Pedro Gómez de Quero, director médico del Hospital: “Ver todos los días la motivación de los equipos de las plantas, las unidades de críticos y urgencias me llenaba de orgullo por tener los profesionales que tenemos en Salamanca”

El doctor Pedro Gómez de Quero es el director médico del Complejo Asistencial de Salamanca desde el pasado mes de noviembre de 2019, aunque su puesto fue oficializado por la Junta de Castilla y León mediante una publicación en el BOCYL en el mes de enero. Lleva diecisiete años en Salamanca y anteriormente fue el jefe de Pediatría. El director médico ostenta la responsabilidad en la asistencia sanitaria en el Hospital y, por lo tanto, debe procurar y tratar de garantizar la calidad, la eficiencia, la seguridad y la armonía de las actuaciones que se llevan a cabo. En los últimos meses no le ha tocado, por lo tanto, una tarea sencilla

 Pedro DM
Pedro DM

¿Cómo se encuentra ahora mismo el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca? Lo peor ha pasado, al menos momentáneamente, ¿no?

Sí, seguimos en descenso en el número de pacientes. A día de hoy estamos con cifras de 23 pacientes confirmados COVID-19 ingresados en plantas de hospitalización y 7 en UVI. Hemos pasado de tener 18 plantas abiertas (12 en el Hospital Clínico y 6 en el Hospital de Los Montalvos) a 2 únicamente en el Hospital Clínico.

Ustedes se dedican, al fin y al cabo, a salvar vidas. ¿Ha sido muy duro afrontar lo vivido? ¿Pensó en tirar la toalla en algún momento?

Ha sido una situación dura para todos los profesionales de todas las categorías del Hospital: el aumento progresivo de casos, la letalidad del virus, la muerte en soledad, etcétera. Ha habido momentos muy duros para todos. Pero el espíritu de trabajo en equipo que se ha vivido en el Hospital; el compromiso y la ilusión de todos ha sido el principal motor para el equipo directivo. Y no, nunca pasó ese pensamiento por mi cabeza. 

¿Cuándo se dieron cuenta de que la situación iba a ser muy seria?

Creo que éramos conscientes de ello desde que empezábamos a tener noticias de lo que se había vivido en Italia y lo que se estaba viviendo en la Comunidad de Madrid. Por eso se comenzó a trabajar con tiempo para estar preparados, pero creo que nadie se esperaba la magnitud de esta pandemia y cómo nos azotó.

En la mayoría de hospitales del país y de Castilla y León ha habido ciertas constantes que se han repetido durante la crisis de COVID-19: la escasez de equipos de protección individual (EPI), profesionales sanitarios que exigían la realización de test... ¿cómo se han ido solventando estos problemas en el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca?

En cuanto a los equipos de protección individual (EPI), Salamanca, como todos los hospitales de Castilla y León, sólo tuvo, al principio, escasez de mascarillas en relación, en parte, con el hurto que se produjo del 40% de las mismas. Pero la labor de la Dirección de Gestión buscando proveedores alternativos y a través de la Dirección de Enfermería, con sus Jefes de Área y de Unidad, se decidió establecer un sistema de dispensación y  control de los EPIs que permitiera garantizar, en la medida de lo posible, la disponibilidad para los trabajadores y su uso racional. Eso ha hecho que nunca haya faltado para ninguna actuación el EPI que se precisaba. En estos momentos el gran problema está en los guantes. Se debe gestionar bien su uso porque vamos a estar dos semanas en todo el país con escasez.

Con respecto a los test, el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales ha finalizado ya su realización a todos los profesionales. Se ha hecho a todo el mundo, como ha recomendado la Consejería de Sanidad, los test rápidos con IgG e IgM separada y, además, a los que eran negativos, se ha llevado a cabo un estudio por el Servicio de Microbiología con serología por método ELISA para observar si aumenta la sensibilidad; ahora estamos pendientes de evaluar sus resultados.

¿En algún momento hubo posibilidad de llegar al colapso asistencial en Salamanca?

