Los corrillos de gente tenían dos cosas en la boca en la mañana de este domingo, 30 de diciembre. Por un lado, la afamada San Silvestre, que recorrerá las calles de Salamanca durante diez kilómetros en su carrera absoluta. Por otro, el intenso frío que pasarán los corredores.
Y es que el manto blanco que cubría los solares de Salamanca y los vehículos ha sorprendido a los viandantes. No tanto por la época del año como por el espesor de su capa. El intenso frío nocturno sumado a la niebla de la mañana ha provocado que las heladas de primera hora hayan pasado también a la segunda.
El sol posteriormente ha aparecido para ir, poco a poco, haciendo olvidar una helada que amenaza con volver en próximos días. El frío, eso sí, permanecerá. No en vano las mínimas no subirán de los cero grados y se llegan a esperar hasta -4 en los próximos días.