‘Pie plano’, una afección que afecta a la mitad de los escolares y que pocos padres conocen en Salamanca
Manuela Hernández, delegada en Salamanca del Colegio de Podología de Castilla y León, ha explicado cómo evitar ese tipo de problemas que acarrean graves consecuencias con el paso del tiempo
Son muchas las afecciones que pueden afectar a los más pequeños de la casa desde edades tempranas. Por este motivo y ante cualquier duda, siempre es bueno realizar las oportunas revisiones ante cualquier sospecha existente o anomalía que podamos ver en el transcurso normal del día a día.
Entre todas ellas, existe una que afecta a casi la mitad de los escolares en Salamanca y en territorio español, el ‘pie plano’, en el que los arcos de la zona interna de los pies se van aplanando cuando se ejerce cierta presión sobre ellos, orientándose hacia fuera la planta del pie y cayendo directamente al suelo.
Por causas naturales, el ‘pie plano’ debería darse en edades más avanzadas, pero diferentes factores están provocando que cada vez más niños, en etapas escolares, presenten esta afección que afecta sistemáticamente al correcto transcurso del día a día.
Eso sí, cabe destacar que es común que se llegue a dar en bebés y niños pequeños, ya que el pie no se ha desarrollado, lo que en un futuro puede llegar, o no, a causarte problemas.
Manuela Hernández, delegada del colegio de Podólogos en Salamanca, ha explicado cómo se puede llegar a evitar este tipo de problemas cuyas consecuencias son graves de cara al futuro y que pueden llegar a complicar el correcto transcurso del día a día. Antes de todo, cabe destacar que el estudio se ha realizado en la Universidad de Castilla-La Mancha, analizando niños y niñas de 6 a 12 años.
La delegada explica que “precisamente han hecho una investigación sobre qué factores de riesgo hay en los niños y por qué existe ese problema tan grande, nada más y nada menos que el 40 por ciento de los escolares, que tienen el pie pronado”.
Entre los estudios que se han realizado, destaca que entre todas las patologías que se han estudiado en los menores, se encuentra el ‘pie plano’, lo que provoca que el arco longitudinal esté descendido “creando serios problemas como una desalineación en la marcha y en la propia postura”.
El desarrollo óseo podría ser un factor genético clave a la hora de entender por qué ocurre esto
Ante el origen de esta afección, explica que “esto puede ser por un origen genético u hormonal, ya que es un problema que suele venir por los ligamentos”, todo esto porque estos tejidos fibrosos son estructuras blandas que sujetan los huesos y lo normal es que en estos casos “fueran cuerdas, pero cuando hay una hiperlaxitud es como si fueran gomas”.
Los géneros también podrían afectar en cierto modo a la hora de tener ‘pies planos’ “ocurriendo más en chicos que en chicas”, lo que indica que “la masa corporal puede llegar a contribuir, influyendo, pero no tanto. Eso sí, el desarrollo óseo podría ser un factor genético clave a la hora de entender por qué ocurre esto”.
Como es lógico, al recibir los pies el apoyo de todo el cuerpo, siendo base de nuestro sustento, cuando “no se distribuyen bien las cargas del peso y no son equilibradas, afecta a toda una cadena articular, yendo a la rodilla, de ahí a la cadera y de ahí a la columna”.
Prevención, clave en evitar el ‘pie plano’
La prevención, pues, se torna esencial para no caer en esta afección. Conocer cuales son los primeros síntomas que se dan para saber si nuestro hijo podría entrar en la posibilidad de ‘pie plano’ es clave para conocer el problema: “Los padres, cuando van a una consulta con los niños, siempre dicen que observan que meten las punteras para dentro, que juntan las rodillas o que los talones de los pequeños caen, ya que el pie pronado tiene más apoyo. En ese momento se hace el estudio de la pisada en un banco en marcha, y ahí ya nos sale el estudio en estática y en dinámica a través de unos sensores que van por colorimetría, con tecnología muy avanzada en la actualidad”.
El tratamiento se suele aplicar de manera inmediata, primero con ejercicios en casa y revisiones periódicas, en el caso de afecciones leves, o con plantillas hechas a medida con técnicas de aplicación donde se toman moldes de cargas adaptados al pie para realizar la corrección.
Todo se puede solucionar con el tiempo
Cuando comienzan a darse los primeros problemas, es el momento de tomar soluciones. La delegada en Salamanca del Colegio de Podología de Castilla y León ha expuesto que “todo se puede solucionar con el tiempo. Lo ideal para el niño es que los padres estén atentos a si se queja o que le duelen los pies… la edad ideal donde se nota la alteración es de 3 a 5 años aunque el estudio sea de 6 a 12 años”.
Esto en el caso de los niños, pero cuando eres adulto “hay veces que solamente hay que tratar y aliviar la patología y el dolor que les provoca. Un pie joven admite correcciones con una plantilla dura o rígida, pero en una persona mayor es más difícil, por lo que se trata el daño o el dolor únicamente”.
Como explica la delegada, en el caso de los ‘pies planos’ se intenta equilibrar la pisada para así corregir la parte interna. En el caso de que sea al contrario, se realiza una cuña externa. Eso sí, a diferencia de los niños, “una hipercorrección no la admitirán”.
La etapa escolar, la época en la que incrementar la atención
Las épocas en las que el cuerpo de agranda son aquellas en las que más atención hay que prestar en los niños y niñas. En ese momento, es cuando los padres tienen que estar pendientes ante los movimientos que hagan los pequeños de la casa.
Manuela Hernández destaca que “la etapa escolar, como es una etapa de crecimiento y es bastante rápida, la alteración de la arquitectura ósea y articular es mayor, por lo que hay también un trastorno de osificación. Al tener tanta elasticidad los tejidos, los niños no se quejan del dolor, por lo que hay que observar que no metan los pies para adentro, que no caigan los pies, que no junten las rodillas y que no separan los tobillos”.
Más vale que los padres estén sí o sí un poco más pendientes, para que en el día de mañana no tengan ningún problema. Al final por una revisión no pasa nada
Entre las sintomatologías que se dan son “andar de forma inestable, tendiendo a caerse”, lo que debería hacer que salten las primeras alarmas haciendo que se pida cita al podólogo: “No nos dedicamos a nada más que el pie, y siendo nuestro campo y nuestra labor, somos los más aptos capacitados para ver alteraciones y patologías que suelen pasar desapercibidas”.
De este modo, y con la aparatología existente, se puede llegar a tratar desde la raíz el problema y así evitar problemas como la escoliosis o las desviaciones de caderas. Ante esto, concluye que “más vale que los padres estén sí o sí un poco más pendientes, para que en el día de mañana no tengan ningún problema. Al final por una revisión no pasa nada”.
Por último, destaca que “hablamos de pie plano, pero hay que darle importancia a los dedos, ya que hay niños que nacen con los dedos desviados. Existen muchas más enfermedades y afecciones de las que hay que estar pendiente”. Por otro lado, Manuela destaca las técnicas que se utilizan en la actualidad para tratar todo tipo de anomalías corporales que se pueden corregir.
Consejos en la vestimenta
La ropa siempre será uno de los aspectos claves para evitar este tipo de problemas. En el calzado, la importancia sí que radica en el precio de los mismos, siendo normalmente las marcas verificadas, baratas o caras, las mejores a la hora de corregir esta afección.
La delegada explica que “a nivel de ropa, el pantalón vaquero da igual que sea de una marca conocida o que no, porque así pagas la marca, pero en el calzado siempre insisto que sea buen calzado. Al final las grandes marcas hacen diseños de calzado que hacen que el pie esté equilibrado”.
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