Teníamos mucho miedo a que eso sucediera, especialmente en las unidades de críticos, como había pasado en Madrid. Pero la verdad es que, gracias al trabajo en equipo de profesionales de todas las especialidades y categorías, se desarrollaron en las áreas estratégicas (críticos, urgencias y hospitalización de Medicina Interna) planes de contingencia con tiempo y eso no llegó a suceder. En críticos se crearon UCIs extendidas para dotar al hospital de 94 camas y el número máximo de pacientes fue de 57 entre el 2 y 4 de abril. Se ocuparon la UCI del Hospital Clínico, la UCI cardíaca, la UCI coronaria, la Reanimación, la UCI pediátrica y parte de la UCI extendida creada en la Unidad de Endoscopias. No fue necesario pasar a los quirófanos, que se podían preparar para ello también, ni a la UCI del Hospital Virgen de la Vega. En cuanto a hospitalización, se llegó en las mismas fechas a 519 pacientes con ocupación de 18 plantas (12 en el Hospital Clínico y 6 en Los Montalvos). Pero se logró un objetivo prioritario que era no ocupar, por pacientes COVID-19, el Hospital Virgen de la Vega. En ello fue clave la expansión en Los Montalvos, el traslado de pacientes oncológicos a la Fundación Hospital General Santísima Trinidad y el recurso socio-sanitario del Colegio Arzobispo Fonseca.

Pero aparte de los espacios que se consiguieron, lo fundamental y de lo que estoy más orgulloso es que el Hospital fue una piña con un mismo objetivo. Los profesionales sanitarios y no sanitarios, como el personal de mantenimiento o informática, se han dejado la piel, como bien sabéis, para que todo el engranaje de la apertura de nuevas plantas funcionara y los pacientes fueran adecuadamente atendidos. Además, hay que señalar que aunque se destaquen esos servicios claves, sin el apoyo de todos los demás esto no se hubiera soportado, como puede ser la gran labor de Farmacia, Microbiología, Radiología, Medicina Preventiva, etcétera.

¿Por qué hubo tantos contagios en Salamanca?

Yo creo que ha habido varias razones, pero quizás las más significativas son que Salamanca siempre es una ciudad muy turística para los madrileños y la celebración de la Copa de la Reina, que hizo que ese fin de semana hubiera aquí una gran afluencia de población de otras comunidades.

¿Cómo se decidió la puesta en marcha del “Hospital del Colegio Fonseca”?, ¿qué valoración hace de él?

La idea de la creación de un recurso socio-sanitario donde pudieran ir los pacientes que estuvieran en fase de mejoría, pero que no podían ser dados de alta por no cumplir en el domicilio el aislamiento requerido estaba en esos planes de contingencia. En esta situación, conversé con nuestro rector de la USAL, Ricardo Rivero, que había puesto a nuestra disposición todos los recursos de la universidad. Entonces valoramos, junto a nuestro Director de Gestión, Luis Miguel González, el emplazamiento y características del Colegio Arzobispo Fonseca y cumplía los objetivos que pretendíamos. Realmente fue un acierto total, puesto que se ha realizado un gran trabajo y muy humano por todo el equipo que allí ha estado (coordinadores, médicos voluntarios y enfermería) con una gran satisfacción de los pacientes. Es de destacar nuestro agradecimiento a la USAL y a su rector por el apoyo en todo momento en esta pandemia.

¿Cree que han sido un acierto las medidas de humanización puestas en marcha durante la pandemia?, ¿se quedarán algunas cuando regrese la normalidad?

Nos ha preocupado durante esta pandemia la pérdida de la humanización de la atención. La contagiosidad del virus obligó a una serie de medidas en todos los hospitales que no son muy humanas, como la falta de acompañamiento. En este sentido, tuvieron una gran importancia las figuras de los gestores de casos que se crearon en cada Zona COVID. De esta forma se implantaron medidas como la información a los familiares y el aviso si era posible antes del fallecimiento, la posesión de objetos personales, la entrega semanal de cartas de ánimos a Jefes de Unidad de Enfermería para que las distribuyeran entre los pacientes ingresados, la televisión en abierto y la posibilidad de videollamada a través del monitor o teléfono móvil, el animar a que los pacientes escriban sus sentimientos y emociones y el envío semanal de carta de ánimos a todos los profesionales del centro. En este sentido, arrancaremos en breve con la recién creada, antes de esta pandemia, Comisión de Humanización del CAUSA, que abordará todos estos temas.

