La directora salmantina Isabel de Ocampo llevó a cabo hace días una curiosa iniciativa que este jueves relató en sus redes sociales. Ocampo, ganadora del premio Goya en 2009 al mejor cortometraje de ficción, decidió entregar su galardón a una vecina sanitaria que trabaja en el madrileño Hospital Ramón y Cajal. Quería que ella lo recibiera por el trabajo que está realizando y para que también se lo entregara a un amigo de Ocampo, que está ingresado porque padece la enfermedad.
"Un Goya es un objeto fetichista. Se ha convertirlo en un icono, en un símbolo de los sueños cumplidos. Todo el mundo quiere hacerse una foto con él. Porque significa que has logrado algo grande", cuenta la directora salmantina en su Twitter.
Después de que el premio llegase a su amigo, Isabel decidió que el Goya se quedara en el Hospital. "Así que, de vez en cuando, para distraerse entre tanto estrés, le entregan este objeto mágico que tiene la capacidad de subirle el ánimo muchísimo a quien lo recibe".
El premio Goya sirve ahora para homenajear a los enfermos de coronavirus y que así puedan distraerse durante un rato.
El otro día se me ocurrió una idea MUY LOCA y MUY DIVERTIDA. A ver si os animo el día. Resulta que mi vecina la sanitaria, la que no tenía radiografías en casa, ya superó el coronavirus y se reincorporó a su puesto de trabajo en el Ramón y Cajal donde yo tenía un amigo ingresado
— Isabel de Ocampo (@IsabeldeO) April 16, 2020
Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios