La intervención psicológica del GRIPDE ante un desastre: "El objetivo es que esa situación no se convierta en trauma"
Salamanca cuenta en la actualidad con una quincena de psicólogos que intervienen en accidentes de coche, intentos de suicidio o incendios como el de Monsagro

Los ataques terroristas del 11M constituyen el mayor atentado de la historia de España. Cerca de 200 personas fallecieron y unas mil resultaron heridas. Sobreponerse a una desgracia así es difícil, por lo que psicólogos de todo el país se trasladaron hasta la capital de forma voluntaria para ofrecer su ayuda a víctimas y familiares. Entre ellos, varios profesionales de Salamanca y de otras provincias de Castilla y León. "Nos preguntamos: '¿Y si pasa aquí?'. Decidimos hacer algo". Ese algo se materializó dos años después en el Grupo de Intervención Psicológica en Desastres y Emergencias (GRIPDE), fruto de un convenio entre el Colegio Oficial de Psicología de Castilla y León y la Junta. "Se hizo una convocatoria para que los colegiados que quisieramos pudieramos apuntarnos. Nos formamos en la sede de los bomberos de Salamanca", reconoce Ángel Casado, uno de los miembros más veteranos.
Los miembros del GRIPDE están distribuidos por provincias. La de Salamanca cuenta con una quincena de psicólogos en la actualidad. Todos ellos pertenecen a ámbitos dferentes, pero reciben la misma formación especializada en psicología de emergencias. "No tiene nada que ver con la terapia. Otra cosa es que puedas aprovechar tu experiencia en consulta para muchas cosas". Su bautismo se produjo el 1 mayo de 2007 en Palencia. Una explosión de gas en una vivienda causó el derrumbe de un edificio de cinco plantas y la muerte de nueve personas. Una treintena de vecinos, además, resultaron heridos.
Búsquedas, accidentes de tráfico, intentos de suicidio, muertes súbitas, ahogamientos en ríos son otras situaciones en las que debe actuar el GRIPDE. Cuando se requiere su ayuda, el Servicio de Emergencias 112 de Castilla y León llama a uno de los dos coordinadores que hay en la Comunidad y este, a su vez, a uno de los 107 profesionales que hay en Castilla y León. "Nos dicen que hay una emergencia en tal sitio y vamos para allá con nuestros propios coches. Si la zona es muy complicada, nos puede llevar Protección Civil". En cualquier caso, dejan de lado cualquier actividad que estén desarrollando en ese momento, sesiones de terapia incluidas. "Jamás he tenido ningún problema", admite Ángel Casado.
El trabajo puede durar una jornada o extenderse durante varios días, lo que implica hacer relevos: "Hace tres años, con los incendios, estuvimos más de una semana en la zona de Monsagro. Hicimos muchos turnos". También existe la posibilidad de que surja en otra provincia. "Nosotros estamos para Castilla y León, pero acudimos a cualquier parte de España que necesite nuestra colaboración". Por ejemplo, intervinieron en la tragedia de Spanair de 2008, el cuarto peor accidente de la historia de la aviación española.
Enfoque terapeútico para evitar el trauma

Los psicólogos acuden al lugar de los hechos "a ciegas", tan solo con la poca información que les ofece el Servicio de Emergencias 112 de Castilla y León. "Nuestra guía es la evaluación. Siempre hay que evaluar. A partir de ahí, trabajamos con los primeros auxilios psicológicos. El objetivo es que esa situación no se convierta en trauma para la persona". Es decir, que el afectado se sienta desbordado o bloqueado y empiece a emitir respuestas a nivel de emociones o pensamientos. "Te secuestra en el día día. Debemos llegar lo antes posible para evitar que estímulos que sean adversos se conviertan en traumáticos. Cuando antes nos activen, más eficaces seremos", mantiene el miembro del GRIPDE.
Los psicólogos de emergencia se presentan a las víctimas con las que van a trabajar y recurren a una ventilación emocional contenida para que expresen lo que están viviendo y sus pensamientos sin derbordarse. Si están muy activadas, emplean técnicas de desactivación. En cualquier caso, abordan sentimientos como la rabia, la impotencia, la tristeza, la indecisón, la inseguridad o la culpa, "muy problemática" cuando se queda "enganchada". "Les tranquiliza mucho saber que las respuestas que están teniendo son normales ante la situación, que es excepcional". Una situación en la que pierden la sensación de seguridad y de control que tenían en sus vidas. "Cuando las personas están estabilizadas, nosotros lo que hacemos es decirles que, si en un tiempo ven que el día a día está costando más de lo que consideran, que acudan a un servicio especializado de psicología".
La medicación no suele ser una opción. "La OMS dice que no debe de utilizarse en este tipo de situaciones. Lo que hace es encubrir todas las emociones y los pensamientos. Cuando el efecto pase, se le vendrá todo encima, has perdido todo ese tiempo y has generado una laguna. Eso sí que es traumático. Vamos a confiar en que la persona saque sus recursos y pueda hacerlo", defiende Ángel Casado. Sí procede, en cambio, si la persona tiene antecedentes psiquiátricos o está en tratamiento. En este caso, los psicólogos pueden acudir al equipo médico desplazado igualmente al lugar de los hechos.
Ayuda a personal interviniente
El Grupo de Intervención Psicológica en Desastres y Emergencias (GRIPDE) también puede actuar con los intervinientes (bomberos, policías, personal sanitario...). "Ante una petición suya hacemos una intervención individual y tratamos de que puedan procesar sus emociones y sentimientos a través de la ventilación. Se están imponiendo a una situación de una emocionalidad tremenda. Lo más habitual es trabajar en grupo con una metodología que se llama briefing", señala.
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