En vísperas del Día Internacional del Perro Guía, que se celebra el próximo 30 de abril, Salamanca se erige como un ejemplo de inclusión y autonomía gracias a la labor de cinco leales perros guía de la ONCE. Estos compañeros inseparables se han convertido en los ojos de sus usuarios, personas ciegas de la ciudad, brindándoles la seguridad y la libertad necesarias para desenvolverse en su día a día.
En el conjunto de Castilla y León, son 45 los perros guía que cumplen esta esencial función, mientras que a nivel nacional, la cifra asciende a 904. Estos animales altamente entrenados no solo facilitan los desplazamientos, sino que también reclaman, junto a sus usuarios, un derecho fundamental: el acceso sin restricciones a todos los establecimientos de restauración, tales como bares, cafeterías, restaurantes y pastelerías. Bajo el lema ‘Perros Guía, sí’, exigen ser tratados en igualdad de condiciones que el resto de la ciudadanía.
Las leyes autonómicas ya reconocen el derecho de las personas usuarias de perro guía a acceder a lugares públicos o de uso público, incluyendo los establecimientos de restauración. Sin embargo, este aspecto aún resulta desconocido para una parte de la sociedad, lo que en ocasiones genera situaciones incómodas y limita la plena autonomía de las personas ciegas en su vida cotidiana.
A nivel nacional, se espera la aprobación de un nuevo Real Decreto que complementará la legislación autonómica y actualizará la normativa vigente desde 1983. Si bien la actual Ley de Bienestar Animal contempla la posibilidad de que un establecimiento prohíba expresamente la entrada de mascotas, el nuevo texto reforzará el derecho de acceso de los perros guía, incluso en presencia de dicha prohibición.
La Fundación ONCE del Perro Guía recuerda, además, que este acceso no puede suponer ningún coste adicional para el usuario ni estar limitado por un cupo debido a la presencia de otros animales de compañía. Asimismo, subraya el derecho de acceso a una amplia variedad de lugares, incluyendo transportes públicos (autobuses, taxis, VTC, metro, tren, barcos o aviones), espectáculos, centros de enseñanza, sanitarios o religiosos, supermercados y establecimientos turísticos. Las únicas excepciones a este derecho son las zonas de manipulación de alimentos, quirófanos o salas de curas, atracciones de feria o parques de atracciones, y el agua de piscinas no destinadas a perros.
Para dar mayor visibilidad a este Día Internacional, la ONCE ilustrará cinco millones de cupones con el lema ‘Perros guía, sí’, mostrando un dibujo de dos mujeres ciegas disfrutando de una conversación en una cafetería en compañía de sus fieles lazarillos.
Estos perros son perfectamente socializados gracias a la dedicación de familias educadoras durante su primer año de vida. Se caracterizan por su ausencia de agresividad, su gran disposición al trabajo y al agrado, y su notable capacidad de concentración en la tarea de guiar. Al mismo tiempo, disfrutan de sus merecidos tiempos de descanso y esparcimiento.
Además, están sujetos a requisitos de salud e higiene más rigurosos que los perros de compañía, incluyendo vacunación anual contra la rabia, desparasitación interna y externa periódica, y un certificado veterinario anual que garantiza la ausencia de enfermedades transmisibles a humanos.
Un perro guía es mucho más que una mascota; es un animal adiestrado específicamente para asistir a personas ciegas o con discapacidad visual grave en sus desplazamientos y acompañarlas en diversas situaciones cotidianas. Están entrenados para seguir las indicaciones de su usuario, reconocer y evitar obstáculos, señalar bordillos, escaleras y desniveles, buscar puertas y asientos libres, encontrar la mejor ruta en situaciones complejas e incluso desobedecer una orden si su ejecución pudiera poner en peligro la integridad física de ambos.
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