Imagina llevar toda tu vida pintada en unos cuadernos desde que tenías 11 años, duro trabajo ¿no?, pues Miguel Elías uno de los pintores españoles mas importantes alicantinos pero que vive en Salamanca, lo hace a la perfección y cuenta con orgullo como fueron sus inicios, cómo es su presente, cómo será su futuro y cómo es su inspiración para seguir creciendo y desarrollándose.
Miguel, es un artista que a los 11 años a través de una beca apareció en Salamanca (obviamente siendo ya casi un experto en el mundo de la pintura) para cursar estudios artísticos y ha permanecido en la ciudad hasta el día de hoy. Tras haber pasado por varios puntos de la enseñanza artística llega a la Universidad de Salamanca, dotando de vida a la materia cuando se inspira en sus obras.
Desde su estudio, lleno de tintas y pinceles donde también hay libros de poesía ya que lleva muchos años haciendo representaciones a estos ejemplares, especifica que él, es el único discípulo occidental de un maestro japonés llamado Kousei Takenaka, la gente se preguntará que ¿qué es esto? y Miguel esclarece desde el principio “el camino” que ha tenido que recorrer con obstáculos, hasta en cierto modo, para llegar a ser profesor en la universidad en el grado en estudios de Asia Oriental.
Pero primero, ¿Cómo decidió empezar en el mundo de los cuadernos? “Esto comenzó cuando yo tenía siete años y el primer profesor que tuve de pintura, que fue un pintor alicantino muy conocido Gastón Castelló, me dijo que me iba a regalar un cuaderno y que nunca me iba a despegar de el. Así fue estaba todo el día dibujando y ahí me enganchó”.
Miguel detalla que en la actualidad puede tener alrededor de 1.300 cuadernos y en su interior se puede encontrar detalles como papiroflexia, preparación de clases, lecturas, con quién se encuentra, con quién habla, que exposiciones visita, en definitiva, un diario pintado. “Siempre llevo un cuaderno encima, de ellos destaco los del Camino de Santiago ya que he hecho ocho y pintados en acuarela” manifiesta Elías.
En cuanto a cómo comenzó su andadura en el mundo japonés relata que con motivo de la inauguración del Centro Hispano Japonés de la Universidad, su maestro Kousei vino a impartir una demostración de pintura Sumi-e. “Después de verme pintar y apreciar mis trazos, el maestro me invitó a cenar y me propuso seguir el camino de la pintura Sumi-e, aprendí de la cultura japonesa todo lo necesario. Fue todo muy diferente para mi mente occidental, tras tres años inmerso cada día mas en todo el aprendizaje, el maestro me dijo ahora vamos a comenzar y yo pensando que ya llevaba camino recorrido. Es un mundo totalmente diferente al nuestro, el mentor acoge a los discípulos. En este punto abandoné prácticamente la pintura tradicional occidental por la pintura japonesa”, así explica Miguel una parte fundamental de su vida.
En este sentido, revela diferencias en los materiales y en la realización de las obras ya que en Japón se usa papel de fibra de bambú y se hace la labor con una pincelada única, es decir, “el pintor tiene que tener una concentración máxima y cada trazo que hagas no se puede corregir, es una pintura muy meditativa, otro mundo totalmente paralelo no entendible en muchos casos porque la gente que lo ve se piensan que son dibujos y detrás hay una filosofía que te atrapa cuando entras en ella”.
Por último, en referencia a futuros proyectos, Elías declara que está continuamente prepárandose "la documentación y la lectura es fundamental en mi día a día".
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