consultas aplazadas, quirófanos con actividad reducida y pacientes que ven cómo su cita se retrasa “unas semanas más”. En algunos servicios, la coincidencia de permisos ha llegado a afectar a la programación durante varios veranos consecutivos.
Desde la dirección del hospital aseguran que no se prohíben los sentimientos, pero sí su logística. “No podemos permitir que cardiología se vaya de luna de miel a la vez que anestesia”, señalan. Según los cálculos internos, cada pareja sanitaria supone “al menos dos semanas más de espera” para alguna consulta, una cifra que, acumulada, acaba teniendo impacto en todo el sistema.
La nueva medida establece criterios para evitar coincidencias prolongadas de ausencias dentro de un mismo servicio, especialmente en periodos clave como verano, Navidad o puentes largos. La gerencia insiste en que se trata de una decisión técnica y que no afecta a la vida privada del personal fuera del ámbito organizativo.
La iniciativa ha generado reacciones diversas entre los trabajadores. Mientras algunos defienden que “el amor no entiende de turnos”, otros reconocen que coincidir en vacaciones “es maravilloso para la pareja, pero fatal para el paciente”. No faltan quienes apuntan que la medida “llega tarde”.
Por el momento, el hospital estudia alternativas para minimizar el impacto, como fomentar relaciones interprovinciales, escalonar descansos o recomendar que, en caso de flechazo, uno de los dos pertenezca a un ámbito no asistencial. Todo sea por reducir las listas de espera… y evitar que el calendario laboral acabe siendo cosa de dos.
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