Poeta en Salamanca: La visita del joven estudiante Federico García Lorca a la ciudad en 1916

El 21 de octubre de 1916, el poeta de mayor influencia y popularidad de la literatura española del siglo XX visitó Salamanca en un viaje de estudios

 21 Lorca Universidad de Salamanca
21 Lorca Universidad de Salamanca

El día 21 de octubre de 1916, un jovencísimo Federico García Lorca visitó Salamanca por primera vez. Llegó en tren desde Medina del Campo con motivo de un viaje de estudios que le había llevado antes a las localidades de Ronda, Baeza, Úbeda, Ávila y, ese día de hace ciento dos años, a la capital charra.

El joven Lorca no viajó solo. Le acompañó su profesor en Granada, el salmantino Martín Domínguez Berrueta, —que fue el principal promotor del viaje— y otros cuatro compañeros de clase más. La prensa local se hizo eco de su viaje, debido a que se trataba de los cinco universitarios más destacados de la Universidad de Granada.

Así, El Adelanto, en su edición del lunes 23 de octubre de 1916 y bajo el título de Los estudiantes granadinos en Salamanca, narró los pasos que el poeta de mayor popularidad de la literatura española del pasado siglo siguió por las calles de la ciudad, dos años antes de que se trasladara a vivir a Madrid y su carrera despegase.

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"Llegaron el sábado a las nueve y cuarto, siendo recibidos en la estación por el vicerrector señor Esperabé, que les dio la bienvenida en nombre de la Universidad (...) Conocedores teóricos de la ciudad y con un experto guía, vieron con el detenimiento necesario la Casa de doña María la Brava, la de Santa Teresa, San Juan de Barbalos, el Hospital y la Facultad de Medicina (exteriormente), Irlandeses, San Francisco, la Cruz, las Úrsulas, la Casa de las Muertes, Monterrey, Agustinas, Casas de los Bandos, San Benito, Clerecía, Casa de las Conchas y Universidad. Por la tarde, las dos Catedrales, el Puente Romano y Santo Domingo. ¿Verdad que es aprovechar el tiempo?" contaba la noticia publicada en el desaparecido decano de la prensa salmantina.

Al día siguiente, los aplicados alumnos granadinos visitaron al rector Salvador Cuesta, que les obsequió, según la noticia, "con vinos, dulces y tabacos". 

Según la investigadora Laura Rivas Arranz, autora del blog sobre historia de Salamanca, de nombre Historias del cuarto de atrás, "Federico García Lorca se entusiasmó con lo que vió en Salamanca, a juzgar por el telegrama que envió a sus padres: Estoy en Salamanca extremadamente feliz. Esto es muy bello. Estoy visitando monumentos". Según el escritor Ian Gibson, estos viajes por distintas partes de España que el poeta granadino realizó junto al profesor Domínguez Berrueta fueron los que despertaron su vocación como escritor. De hecho, fruto de esto surgió su primer libro en prosa, Impresiones y paisajes, una antología de temas políticos e intereses estéticos que fue publicada en 1918.

Sin embargo, en aquel libro Lorca no se mostraba muy contento con el estado que presentaban en 1916 algunos edificios de Salamanca, quejándose de que históricos lugares de la ciudad estuvieran casi en ruinas, mientras se levantaban otros más modernos. "Recordemos la Salamanca ultrajada, con el palacio de Monterrey lleno de postes eléctricos, la casa de las Muertes con los balcones rotos, la casa de la Salina convertida en Diputación, y lo mismo en Zamora y en Granada y en León... ¡Esta monomanía caciquil de derribar las cosas viejas para levantar en su lugar monumentos dirigidos por Benlliure o Lampérez!... ¡Desgracia grande la de los españoles que caminamos sin corazón y sin conciencia!... Nuestra aurora de paz y amor no llegará mientras no respetemos la belleza y nos riamos de los que suspiran apasionadamente ante ella. ¡Desdichado y analfabeto país en que ser poeta es una irrisión!", dice por entonces el joven autor.

Una velada al piano

El martes 24 de octubre de 1916, el periódico volvía a hacerse eco del recorrido de García Lorca y sus compañeros de clase por la ciudad. En Los estudiantes granadinos en Salamanca. La velada de ayer tarde, el diario dio fe del acto que los estudiantes granadinos celebraron en la Universidad de Salamanca. En el evento, presidido por el rector, intervinieron todos los estudiantes y su profesor, y se encargó de cerrarlo el por entonces desconocido poeta granadino, que dio muestras de sus capacidades como músico y compositor. "Terminó la velada ejecutando el señor García Lorca, al piano, una composición granadina, que le acreditó de compositor y de ejecutante y que le valió muchos aplausos", contó a sus lectores.

Dieciséis años después, Lorca regresó, ya consagrado, a Salamanca. Fue el 31 de mayo de 1932, en el segundo año de la II República, en un acto organizado por el Comité de Cooperación Intelectual. El granadino ofreció una conferencia sobre la arquitectura del cante jondo que narró en la prensa un día después el periodista Rufino Aguirre Ibáñez. "Sale Lorca con un poco de miedo. Le vemos la guitarra bajo el brazo, como a los tocaores, y una sonrisa humilde que dice: ¡Perdonad!, me he retrasado. ¡Señoras y señores! (...) y saca unas cuartillas. Todas desiguales, grandes, chicas, con membrete, escritas en cualquier sitio, donde la inspiración —el duende— le pusiera en trance de escribirlas".

García Lorca Salamanca

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