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Un paciente denuncia maltratos en la Santísima Trinidad: “Comenzaron a reírse, a darme patadas y a rociarme con un spray con olor a lejía mientras preguntaban que si estaba así por el Ramadán”

Los hechos ocurrieron a finales del mes de abril, cuando este hombre, de nacionalidad andorrana, acudió al centro hospitalario por un dolor en el estómago que le provocaba un sangrado y mareos y no le dejaba comer. Ya ha interpuesto la correspondiente denuncia ante la Policía Nacional

Hospital General de la Santísima Trinidad04

Hay una cosaque todos los profesionales sanitarios no se han cansado de repetir desde quese iniciase la pandemia del coronavirus. Y es que el resto de enfermedades, másallá del Covid-19, se siguen produciendo, por lo que sigue siendo necesarioconsultar a los médicos ante determinados síntomas para tratar de buscar unasolución, de manera telemática si se pudiera o presencial si no quedara másremedio.

Esto es lo quehizo R.T.H., un ciudadano andorrano, de origen marroquí y residente enSalamanca, que a mediados del pasado mes de abril comenzó a sentir molestias enel estómago. Lo primero que hizo fue acudir al especialista de digestivo através de una videoconsulta pero este médico le explicó que, como no podíahacer ninguna prueba al no estar autorizado -por el Real Decreto del estado dealarma-, simplemente le iba a recetar unos probióticos y a cambiarle lamedicación para ver si mejoraba.

Así lo relatael afectado a SALAMANCA24HORAS, comentando que, como no sólo no le desaparecieronlos síntomas sino que fueron a más, decidió acudir al Servicio de Urgencias delHospital Santísima Trinidad -al tener su seguro médico a través de una mutuaprivada- ya que “no podía hacer vida normal. No me podía levantar de la cama,sangraba al ir al baño y no podía comer absolutamente nada”.

De hecho, estehombre está diagnosticado de irritación intestinal desde hace meses, pero lossíntomas que ahora padecía le resultaron “lo suficientemente alarmantes comopara desplazarme”, no sin dificultad, a Urgencias. Allí, “y antes de que meviese especialista alguno al que pudiera describir la sintomatología”, lehicieron una analítica y una radiografía de tórax.

Una vez recibiólos resultados sí pudo ver al doctor de guardia y contarle lo que le pasaba,aunque este le contestó que no disponían de especialistas de digestivo, por loque le recetó más antibióticos y Primperan (medicamento utilizado para tratarla náusea y el vómito). También habló con su médico de cabecera, quien leencargó tanto un estudio serológico como de heces.

Pero, ante lasdudas que le despertaba el que no le hubieran hecho pruebas, R.T.H. acudió al‘Defensor del Paciente’, recibiendo como respuesta que sí se le podían mandardichas pruebas y que debía ser el especialista el que las solicitara, al tenerla última palabra médica. También se puso en contacto con su compañía médica(Sanitas), quienes le ofrecieron cambiarse de ciudad para hacerle el chequeopertinente. Así, inició los trámites para recibir atención en Madrid, en el hospitalde La Zarzuela, el 4 de mayo.

Unos dolores“insoportables” que le llevaron a acudir nuevamente a Urgencias, llegandomareado y sin voz

Sin embargo, el28 de abril, apenas una semana después de su primera llamada al especialista,los dolores para este varón eran “insoportables”, como el mismo afirma a estemedio. Además, sangraba excesivamente cada vez que iba al baño, llevaba más de48 horas sin poder ingerir ningún tipo de alimento y se encontraba totalmentemareado, motivo por el que decidió acudir, nuevamente, a Urgencias.

Pese a queSanitas le ofreció el traslado en ambulancia, “como vivo al lado de laSantísima Trinidad, fui andando”. Ese esfuerzo que tuvo que realizar, aunquefuera pequeño en tramo, le supuso llegar tan mareado hasta el punto de pensarque se iba a desmayar, relata. Tuvo que apoyarse en una silla, prácticamente derodillas, y esperar a que lo atendieran.

“De la puertainterior de la Sala de Visitas salió una mujer a la que no pude ver y me pidióque levantara la cabeza, respondiéndole que me resultaba imposible. Pero mi vozera tan débil que no conseguía hacerme oír, por lo que comenzó a gritarme cadavez más hasta que se alejó”, prosigue R.T.M, recordando todo lo que le ocurrióaquel día y que difícilmente se le olvidará.

