La ola de calor alcanza a Salamanca, que registrará hasta este domingo temperaturas que alcanzarán los 40 grados y no bajarán de 25. Ante este panorama meteorológico uno de los principales problemas que nos asola a los mortales que no disfrutamos de aire acondicionado en nuestra casa es: ¿y ahora como duermo?
Lo cierto es que conciliar el sueño con más de 30 grados por la noche parece poco menos que imposible. La mejor manera en estos casos es acudir a uno de esos pueblos del norte donde en pleno agosto apenas se alcanzan los 13 grados por la noche. Dormir tapado en pleno verano, qué delicia… Mas no todo el mundo dispone de pueblos bucólicos al borde del mar o encuadrados en los picos de Europa, por lo que aquí os dejamos una serie de sencillos trucos para lograr cerrar el ojo
1. Sábanas de algodón
Lo primero es comenzar por la cama. El tejido de las sábanas es crucial, no vaya a ser que haya alguien a quien se le ocurra calzarse unas sábanas de franela en plena ola de calor. Bueno, seguro que algún universitario que no las ha cambiado desde febrero lo hará.
Los expertos indican que el mejor tejido en estos casos es el algodón de calidad, evitando siempre los tejidos sintéticos. El algodón ayudará a mejorar la transpiración y te mantendrá fresco, dentro de lo posible, durante buena parte de la noche.
2. Refrescar el cuerpo
Todos hemos recurrido al clásico dispensador de agua, el “flus flus” de toda la vida del señor, para refrescarnos o refrescar la cama en plena canícula veraniega. Hay una alternativa todavía mejor: la bolsa de agua. Sí, sí, esa misma que se utiliza para calentar, pues a la inversa.
¿Cómo hacerlo? Agarras la bolsa de agua tradicional, la llenas (de agua, claro) y le metes al congelador. Cuando vayas a la cama la sacas del refrigerador y la colocas en puntos estratégicos como rodillas, tobillos, muñecas, cuello, ingles y codos.
3. Aloe vera
Así es, embadurnarte con cremas con aloe vera puede ser un alivio ante las altas temperaturas. La clave está en que estos mejunjes, además de dejarte la piel como el culito de un bebé, proporcionan una sensación de frescor que ayuda a rebajar la temperatura corporal.
Meter las cremas en la nevera ayuda a potenciar la sensación
4. Evitar las cenas pesadas
En verano es imposible no engordar. Pinchos, chiringuitos, parrilladas… Las vacaciones están para comer, ¿no? Pues no, o al menos no por la noche ya que ingerir demasiadas proteínas durante la cena requiere un mayor esfuerzo metabólico para la digestión y ello conlleva un ascenso de la temperatura del cuerpo.
Alimentos frescos como las frutas de la época estival, sandía y melón, pueden ser una alternativa mucho mejor para combatir el calor.
El picante ni tocarlo. Y no solo porque suponga un esfuerzo para el sistema digestivo.
5. Evitar el deporte poco antes de dormir
No te líes a correr maratones a las 11 de la noche, aunque en verano sea recomendable evitar las horas centrales del día para hacer deporte. Si tu objetivo es pegar ojo es preferible dejar los esfuerzos físicos (todos, eh), puesto que estos activan el cuerpo y provocan, una vez más, un ascenso de la temperatura corporal.
Si quieres dormir, nada de crossfit.
6. Una ducha bien fría
No podía faltar en esta lista el clásico de los clásicos: una ducha helada en plena ola de calor. A falta de piscina en casa -ni que esto fuera una serie de esas de adolescentes millonarios-, nada como meterse debajo de la alcachofa con el grifo del agua fría a tope.
Este redactor es consciente que hay gente que se ducha con agua caliente hasta en verano, pero para ellos no van estos consejos; mas si eres de los que te va a costar dormir estos días ni te lo pienses: unos buenos chorrazos de agua fría es lo que tu cuerpo requiere para descansar de estas temperaturas extremas.
Diego Serrano en la serie “Los Serrano” recomendaba mucho a sus hijos este método, si bien es cierto que puede que por diferentes motivos que los que aquí nos atañen.
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