El ictus sigue sin ser reconocido a tiempo: menos del 30 % sabe identificar sus síntomas

La falta de información retrasa la atención médica y agrava las secuelas, a pesar de que el ictus es la principal causa de discapacidad en Europa

21 may 2025 - 09:00
Ictus. Foto EP
Ictus. Foto EP

La compañía Siemens Healthineers ha presentado los resultados del Barómetro Social del Ictus, un estudio que revela que la concienciación pública sobre esta enfermedad sigue siendo preocupantemente baja. Solo una de cada tres personas se considera bien informada sobre el ictus, y menos del 30 % cree saber reconocer sus síntomas.

El ictus, principal causa de discapacidad en Europa, afecta cada año a más de 1,1 millones de personas. Con el envejecimiento progresivo de la población, se espera un aumento del 23 % en la incidencia entre mayores de 60 años para 2030. Actualmente, cerca de 10 millones de europeos viven con secuelas a largo plazo, y el impacto económico alcanza los 86.000 millones de euros anuales, cifra que aumentará significativamente en los próximos años.

El estudio,se ha centrado en países como España e Italia. Aunque el 94 % de los encuestados puede identificar al menos un síntoma del ictus, el conocimiento se limita a señales visibles como dificultad para hablar (70 %), confusión (50 %) y pérdida de equilibrio (46 %). Solo el 15 % de la población conoce el protocolo FAST, herramienta clave para una detección temprana, y la cifra desciende al 11 % entre los 'baby boomers'.

Respecto a los factores de riesgo, la hipertensión es el más reconocido (64 %), seguido del tabaquismo y el sedentarismo. Sin embargo, apenas un 10 % de las personas percibe estar personalmente en riesgo, percepción que aumenta si hay antecedentes en el entorno cercano, especialmente cuando el cuidador principal es una mujer.

El estudio también destaca que muchos supervivientes de ictus desconocían los síntomas antes del episodio y no reconocieron las señales durante su aparición. En la mayoría de los casos, fue una tercera persona quien actuó para pedir ayuda.

Además, la dimensión emocional y social del ictus continúa siendo un reto. La recuperación suele ser más difícil de lo esperado, sobre todo en casos de ictus hemorrágico, y muchos pacientes denuncian una falta de apoyo emocional durante la rehabilitación. Más allá de cambios drásticos en el estilo de vida, los afectados reclaman orientación médica clara y campañas educativas más efectivas que subrayen la importancia de una intervención precoz.

Por su parte, la presidenta de la Asociación Italiana del Ictus, Paola Santalucia, ha recalcado: “El ictus tiene un impacto sociosanitario elevadísimo; sus consecuencias pueden ser devastadoras, especialmente cuando no se actúa con rapidez”.

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