​Un investigador salmantino participa en un proyecto pionero en el mundo que trata de evitar el cáncer más frecuente entre los niños: “Tenemos el sueño de que ningún niño desarrolle leucemia”

Los resultados de la investigación, financiada íntegramente por la Fundación Unoentrecienmil, podría descubrir nuevas maneras de diagnosticar y tratar la leucemia linfobástica aguda, que suponen el 80% de las leucemias en edad pediátrica

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Fundación Unoentrecienmil está financiando una investigación pionera en el mundo que estudia el genoma de niños que han sufrido la leucemia infantil más frecuente y el de sus familias desde un enfoque totalmente nuevo con la meta de prevenir la enfermedad. La misma tiene como nombre Proyecto Cunina, y tiene entre sus pilares clave a un investigador salmantino.

Isidro Sánchez-García es miembro del Centro de Investigación del Cáncer de la Universidad de Salamanca, uno de los centros que trabaja con el objetivo de combatir la Leucemia Linfoblástica Aguda (LLA) antes de que se desarrolle y evitar que más familias pasen por ello.

El investigador charro conversa con SALAMANCA24HORAS para recordar que esta leucemia es “las más frecuente entre los niños”. El objetivo de la investigación, pionera, es centrarse en la genómica y a ayudar a los investigadores a entender la interacción de los genes entre sí y con el entorno, así como la manera en que surgen enfermedades como el cáncer.

Así, según matiza Sánchez-García, “no es tanto estudiar a los niños que desarrollan la leucemia y tratarlos, sino identificar qué niños tienen susceptibilidad de desarrollar leucemia y ver si se puede prevenir en los modelos preclínicos”, y añade que “el interés del Proyecto Cunina obviamente es enorme, dado que al menos un 5% de niños nacen con los clones de la preleucemia”, una cifra “que parece una barbaridad y que nos ha sorprendido a los científicos, pero que es correcta” y que “irá a más en el futuro”.

Eso sí, el investigador del CIC concreta que “solo una pequeña parte de los niños con clones de la preleucemia desarrollará la enfermedad”, aunque ese número sigue siendo mayor que el deseado, que sería “evitar que ningún niño desarrolle leucemia. Es el sueño que tenemos”.

En consecuencia, existe un gran interés “tanto por parte de la sociedad como de la comunidad científica para alcanzar una mejor comprensión de los cambios iniciales, responsables de una transformación irreversible del estado de las células”, ya que dicho conocimiento “es justo lo que puede revolucionar el campo de la leucemia, al permitir instaurar estrategias de prevención para la misma”, añade Isidro Sánchez-García.

Y es que este tipo de experimentos son clave para el establecimiento de una medicina de precisión y de prevención en los sistemas nacionales de salud.

Un estudio pionero que secuencia a los niños que han tenido leucemia así como a sus padres para identificar la susceptibilidad

En el Proyecto Cunina participan cien familias cuyos hijos han sido diagnosticados de LLA. Son una pieza clave de esta investigación pionera a nivel internacional, cuyo planteamiento es “el primero en el mundo que combina la búsqueda de susceptibilidades a la leucemia con la posibilidad de prevenirlo”, recuerda Sánchez-García.

La mayor novedad del estudio es que se secuencia el genoma de los miembros de la familia directa del niño enfermo, siendo así un elemento diferenciador de este proyecto. “Lo mejor es secuenciar al niño y a los padres para así identificar la susceptibilidad y averiguar si se hereda”, prosigue Sánchez-García, indicando que en todo el mundo sólo se hace eso “en Dusseldorf -otro de los centros que participa en el proyecto- y en España”.

Así, el enfoque impulsado por Unoentrecienmil es el primero de este tipo que secuencia el exoma completo de los tríos familiares (padre-madre-hijo) con esta leucemia y cuyos hallazgos serán validados funcionalmente. Esto implica ampliar el conocimiento sobre las causas de la enfermedad y las bases genéticas de la predisposición a tener en un futuro esta leucemia; no solo en el trío padre-madre-hijo, sino que se extendería a los familiares de primera línea, multiplicando así el impacto y repercusión de las conclusiones del Proyecto Cunina.

