La pandemia redujo las quejas por ruido presentadas por los ciudadanos ante el Defensor del Pueblo durante 2020, pero aumentaron aquellas relacionadas con multas por mala gestión de residuos, según señala el informe de la institución correspondiente a 2020 y presentado telemáticamente este jueves ante el Parlamento.
Así, señala que el confinamiento domiciliario por la incidencia del COVID-19 que se decretó en marzo de 2020 en el marco del estado de alarma está detrás de un descenso abrupto en el número de quejas por ruido --una de las preocupaciones recurrentes expresadas desde hace años por la institución-- al tiempo que ha confirmado un incremento durante esos meses de las reclamaciones por la gestión de los residuos en las ciudades.
Así se desprende del 'Informe de Gestión de 2020' del Defensor del Pueblo, presentado este jueves ante el Parlamento de forma telemática, y que refleja que en ese ejercicio, el medio ambiente ha estado "marcado" por la incidencia de la COVID-19.
En concreto, destaca que el confinamiento tuvo como consecuencia "cierta mejora de varios parámetros ambientales" como la calidad del aire o la conservación de la biodiversidad, provocados por la paralización de las actividades económicas.
No obstante, el defensor refleja el "retraso" en la tramitación que supuso la suspensión generalizada de procedimientos administrativos decretada durante el confinamiento así como la restricción de la atención a la ciudadanía, lo que ha sido "motivo de queja por parte de los ciudadanos", de los que afirma que "en muchas ocasiones" han manifestado su "desconcierto" al desconocer las posibilidades de actuación ante el silencio de la Administración.
El Defensor del Pueblo en funciones, Francisco Fernández Marugán, ve "obligado" referirse a la hostelería en el capítulo medioambiental de su memoria, ya que la restauración fue uno de los sectores económicos "que más limitaciones ha sufrido, en cuanto a horario y aforos".
Si bien, añade que estas limitaciones dieron lugar a que las molestias por ruidos generados por este tipo de actividades, que "habitualmente son el mayor número de quejas que se recibe", se hayan reducido "sensiblemente" o hayan concluido "de forma abrupta" al cesar definitivamente la actividad del local por razones económicas.
La memoria anual de 2020 recuerda que las fuentes generadoras de molestias acústicas más recurrentes, según las quejas de los ciudadanos, son los ruidos procedentes de bares, terrazas, maquinaria, tráfico, transportes públicos, fiestas, conciertos, hasta de los propios vecinos colindantes.
Así, incide en que es "frecuente" la tramitación de expedientes por terrazas, fiestas patronales o festivales de música porque se ubican a escasos metros de zonas residenciales hasta altas horas de la madrugada, sin conciliación de intereses entre la vida digna en las viviendas de las personas y los titulares de los establecimientos.
Lamenta de este modo que "parece haberse normalizado el hecho de vivir rodeado de ruido, pero este no puede significar que se deban soportar ruidos que sobrepasen los límites establecidos en la normativa y de lo que es razonablemente tolerable".
Por tanto, el Defensor subraya que la contaminación acústica por encima de los límites legales incide sobre el derecho fundamental a la inviolabilidad del domicilio, a la protección de la salud, a un medio ambiente adecuado y a una vivienda digna.
Al tiempo que se redujeron las quejas por ruido por el confinamiento, el informe anual alerta de que han surgido nuevos temas a raíz de las ampliaciones de las terrazas durante el pasado verano. "Esta institución lleva años insistiendo en que es prioritario el establecimiento de horarios racionales y acordes a las horas de descanso vecinal", apostilla.
Los ruidos que generan los supermercados es otra de las quejas medioambientales tramitadas, ya que estos generan además de ruido, vibraciones por sus sistemas de climatización o refrigeración, así como por la carga y descarga de mercancías en horario nocturno.
En general, señala que las inspecciones municipales realizadas a estas superficies han puesto de manifiesto la presencia de maquinaria "obsoleta y ruidosa" que ha tenido que ser sustituida o aislada acústicamente para respetar los niveles de ruido.
También, refleja que ha sido preciso instar a que la descarga demercancías se produzca dentro el horario establecido para estas actividades y que se adopten medidas correctoras para reducir el ruido por el arrastre de mercancías o por impacto.
En este ámbito, defiende que la intervención del Defensor del Pueblo ha permitido hacer mediciones acústicas de la maquinaria instalada en los supermercados y que se corrijan las deficiencias detectadas. Sin embargo, advierte de que en otros casos ha sido necesario evidencia la "pasividad de la administración para que reaccione".
Más quejas por residuos municipales, por el aumento de compras online
Por el contrario, refleja que aumentaron las quejas generadas por las sanciones impuestas por las autoridades municipales por prácticas "inadecuadas y depósitos irregulares" de cartones y restos de paquetería y mensajería en general.
El Defensor atribuye esta realidad detectada durante el confinamiento al incremento "enorme" de las compras a través de internet, con lo que ello conlleva del correlativo aumento de los servicios de mensajería y paquetería y, de forma subsidiaria, de los residuos que ello genera.
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