​Luis Jorge Conde, salmantino en París: “nos formamos muy bien en nuestro país, pero nadie nos sujeta para impedir irnos. ¿Realmente sabe España lo que está perdiendo?”

Este joven de 26 años es farmacéutico y reside en la capital francesa, ciudad en la que trabaja en la división internacional del departamento de aprobación de nuevos fármacos de un importante laboratorio

 Pont Alexandre III
Pont Alexandre III

El salmantino Luis Jorge Conde tiene 26 años, es farmacéutico y reside en París, ciudad en la que trabaja en un laboratorio desde hace unos meses. Adaptado perfectamente a su vida en una ciudad gigantesca como es la capital francesa, Luis Jorge disfruta de la oportunidad de trabajo que ha logrado y del enriquecimiento personal que le ofrece una ciudad así. “Gran parte de la industria farmacéutica europea se encuentra aquí y París en muchas cosas es referente mundial”, afirma.

“Soy farmacéutico y nunca me planteé ser otra cosa, ya que es una de las carreras más completas que existen. Me apasiona la investigación y me he dedicado a ella, a las neurociencias en Salamanca y a un proyecto muy interesante de reprogramación de células madre para terapia regenerativa en Reino Unido; pero me apetecía conocer más de cerca una de las industrias más poderosas del mundo y decidí cambiar, así que eso me llevó a Madrid. Y de ahí he dado el salto”, afirma el joven salmantino. Ahora, dice, “tengo intención de seguir viviendo la experiencia internacional una buena temporada. Nos formamos muy bien en España, pero nadie nos sujeta para impedir que nos marchemos. ¿Realmente sabe España lo que está perdiendo?”, se pregunta Luis Jorge.

El joven trabaja en la división internacional del departamento de aprobación de nuevos fármacos de un laboratorio. “La verdad es que es muy interesante, sobre todo por la visión integral que tengo de todo lo que he estudiado y realizado en mi carrera profesional, que ahora puedo aplicarlo realmente para mejorar la salud de la sociedad. Además, al trabajar en un ambiente internacional hay profesionales de todo tipo, de los que siempre hay algo que aprender y, eso, me enriquece muchísimo”, cuenta.

Luis Jorge afirma no haber tenido grandes problemas para adaptarse a la agitada vida parisina. “Los parisinos tienen fama de fríos y distantes, o eso dicen, porque yo todavía no he encontrado a nadie así. La verdad que desde el primer día me han acogido muy bien, además en cuanto dices que vienes de Salamanca todo el mundo sonríe. París es una ciudad en la que conviven muchas culturas diferentes, así que no hay problemas para adaptarse”, explica. Si afirma, en cambio, que tuvo dificultades para encontrar casa. “Una amiga de la carrera me acogió mientras luchaba por encontrar piso. París para eso no es nada fácil, la verdad. Y también Alumni se extiende hasta aquí, así que nunca es difícil reencontrarse con gente de Salamanca y de España. Yo creo que todos los españoles nos acabamos conociendo tarde o temprano”, afirma.

“Vivo en París centro, aunque la verdad es que cada barrio es un mundo diferente, y en el que yo vivo, entre Ópera y Bastille hay mil cosas que hacer. Eso sí, cada mañana empleo unos cuarenta minutos de metro para llegar a la Défense. Me recorro la ciudad de punta a punta para ir a trabajar”, indica Luis Jorge.

El joven salmantino no tiene pensado por el momento regresar a casa. “Nunca es demasiado tarde para hacer lo que realmente te llene. Así que no creo que sea el momento de volver, aún me queda mucho por aprender en París”, dice. Eso sí, echa de menos algunas cosas de su ciudad natal. “De Salamanca lo que echo de menos es su tranquilidad (o no) y, sobre todo a mi familia, que siempre me han apoyado en todo y estoy muy orgulloso de ello”, recuerda.

“Europa nos cuida bien allá donde vayamos. Creo que es verdad que cuanto más viajas más te enriqueces a ti mismo, pero está también en tu mano emprender ese cambio que hay que hacer cuando uno realmente cree que lo necesita, si no es ahora, ¿cuándo?” finaliza Luis Jorge.

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