El CIC-IMBCC de Salamanca en el planteamiento original del Proyecto Cunina

Junto a la Fundación Unoentrecienmil y el CIC con Sánchez-García a la cabeza, en el Proyecto Cunina participa un equipo de investigación formado por un consorcio internacional en el que se encuentran también el doctor Manuel Ramírez Orellana -como coordinador del proyecto en España, coordinador del Comité Biológico del Grupo de Leucemias de la Sociedad Española de Hematología y Oncología Pediátricas (SEHOP) y especialista en Pediatría y Oncohematología Pediátrica en la Unidad de terapias avanzadas del Hospital Universitario Niño Jesús- y el profesor Arndt Borkhardt -del Departamento de Oncología Pediátrica del Hospital Universitario de Düsseldorf-.

Respecto a los participantes, Isidro Sánchez-García destaca que el Niño Jesús es “el hospital más importante y de referencia en la oncología infantil”, lo que junto al centro de Dusseldorf, que descubrió junto al CIC que “la exposición a la infección del ambiente es lo que puede hacer al individuo desarrollar leucemia”, permite estudiar a 100 niños que han sufrido leucemia y a sus familias.

Además, el investigador charro resalta la labor de la Fundación Unoentrecienmil, ya que “es la primera vez que una fundación española financia un proyecto internacional, algo que parece de sentido común ya que su objetivo es encontrar a quienes mejor puedan resolver la cuestión, que no siempre se puede entre investigadores españoles”.

El planteamiento original del Proyecto Cunina se inició a partir de los resultados a los postulados e investigaciones iniciales sobre la génesis de la leucemia precursora de células B del grupo de científicos del Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca (CIC-IMBCC), dirigido por el doctor Isidro Sánchez-García: “Empezamos a trabajar en esto en 2010, y demostramos que el clon preleucémico se transforma en leucémico, en algunos casos, por el estrés inmunológico producido tras la exposición a una infección natural”.

En 2015 y en 2017, así como el año pasado, realizaron diversas publicaciones científicas. Y la idea de este 2020 es seguir avanzando para poder aplicar las novedades en clínica humana y finalmente trasladarlo a los niños para diferenciar cuáles tienen susceptibilidad. De hecho, hoy en día pueden trabajar de manera más efectiva que hace 10 años porque “ahora todo va más rápido, tanto en la tecnología como en la ciencia”.

Centro de investigación del cáncer


Más de medio millón de euros que podrían salvar muchas vidas… pero sin ayuda pública

El Proyecto Cunina está financiado íntegramente por la Fundación Unoentrecienmil, creada por José Carnero, un padre cuyo hijo tuvo leucemia, hace 8 años. En total, 540.000 euros para una investigación que, de llegar a buen puerto, podría salvar muchas vidas de niños.

Pese a lo importante del proyecto, ninguna institución pública colabora en el mismo. “Es una lástima, una pena, porque es muchísimo dinero para una fundación y más cuando es pequeña”, explica Isidro Sánchez-García, quien concreta que los investigadores de centros públicos sí tienen el salario pagado por el Gobierno, “pero eso no es apoyar. Apoyar sería invertir en investigación”.

De hecho, asegura que con una inversión superior podrían alcanzar los resultados deseados antes. “Es como hacer un coche de Fórmula 1. No es lo mismo que estén cinco ingenieros que 100.000. Pues en la ciencia es igual, no es lo mismo cinco investigadores que cien”, matiza, recordando que los beneficiaros serán “los niños de cualquier sitio del mundo. No es solo mejorar la calidad de vida de los pacientes, sino de los más pequeños”

Unos resultados que son “muy complejos” de alcanzar desde el punto de vista científico, ya que se afronta el reto de, por primera vez, prevenir la leucemia o un cáncer al que se tiene predisposición. Actualmente, hay algunos cánceres a los que si se tienen predisposición, se pueden prevenir eliminando los tejidos, como ocurre con el cáncer de mama. Pero para el investigador charro, eso es “una aberración. Quitar las mamas y los ovarios para certificar que no se va a padecer cáncer de mama es como amputar una pierna para asegurarte de que no te la fractures”, indica.

Además, “el sistema inmunológico no se puede quitar”, añade Sánchez-García, para reiterar que esta investigación es clave por muchos aspectos. La idea es tener los resultados “lo antes que podamos. En ciencia siempre hay sorpresas, pero lo antes que podamos”. 

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