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¿Habría sido más fácil con el Nuevo Hospital de Salamanca abierto?

Por supuesto que hubiera sido más fácil por espacios y posibilidad de camas, pero no era posible su utilización aún. Los que más ganas tenemos de abrir el nuevo Hospital somos el equipo directivo y, en particular, nuestro gerente. Pero aún faltan requisitos legales y equipamiento para su utilización. Sin embargo, el Complejo Asistencial actual no se ha desbordado y ha demostrado el gran hospital que es.

¿Cómo valora el contagio de los sanitarios en el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca (CAUSA)? ¿Ha habido mucha incidencia? ¿Cómo se encuentra ahora esa estadística?

Como he comentado, se ha finalizado la realización de test a los profesionales y se ha obtenido mediante el test rápido en torno a un 9% de infección aguda o pasada. Un asunto muy importante ha sido el gran número de bajas en el CAUSA por distintos motivos, que hubo momentos en que se superaron los 900 profesionales. Y desde luego lo más triste son el gran número de profesionales que ingresaron, en situación grave y los compañeros sanitarios fallecidos en la provincia, a cuyos familiares les envío un cariñoso recuerdo.

¿Se utilizaron mascarillas que luego fueron retiradas por el Gobierno o por la Junta?

Las mascarillas suministradas por el Ministerio y por la Junta de Castilla y León que llegaron de China venían con el aval del gobierno chino. En la evaluación posterior en un instituto sevillano se vio, tras realizar test de filtración, que algún modelo de alguna mascarilla en concreto no cumplía con la normativa para ser llamada FFP2 o FFP3. Por ello desde el Servicio de Seguridad y Salud en el Trabajo se recomendó su retirada. En Salamanca en la primera ocasión no se había repartido ninguna del modelo retirado y en la segunda fue anecdótico el número de mascarillas. De todas formas, desde Prevención de Riesgos Laborales se tomaron las medidas oportunas de seguimiento de los profesionales. 

¿El miedo a no acudir al Hospital para no resultar contagiado ha hecho aflorar muchas enfermedades en los salmantinos en este tiempo?

Es cierto que ese motivo está haciendo aflorar enfermedades en las distintas especialidades y lo estamos viendo, con aumento de pacientes oncológicos, cardiológicos, de patología digestiva, etc. y son pacientes más evolucionados.

¿Va a ser imparable la lista de espera cuando todo se recupere?

Pues habrá que trabajar en ella. Partíamos de una lista de espera quirúrgica y de consultas considerable que, aunque no se han dejado de intervenir los pacientes más prioritarios en este tiempo en el Hospital Virgen de la Vega o en la Fundación Hospital General Santísima Trinidad, la lista de espera está ahí y hay que abordarla a partir de ahora. Vamos a ver si en breve podemos ya tener la actividad quirúrgica habitual. En cuanto a las consultas, si algo ha enseñado esta pandemia es que las consultas telefónicas y telemáticas tienen un gran futuro y ya se está trabajando con la Dirección de Atención Primaria para ampliar las interconsultas no presenciales en este mes de junio quizás ya a todos los servicios del Hospital.

¿Cuánto le queda al Nuevo Hospital para estar operativo?, ¿sabe si se ha retrasado mucho la obra por la pandemia?

Los grupos de trabajo del nuevo Hospital y su núcleo formado por la Dirección de Gestión, un subdirector médico y una subdirectora de enfermería han seguido trabajando en este tiempo para continuar con el plan de dotación. Es cierto que las obras del vial se ralentizaron, pero están a buen ritmo, con lo que esperamos que los plazos sean similares a los que barajábamos previamente, con la posibilidad de una apertura de algunas unidades en el último trimestre del año. Hay que destacar que durante la pandemia se realizó una obra que estaba prevista después y era la apertura de una pasarela cubierta de comunicación entre el Hospital Clínico y el nuevo Hospital Universitario de Salamanca para el traslado de material y de enfermos cuando se abra. Se adelantó dentro de la posible contingencia de haber tenido que colonizar una unidad de críticos del nuevo Hospital con un trabajo excepcional, de nuevo, del personal de mantenimiento y de informática.

