“Las redes sociales pueden ser armas de destrucción masiva a determinadas edades”

David González Parra, psiquiatra y coordinador de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria de Salamanca, declara que un acceso muy libre a las redes sociales, la falta de ejercicio y la puesta en marcha de dietas para perder peso han sido claves en el aumento de los casos de trastornos alimentarios en niños y jóvenes

David González Parra,  jefe de la Unidad de Trastornos Alimentarios del Servicio de Psiquiatría del CAUSA.
David González Parra, jefe de la Unidad de Trastornos Alimentarios del Servicio de Psiquiatría del CAUSA.

La pandemia ha desencadenado un auge en los casos de trastornos alimentarios. Durante este tiempo, aumentaron los sentimientos de soledad, tristeza y ansiedad en toda la población. Sin embargo, niños y jóvenes fueron de los más afectados ya que a raíz del confinamiento, los casos con problemas alimenticios en estas edades se multiplicaron.

El detonante, tal y como explica David González Parra, psiquiatra y coordinador de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria de Salamanca, es "el estar en casa encerrados, un acceso muy libre a las redes sociales, la falta de ejercicio y la puesta en marcha de dietas para perder peso, han sido claves. En definitiva, la desestructuración de una vida normal, unido a una serie de hábitos que se han adquirido de forma compulsiva en una mente psicológicamente inmadura”, expone.

En cuanto a las redes sociales, estas han creado un importante impacto en niños y jóvenes. El uso abusivo de ellas aumenta el riesgo de padecer algún tipo de problema de autoestima, que puede desencadenar en un trastorno de la conducta alimentaria. El uso de aplicaciones con la utilización de filtros que cambian cada parte del cuerpo, han ido haciendo que, a edades muy tempranas, le den una importancia desmedida al físico. “Es importante hacer un control parental adecuado del uso del móvil. Las redes sociales pueden ser armas de destrucción masiva a determinadas edades”, manifiesta sobre el tema el doctor.

Del mismo modo, las redes sociales han aumentado la exposición de perfiles que comunican diariamente a sus seguidores sobre las dietas y los ejercicios físicos que llevan a cabo. Esta información en mentes vulnerables puede conducir a evitar aumentar de peso realizando, en ocasiones, ayunos, o bien restringiendo la ingesta de calorías. “Actualmente, todo el mundo puede tener una cuenta en las redes sociales, donde cualquiera cuenta sus ‘secretos’ para perder peso, lo que puede generar mucha más impresión en jóvenes vulnerables que lo pueden ver como conductas posibles de ser imitadas”, añade el doctor.

"La franja de edad en anorexia ha disminuido hasta los 11 y 12 años"

En cifras, González Parra, argumenta que en el año 2021 se duplicaron el número de las consultas para la valoración de casos. Aunque, comenta que, ya no solo es destacable el volumen de personas con problemas alimentarios, si no también que los limites de edades se están ajustando a niñas mas jóvenes que hace unos años. “La franja de edad que teníamos en anorexia (15 y 16 años), ha disminuido hasta los 11 y 12 años”, explica.

La anorexia nerviosa, representa el mayor porcentaje de atendidos en la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria de Salamanca. Aunque, tal y como apunta González Parra, la bulimia y el trastorno por atracón también tienen una significativa presencia.

"La atención precoz es fundamental"

Lamentablemente, cada vez hay más casos con este tipo de trastornos. Es entonces cuando la voz de alarma, aclara el doctor, la suelen dar los padres: “Observan que se saltan las comidas, que no hacen vida familiar cuando antes si lo hacían o que van al baño después de comer. Curiosamente, a lo mejor a nivel académico son mas brillantes y la familia puede llegar a verlo como algo positivo. Sin embargo, debajo puede haber una conducta obsesiva”. González Parra recuerda en la entrevista con este medio, la importancia de acudir al médico lo antes posible: “La atención precoz es fundamental. Cuando el caso se dilata, va pasando el tiempo y el cuadro acaba empeorando”.

Por otro lado, según afirma el doctor, no tener una figura de orden con las comidas y la falta de rutina puede generar un desorden en los niños que puede empeorar con el tiempo. “Habitualmente, los niños que comen en los comedores escolares quizás no tengan este problema, pero los que comen con los abuelos, un día con unos, otros días con otros, si que puede ser un factor que precipite un problema alimenticio. No todos los niños que comen mal acaban teniéndolo. Ahí hay un condicionante biológico y de personalidad que, si a eso le sumas una alimentación disfuncional, caótica o con pocos límites, evidentemente ayuda. Muchos de estos niños, acuden a nosotros con sobrepeso previo, con dietas empezadas, en ocasiones, exageradas y extremas”, asegura González Parra.

Por último, David González Parra revela cómo tratan los trastornos alimentarios: “Empezamos evaluando el estado de gravedad del cuadro, ya que no todos los trastornos alimentarios son igual de graves. Lo prioritario es establecer nuevamente un estado físico y una forma de comer adecuada. A medio y largo plazo, el trabajo se enfoca a nivel psicológico, en esos factores que han hecho tener la predisposición de padecer un TCA, como la personalidad, la inestabilidad, la inquietud, la impulsividad, entre otras. Esto puede llevar años de tratamiento, no menos de 5 muchas veces”.

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