Los jóvenes, contentos de ser castellanos y leoneses aunque reconocen las limitaciones de la región

El Barómetro de esta semana nos traslada a Villalar y a los comuneros. Los jóvenes, en línea con la población, se sienten, ante todo, españoles, aunque un buen número también se considera castellano y leonés

Un texto polémico con menciones a la reforma laboral compone el Manifiesto de Villalar
Un texto polémico con menciones a la reforma laboral compone el Manifiesto de Villalar

El municipio vallisoletano de Villalar de los Comuneros volvió a engalanarse el pasado lunes 23 de abril, para celebrar el día de los castellanos y leoneses y rendir homenaje a su vez a los comuneros. La villa acoge cada año esta festividad, protesta y sentimiento identitario con la autonomía de Castilla y León, que fue el despertar de una conciencia regional en la inmadura democracia española y el incipiente debate sobre el Estado autonómico. 

Después de cuarenta años, pervive la reivindicación del Día de la Comunidad de forma normalizada, aunque no por ello exento en este tiempo de polémica y división, e incluso de cierta estigmatización de esta fiesta por la celebración de una derrota, o del protagonismo de la izquierda frente a la derecha. Y es que lo de Villalar no fue una batalla de dimensiones épicas, sin embargo marcó de manera significativa el devenir del país, ya que supuso el principio del fin de la Guerra de las Comunidades de Castilla; un conflicto que mantuvo en jaque al ejercito del Rey Carlos I durante más de un año. Y que tras no obtener resultados políticos, los comuneros se decidieron a entablar batalla.

Durante esta celebración se suceden conciertos de música y bailes tradicionales, que junto a la presencia de mercados artesanales y gastronómicos inundan las calles del municipio. Congregando a miles de personas para hacer gala de su espíritu regional, o en otros casos, para pasar un día familiar y de encuentro. Ya que desde el 2003, la Fundación Villalar se encarga de potenciar los valores históricos, artísticos y tradicionales de la Comunidad con actividades organizadas con motivo de esta festividad.

La gran mayoría de los jóvenes conoce la fiesta que se celebra el día 23 de abril, sin embargo, el porcentaje de los que no sabrían explicar quiénes son los comuneros aumenta hasta casi el 40%. Las opiniones sobre la autonomía de Castilla y León son muy variadas, desde los que manifiestan “no lo veo factible” a los “me parece bien” pasando por los “me parece una comunidad autónoma más, aunque probablemente no tiene las mismas raíces históricas y culturales, que sí comparten otras” en esta misma línea se encuentran los que exponen que “no se ha promovido tanto esa identidad regional como en otros lugares”.

¿Creen los jóvenes que hay conciencia regional en Castilla y León?

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Más de la mitad de los encuestados declaran “sí, pero menos que en otras comunidades” también es considerable el porcentaje de los que rotundamente dicen “no” casi 26%. En cambio, son pocos los que pueden afirmar con contundencia “sí” solo 8%, mientras un 10% confiesa no saber. Aun así, un punto en común en todos los jóvenes es su consenso a la hora de postularse sin excepciones en contra de los regionalismos extremos aunque también de los nacionalismos extremos, apoyando sus intervenciones en palabras reiteradas como “peligroso” “violencia” “falta de confianza” “Cataluña” “radicalismo” Se fundamentan en la actual situación que se está viviendo en España “viendo lo que pasa en Cataluña nada bueno…” a la que acusan de “inculcar un odio hacia España, de la cual viven, ya que en sus presupuestos gastan más de lo que le corresponde”

¿Cuál es el sentimiento de pertenencia regional castellano y leonés de los jóvenes?

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Casi un 60% de ellos manifiesta “me gusta ser de Castilla y León pero sé que tiene limitaciones” sobre todo argumentando razones laborales, no creen posible encontrar trabajo acorde a sus estudios en esta comunidad. Los que sienten profundo orgullo y también los que no les agrada ser castellano y leonés, suponen un ínfimo porcentaje, ambos un 2,56%. En cambio, los “me es indiferente” casi alcanzan un 36%.

Otro de los discursos más repetido entre los jóvenes encuestados defiende y entiende necesario “el sentido de pertenencia y el cariño a un lugar pero en su justa medida, sin creerse superior, infravalorando al resto”. Son claros cuando afirman “creo que es bueno tener ideales, creencias... porque forman a cada persona pero llevarlo al extremo es muy peligroso, al final nada está por encima de nada”.

¿Cuál es la conciencia regional en relación a la nacional de los jóvenes?

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Los porcentajes que incluyen sentirse español ya sea por encima de todo (38,5%) o compartiendo protagonismo con sentirse castellano y leonés (35,9%) suponen más del 70% de las respuestas. Ínfimo es el número de los que colocan por encima de su nación la región solo un 2,56%. Los que contestan “me da igual” o “me mantengo al margen de cualquier patriotismo” rondan en 11% en ambos casos.

Algunos jóvenes a pesar de apoyar los regionalismos creen que “deberían aprender a relajarse respecto a posibles agresiones tanto físicas como verbales hacia alguien que no comparte sus mismas opiniones” de nuevo llevando implícita la cuestión de Cataluña, considerando que al final “no favorecen en ningún aspecto al bien del país, ni a ellos mismos tampoco”.

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