Y es que a lospocos minutos regresó la misma mujer acompañada de otra compañera, exigiéndoleal paciente que se identificase o llamarían a la Policía. “Yo les respondía,aunque supongo que mi timbre de voz en ese momento era inaudible”, indica,señalando que justo después vino el primer momento denigrante de su visita aUrgencias: “Comenzaron a reírse, a darme patadas y a rociarme con un spray conolor a lejía”.

Mientrassucedía todo eso le seguían reclamando que levantara la cabeza, “algo que meresultaba imposible en ese momento”. Finalmente, y con esfuerzo, les logrómostrar la tarjeta sanitaria, yéndose inmediatamente a Administración “supongoque a gestionar el cobro”. Además, una de ellas le comentó que esperaba que nohubiera “cámaras que estén grabando”.

“Mepreguntaron que si estaba así por hacer el Ramadán”

Tras comprobar quela documentación estaba más que en regla, fue montado en una silla de ruedas y postradoen una sala durante cerca de una hora. Antes de que terminase de marearse deltodo, logró escuchar que dos personas hablaban entre ellas y comentaban quehabía estado ya en el hospital hacía unos días “así que lo mandaremos para casa”.

Cerca de unahora después, y cuando estaba entre dormido y mareado, otro sanitario se leacercó y le preguntó que “si estaba más calmado”, algo que indignó a estehombre porque en ningún momento pudo, siquiera, contestar. De hecho, continuósin responder “porque no podía”, por lo que lo volvieron a dejar sólo hastaque, un rato después, volvieron para hacerle una extracción de sangre. Y aquíllegó otra falta de respeto para este paciente.

“Me preguntaronque si estaba así porque estaba haciendo el Ramadán. Y, como no contestaba, melo volvieron a preguntar”, señala, indicando que además en ningún momento lepreguntaron que qué le pasaba ni que describiera sus síntomas.

Le hicieron nuevamenteuna analítica -como había sucedido el día 22- y le dijeron que también teníaque realizar una prueba de orina. Al no ser capaz, le informaron que letendrían que meter una sonda por la uretra para extraerle la orina, algo que yafue el colmo para él. Pero no se llegó a tal punto, puesto que decidió llamar aSanitas y contarles toda la situación.

Desde su aseguradorale dijeron, minutos más tarde, que habían hablado con el hospital y que iba apermanecer ingresado. “Pero se acercó un médico y me dijeron que me daban elalta porque no me podían hacer la prueba de orina”, cuenta. Fue acompañadohasta la puerta, donde procedió a llamar a Sanitas nuevamente, si bien sólo leofrecieron la posibilidad de poner una reclamación, algo que también debíahacer presencialmente.

Pero no pudo. “Quisevolver a entrar para dirigirme a Atención al Paciente y un empleado deseguridad y un sanitario me lo impidieron. Pregunté por qué y me respondieronque cumplían órdenes”, relata, añadiendo que además les enseñó tanto el NIE comola tarjeta de la mutua. “Me dijeron que no tenía permitida la entrada ese díaporque ya estaba dado de alta”, apostilla.

Finalmente, aldía siguiente pudo desplazarse a Madrid para realizarse las pruebas, y el día30 logró interponer la reclamación en la Santísima Trinidad. Pero este hombreha decidido también denunciarlo ante la Policía Nacional porque sintió querecibió un trato vejatorio además de una clara discriminación al ser preguntadopor el Ramadán.

“No puedo exigiramabilidad de los profesionales, bastaría con un poquito de empatía y humanidad.Pero exijo reparación por un trato absolutamente inhumano y vejatorio que herecibido en ese hospital”, finaliza.

Comentarios
Uno Hace 3 años (15/10/2020 09:38)
Presunción de inocencia para el personal del hospital. Eso lo primero. Luego a investigar los hechos. Pero aquí veo que en seguida juzgamos metemos el racismo con calzador y demás. Yo llevo muchos años yendo a ese Hospital y jamás jamás he tenido un mal trato. Ni el más mínimo. Entonces habrá que oír al Hospital <br/>00
Negrillo Hace 3 años (06/05/2020 00:28)
No pongo en duda la versión de este señor, pero, habria que oir la versión de el Hospital y la de Sanitas. El que le preguntaran por el Ramadán es normal, sobre todo en los primeros dias, hay personas que sufren trastornos gástricos por el ayuno. <br/>7011
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