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Los ópticos recomiendan utilizar la protección adecuada para la práctica deportiva

El usuario debe llevar gafas especiales con sujeción y material irrompible para deportes de contacto y lentes protectoras para las actividades en el agua y la exposición a los rayos ultravioleta

Ciclismo gafas

Con la llegada del buen tiempo, las actividades al aire libre proliferan por lo que desde el Colegio de Ópticos Optometristas de Castilla y León recomienda aprovechar los grandes beneficios que aportan a la salud visual aunque sin perder de vista los riesgos que conllevan si no existe una acecuada protección. 

De esta manera, recuerdan, la cuarta parte de las lesiones oculares se producen en el ámbito deportivo. Así, el delegado del COOCyL en Salamanca, Mariano Luengo, aclara que "en cualquier actividad deportiva, más aún si es de contacto, siempre debemos valorar nuestros ojos como un factor de riesgo a cuidar, y ya que existe, sería bueno pensar en su protección preventiva siempre desde la adaptación de una gafa protectora debidamente homologada y que ya está regulada en algunos deportes debiendo cumplir ciertos requisitos técnicos".

"Junto a una dieta equilibrada y a unos buenos hábitos de vida, el ejercicio físico redunda en beneficio de nuestra salud, también la visual. La retina, un tejido altamente vascularizado, suele padecer de una forma directa y muchas veces grave, la descompensación de nuestro estado general de salud", asegura, por su parte, la secretaria general del COOCYL, Ana Belén Cisneros.

Pero, además, en una sociedad cada vez más “miopizada”, debido al sedentarismo y al peso creciente de la visión cercana frente a todo tipo de pantallas, "la práctica deportiva y las actividades al aire libre nos brindan la oportunidad de romper esta dinámica, que provoca procesos como sequedad o estrés visual", añade Cisneros.

Sin embargo, es "muy importante" que las personas que practican ejercicio físico de forma regular realicen controles para conocer su estado visual, "ya que la mayoría de los deportes requieren de un mayor grado de atención y de una respuesta rápida, precisa y eficaz a tales estímulos, aunque muchas veces no le damos la importancia que se merece", insiste la secretaria general del COOCYL.

Las contusiones son muy habituales en juegos con pelota, por ejemplo en el golf o el squash, así como en los deportes de contacto (boxeo y artes marciales) y el rugby. En estos casos, "la mejor medida preventiva es utilizar gafas deportivas especiales, con materiales ligeros e irrompibles", señala Cisneros.

Respecto a la exposición prolongada a las radiaciones ultravioletas en la práctica de algunos deportes como el alpinismo o la vela, se pueden producir lesiones de distinta índole, desde procesos como queratitis o conjuntivitis, hasta lesiones de retina. La experta asegura que "es fundamental utilizar siempre gafas de sol con los filtros adecuados y con protección lateral".

El contacto con agentes químicos, fundamentalmente por el cloro de las piscinas en natación, waterpolo o sincronizada, puede provocar queratitis o conjuntivitis. Para evitarlo, hay que recurrir a gafas especiales, que pueden incorporar graduación si se precisa, y evitar el uso de lentes de contacto, una medida que también debe aplicarse en actividades en el mar, en ríos o en lagos.

La introducción de arenilla y cuerpos extraños en el ojo, habitual en ciclismo, vela, atletismo y deportes extremos que se practican al aire libre, puede provocar irritaciones, erosiones corneales o conjuntivales, que son evitables con el uso de gafas protectoras.

Con todo, Ana Belén Cisneros concluye que "para las prácticas al aire libre, es aconsejable utilizar gafas protectoras, mientras que en las que se realizan en pabellones cerrados con aire acondicionado, el uso de lágrimas artificiales es una buena medida para mantener una adecuada hidratación y lubricación de la superficie del ojo".

¿Qué tipo de lentes son las más adecuadas?

“Si no corres con zapatos, tampoco deberías correr con gafas tradicionales”, asegura Ana Belén Cisneros y aclara, además, que el nivel de defecto refractivo con el que se pueden realizar deportes sin usar gafas graduadas o lentes de contacto para evitar cualquier riesgo es de hasta 0,75 (+/-) dioptrías.

Si es mayor, todos los deportistas deberían usar gafas deportivas graduadas, que "deberían ser lentes de policarbonato, las más resistentes al impacto, 10 veces más que cualquier otra lente orgánica y que se usan también como protector antibalas o como parabrisas en naves espaciales", señala Mariano Luengo.

Además, añade que aunque este tipo de gafa se suele asociar al usuario que no quiere o no puede llevar lentes de contacto, "también se puede aconsejar para la actividad deportiva aunque no sea necesaria la corrección óptica, primero por su aspecto funcional en deportes de no contacto, por ejemplo, el ciclismo o el runnig, para evitar la entrada de cuerpos extraños a la vez que, con un filtro adecuado, permita también una visión óptima y mejoras en el contraste del entorno, y segundo, por la protección ocular en deportes de contacto como el fútbol, o incluso en otros donde, como en el pádel, existe un riesgo de impacto".

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