La plaza del Oeste ha amanecido este martes con mil grullas de origami, que se han convertido en un símbolo de paz debido a la historia de una pequeña niña japonesa, Sadako Sasaki, que acabó falleciendo de leucemia debido a la radiación de la bomba atómica.
Además, la creadora de la obra pasará en la tarde de este martes para presentar su acción, conjuntamente con la Asociación Zoes.