Otra denuncia pública de una salmantina por abusos sexuales de un religioso: "Mi vida ha sido horrible por esto"

Recuerda que era católica y que confiaba en los curas y cuenta, en una entrevista a El País, su experiencia de más de dos años de abusos sexuales en el colegio Trinitarios, aunque no era alumna del centro

 Teresa
Teresa

Los escándalos entre los religiosos y menores siguen en Salamanca. Después de las grabaciones que publicó El País en el que se incrimina al obispo, Carlos López, de ofrecer dinero a una de estas víctimas, que lo fue entre 1982 y 1992, ahora la polémica salpica a otro caso. 

También El País publicó una entrevista con Teresa Conde, una salmantina, profesora, de 52 años, que también asegura haber sufrido abusos sexuales por parte de un religioso de los Trinitarios de Salamanca, Domingo Ciordia Azcona, ya fallecido, durante más de dos años en la década de 1980, cuando ella tenía 14 años. 

De esta manera, según recoge el diario nacional, Domingo Ciordia utilizó su condición de amigo cercano a la familia para ello a pesar de que ella no era alumna del centro. De hecho, al parecer, pidió que le ayudara en la Secretaría, donde "pasaba de todo". 

Teresa Conde recuerda a El País la primera vez que le "atacó". "En su seiscientos amarillo matrícula de Bilbao, de noche, en noviembre", comenta. La dureza no hace falta describirla, solo sentirla: "Me vi con este señor encima, me metió las manos en la vagina, la lengua en la boca. Recuerdo el pánico, fue eterno. Yo no sabía ni lo que estaba pasando, no sabía nada de la sexualidad. Y yo era católica, confiaba en los curas", relata.

A esta primera vez, le siguieron otras muchas hasta que, poco a poco, fue comprendiendo lo que ocurría. "Me hizo de todo menos penetrarme porque eso para él era pecado", sigue contando, hasta que dejó la ciudad y empezó con terapia psiquiátrica a los 19 años. "Me quería morir. Mi vida ha sido horrible por esto". 

Así, con ello ha convivido durante mucho tiempo, sin dar crédito a lo que ocurrió ni a su gestión. En la misma información publicada por El País, cuenta que Daniel García, superior de los Trinitarios, llamó una vez a sus padres, pero a ella solo le llamó una vez por teléfono para decirle "que el cura que había abusado de mí lo estaba pasando peor que yo". El propio cura, también por teléfono, le comentó que le recordaba "todos los días de su vida y que tenía recuerdos maravillosos". 

Según relata, incluso se jactaba durante los 20 años que permaneció en Salamanca de que la Iglesia no entendía la sexualidad. Ahora decidió contar su caso en público ya que se sentía "responsable y culpable cada vez que leo que a otro niño o a otra niña le ha ocurrido lo mismo que a mí, para que se sepa entre qué gente estamos. La Iglesia lo va a tapar siempre, lo va a negar siempre. Primero nos victimiza el que nos viola y luego la institución”. 

De esta manear, aconseja a otras víctimas que hablen con alguien de confianza, “para superar la sensación de asco, culpa y agresividad”. “Además socialmente nos van a culpabilizar, hay que estar acompañado. Si después de hablar yo, alguien más se atreve, me doy por satisfecha”. ¿Qué debería hacer la Iglesia? “Tendría que reconocer los abusos y pedirnos perdón, que sean capaces de limpiar lo que tienen dentro, pero me cuesta mucho creerlo, porque todos los que he conocido yo o lo hacían o lo justificaban. Creo que la Iglesia encubre sistemáticamente miles de casos”.


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