“Ocio saludable” para combatir la adicción a las drogas que amenaza a los jóvenes salmantinos: así es el proyecto liderado por Alba González y Ana Crespo

El equipo está formado también por Andrés Rodríguez y Nelly Pérez, cuyo objetivo es generar espacios alternativos desde “la igualdad, la interculturalidad y la integración social”

Alba González y Ana Crespo
Alba González y Ana Crespo

Uno de los mayores problemas que amenaza a los jóvenes de la ciudad es el ocio ligado al consumo de drogas. La romantización y normalización de este consumo generalizado convierte a los más jóvenes en esclavos casi sin darse cuenta, haciéndoles perder la motivación, sus habilidades y la ilusión por la cotidianidad.

No obstante, parte de la población juvenil pretende promover un consumo nulo o, al menos, responsable y ofrecer otras alternativas de ocio que no desgasten a los jóvenes si no que les impulsen a explotar sus capacidades, así como a divertirse sin recurrir a estupefacientes.

Con este propósito nace ‘Vida de barrio sostenible: jornadas de ocio alternativo’, el proyecto seleccionado dentro del programa de ayudas para la realización de proyectos orientados a la innovación social y sostenibilidad en los campus de la USAL. El equipo está formado por Alba González, Ana Crespo, Andrés Rodríguez y Nelly Pérez, cuatro jóvenes de entre 21 y 22 años.

‘Ocio sostenible en un barrio periférico de la ciudad con escasa oferta de ocio saludable’

El proyecto, elegido y financiado por el Servicio de Asuntos Sociales (SAS) de la Universidad de Salamanca dentro de la Convocatoria de 'Proyectos Objetivo Campus Sostenibles' 2022-2023, se va a llevar a cabo en el barrio de Garrido y pretende ofrecer un ocio “alternativo” y “saludable” frente al “ocio nocivo” que promueve la ciudad.

Bajo esta premisa, el equipo liderado por Alba González y Ana Crespo, junto con la colaboración de asociaciones como ‘Juventud Unida de Salamanca’, de la que también forman parte las chicas, reclama que “la gente joven tiene ganas de hacer cosas y no se le ofrecen muchas oportunidades”. De esta necesidad surge su proyecto, centrado principalmente en jóvenes que buscan ocupar su tiempo de otra manera. “Solo se piensa en drogas y salir de fiesta”, asegura Alba González y añade que “hay que aportar otras alternativas a la gente joven”.

El programa pretende resultar “atractivo” para “cautivar” a los jóvenes y así combatir “el despoblamiento y el envejecimiento” de los barrios. No obstante, buscan expandir los talleres a personas de todas las edades para favorecer “lazos comunitarios”. “Estamos interesadas en el desarrollo comunitario”, ha explicado Ana Crespo y añade que quieren “aprovechar la convocatoria no tanto desde el plano académico si no social”.

“Muchas veces no se hacen estas cosas porque no hay dinero para financiar ni gente que tenga la iniciativa”, ha manifestado Ana. El equipo quiere ejercer un “compromiso social” para crear un Garrido “sostenible” y “saludable” desde el prisma de “la igualdad, la interculturalidad, el medioambiente y la integración social”.

“Que el ocio no se reduzca a estar en un bar”

Las actividades que pretende llevar a cabo el equipo se han dividido en dos amplias categorías: por un lado, relacionadas con el deporte y, por otro lado, micros abiertos con un gran espectro de posibilidades creativas.

Con respecto al deporte, van a crear torneos deportivos que no se centren solo en fútbol y baloncesto. Además, “tenemos intención de que participen chicas para reivindicar su papel en el deporte”, han aclarado las jóvenes.

En cuanto al resto de talleres más diversos, en los micros abiertos cada persona podrá mostrar sus capacidades, habilidades o talento, ya sea cantando, bailando, recitando, tocando un instrumento etc. “Hablamos con un grupo de baile que ya ha participado en este tipo de actividades, aunque aún no está claro”, ha contado Ana. También, se organizará una charla/debate acerca de cómo se estructuran los barrios y sobre sostenibilidad ambiental.

Toda la programación pretende “favorecer que la gente que comparta hobby se conozca” así como que el ocio “no se reduzca a estar en un bar”.

Un proyecto “reivindicativo con el sistema”

El trabajo de estos jóvenes ha sido elegido por su carácter “reivindicativo con el sistema” que pone de manifiesto que “si se hacen actividades distintas la gente se anima”, aseguran las chicas que lideran el equipo. “Está a la orden del día generar alternativas en los barrios y darles vida”, señala Ana Crespo, agregando que “fomentan la participación conjunta”. Desde el grupo mantienen el deseo de que esta iniciativa “no sea una actividad para un momento concreto” si no que sea el principio de un estilo de ocio diferente en la ciudad.

“El sistema nos está quitando las ganas de seguir adelante y estamos todos apagados”, destaca Alba. En estos parámetros, consideran que un ocio sano ayuda “a transmitir unos valores de respeto y de igualdad” además de “ofrecer un poco de esperanza e ilusión” a los jóvenes y etnias de los barrios para que no se vean obligados a abandonarlos. “Hay que aprovechar que Salamanca es ciudad universitaria y atrae a muchas personas jóvenes para que éstas se queden porque incluso las que han nacido aquí se marchan porque no se generan oportunidades y esto provoca el envejecimiento de los barrios”, reitera Ana.

Las chicas consideran que es “necesario” su proyecto debido a la normalización de las drogas en todos los planes que llevan a cabo los jóvenes en Salamanca. Frente a esta casi romantización de la droga y la fiesta, los talleres y actividades que propone el grupo de Alba y Ana se abre paso para que “la gente con valores buenos se una para crear cosas muy buenas”.

“Nos parece un pilar fundamental la unión entre diferentes grupos y edades”

Con este proyecto, los integrantes del grupo consideran que es “una forma de volver a hacer que este tipo de actividades salgan adelante”. Además, entre sus objetivos también contemplan llegar a todas las “etnias marginadas”. De esta manera, fomentan “la interculturalidad y que participe la población inmigrante”.

“El tipo de actividades en las que nos involucramos se relacionan con otros colectivos, nos parece un pilar fundamental la unión entre diferentes grupos y edades”, ha contado Alba González. Los espacios que reúnen a distintas generaciones permiten que “se conozcan sus problemas” y así verlos con otra perspectiva. “Está bien que se compartan experiencias” porque “la visión que tienen las personas mayores y nosotras es muy diversa y se complementa”, enfatiza Alba. Sin embargo, las chicas aseguran que las temáticas que denuncian y reclaman los jóvenes “están muy relacionadas” con las “reivindicaciones” de las personas adultas y mayores.

En definitiva, estos talleres que agrupan a distintas etnias y colectivos, de diferentes edades, permiten entablar relaciones que se retroalimentan porque “unos aprenden de otros” y promueven un "ocio saludable" entre la juventud salmantina motivando sus intereses y alejándoles de las adicciones. Todas las integrantes del equipo concluyen mostrándose “optimistas”, “contentas” y “con ganas de hacer cosas”.

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