¿Estaría preparado el Complejo Asistencial Universitario de Salamanca para un rebrote?

Los profesionales están muy cansados por el esfuerzo encomiable que han realizado en esta pandemia. Han demostrado que el personal sanitario tiene una vocación de servicio al prójimo innegable y que son de otra casta. Por ello, creo que actuarían del mismo modo y con la misma energía e ilusión si hubiera otro rebrote. Además, el CAUSA ha demostrado que estructuralmente está preparado y si el nuevo Hospital ya estuviera, sería aún más llevadero. De todas formas los planes de desescalada llevan incluidos la reescalada, por lo que todo ello lo tendremos previsto.

El personal sanitario ha vivido momentos muy difíciles, además de mucha carga de trabajo, sumado a ver fallecer a numerosos pacientes. ¿Ha hecho usted más de psicólogo y líder que de gestor o jefe?

El personal sanitario ha hecho un trabajo enorme y está cansado física y emocionalmente. Para el que no lo ha visto en el Hospital es difícil comprender estas situaciones. Por eso hay que escucharles y ponerse en su lugar. En todo momento, el equipo directivo ha intentado estar cerca de ellos y transmitirles personalmente nuestro agradecimiento y darles ánimos, tanto a los mandos intermedios como a cualquier profesional que estaba al pie del cañón trabajando. Ver todos los días la ilusión y motivación de los equipos multidisciplinares de las plantas, las unidades de críticos y urgencias, me llenaba de orgullo por tener los profesionales que tenemos en Salamanca. Y eso es lo que la gente espera de un líder, ponerse en su lugar y comprenderles. Pero al igual que los profesionales, el equipo directivo ha realizado un trabajo en equipo excepcional, que es nuestra identidad, y del que me siento orgulloso. Por ello los logros y aciertos, si los ha habido, son compartidos.

¿Fue fácil mantener la motivación de los equipos de trabajo? ¿Cómo se les levantó el ánimo en los momentos más duros?

No hizo falta motivarlos porque comprendieron desde el primer momento la magnitud de la pandemia y se organizaron adecuadamente para trabajar en equipo, dejándose la piel todos los días durante estos dos meses con cambio de turnos, pocos descansos y jornadas por encima de lo estipulado. En los equipos de críticos trabajaron codo con codo: intensivistas, anestesistas, cardiólogos y pediatras. En los equipos COVID de hospitalización 244 médicos de todas las especialidades liderados por el servicio de Medicina Interna. Y, en Urgencias, se cambiaron los circuitos de atención para dar la mejor cobertura a los pacientes. En definitiva, la motivación fue ese espíritu conjunto de Hospital.

¿Cree que muchos trabajadores del complejo asistencial de Salamanca van a requerir asistencia psicológica por lo vivido en este tiempo?

Sin duda el vivir situaciones tan difíciles y ver tan de cerca la muerte a diario ha causado mella psicológica en muchos profesionales. Por ello se ha desarrollado atención psicológica profesional a través del programa PASMICOR por el Servicio de Psiquiatría. 

 ¿Lo vivido servirá para actualizar los protocolos que se activen para las enfermedades contagiosas? ¿Tienen pensado hacer simulacros cada cierto tiempo?

Ha habido dos servicios con una gran carga de trabajo como Medicina Preventiva y Prevención de Riesgos Laborales, que han ido adaptando los protocolos según se modificaban las recomendaciones del Ministerio para pacientes y profesionales, respectivamente. Y, por supuesto, que ellos son claves para lo que viene después de la COVID-19 en cuanto a dictar normas de actuación en el Hospital para garantizar la seguridad de los pacientes y profesionales.

¿Ha servido la situación vivida para aprender algo que ayude a la población y a la gente que vela por su salud de cara al futuro?

Creo que la mayor enseñanza para todos de esta pandemia es el recordatorio de que tenemos una gran Sanidad Pública, con unos enormes profesionales de los que todos, y yo el primero, debemos estar orgullosos. 

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