La historia de Luka y Vova es otro de los ejemplos que nos encontramos en la sociedad, donde los más pequeños dan a los mayores una gran lección, en este caso, de amistad, la cual no conoce fronteras ni banderas.
La clase de tercero de Infantil del Colegio Sagrado Corazón de Salamanca es el escenario donde Luka, un niño ucraniano desplazado a comienzos de la guerra, y Vova, ruso, cuya familia se ha mudado a Salamanca recientemente, han demostrado que la amistad está por encima de todo. Y es que, a pesar de que los países de origen de Luka y Vova están en guerra, en el aula del Colegio de Jesuitinas, estos dos valientes niños han construido un pequeño refugio de paz y amistad.
Andrea, es la profesora de ambos pequeños y destaca la capacidad de la clase para acoger a Luka, a quien recibieron a mediados del primer curso de infantil, y a Vova, quien ha llegado apenas hace unos meses, creando un ambiente en el que la curiosidad, el respeto y la alegría son los ingredientes clave. Este acogedor clima en el aula, no solo ha beneficiado a los protagonistas de esta historia, sino que ha fortalecido los lazos de amistad entre todos los niños, creando un espacio donde cada uno se siente valorado y aceptado, explican desde el centro.
La conexión entre ambos pequeños va más allá de las palabras, ambos, han superado las barreras del idioma y la cultura, ya que, cada uno se comunica en su lengua materna, Luka en ucraniano y Vova en ruso. En el patio, se les puede ver compartiendo risas, juegos y, lo más importante, apoyo mutuo. Los otros niños han aprendido a respetar y valorar la diversidad cultural gracias a esta amistad.
En cuanto a la labor de aprendizaje que desarrollan los pequeños en el aula, desde el colegio explican que: "En infantil, se tratan conceptos universales, y más aquí que trabajamos por proyectos. Entonces, los niños van adquiriendo poco a poco vocabulario y se van desenvolviendo. Además, cuentan con la ayuda de una profesora de apoyo ciertas horas, que trabaja algunas cosas básicas, para que no se pierdan. En concreto, desarrollamos un proyecto por trimestre, y en tercero de infantil (la clase de Luka y Vova), este año van a trabajar, "la calle" (sobre profesiones), "El mundo en mi dedo" (diferentes culturas del mundo) y "burbujas" (los mares y océanos)".
Además, de los dos pequeños, en el colegio, hay cinco alumnos ucranianos más, divididos en las diferentes etapas escolares de infantil, primaria y secundaria y según declaran desde el centro "desde que llegaron hace año y medio, todos reciben algún tipo de apoyo escolar en mayor o menor medida. En ocasiones, es necesario recurrir a un traductor on line, para facilitar la comunicación. Pero la rápida integración que han tenido, y la buena respuesta del resto de alumnos y profesorado, ayudan a que consigan los objetivos propuestos". Asimismo, desde el centro esclarecen que "los Ipads han sido de gran ayuda en todo el proceso, primero por el traductor y después porque pueden acceder a mucho más contenido, y asignaturas como Educación Física también han ayudado mucho".
En relación a esto, desde el centro esclarecen, que con dichos alumnos se trabajó mucho el aspecto social y emocional, y se priorizó antes que lo académico. También ayudó que en el colegio se trabajara por grupos de aprendizaje cooperativo (pequeños grupos dentro de la clase). "A día de hoy los cinco que continúan en el centro ya siguen el currículum de forma prácticamente normal como el resto de compañeros",aclaran.
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