Preocupación entre los trabajadores de las residencias Colisée de Salamanca por su "alto riesgo crediticio"

Lugares como la situada en La Vega, Santa Marta, Guijuelo o Macotera miran atentos el devenir los hechos ante otra operación que mueve decenas de familias en Salamanca. Además, una de las agencias internacionales de calificación de crédito más prestigiosas ha realizado esta calificación situándola en el punto de mira

Cuando sale el nombre de uno de los lugares en los que trabajamos, inevitablemente uno puede llegar a pensar qué está ocurriendo o si afectará en cierta medida al futuro de la relación laboral entre los trabajadores y la empresa. En este caso, y como ha adelantado el medio EL CONFIDENCIAL, la gestora sueca EQT que gestiona lógicamente Colisée ha vuelto a ponerse a la venta en el sur de Europa, en una serie de operaciones que podrían afectar tanto a España, Portugal o Italia.

Hace unos días, se hacía pública la noticia de una multa de 30.000 euros y el malestar que sentían algunos trabajadores ante la falta de recursos o de material existente en los lugares que se gestionan en Salamanca, como fue el caso de Coliseé La Vega, en donde los empleados manifestaban a SALAMANCA24HORAS que en ciertas ocasiones se tardaba en reponer material, lo que repercutiría en la salud de los residentes.

La agencia Moody’s, a finales del mes de marzo, rebajaba la calificación de Colisée de B3 a Caa2, situandola en niveles de “muy alto riesgo crediticio”, por no haber abonado a sus inversores la cuantía económica correspondiente, lo que podría ser síntoma de “tensión financiera”.

Asimismo, trabajadores de estas residencias miran expectantes las operaciones del mercado ante el riesgo de perder puestos de trabajo de los que viven en la provincia de Salamanca decenas de personas, que dependen del sueldo de las residencias para dar de comer a todos los núcleos familiares.

Esta rebaja a Caa2, podría suponer que muchos inversores no quisieran entrar a comprar las diferentes residencias, por problemas de liquidez, además de tener que pagar intereses altos para poder conseguir la tan deseada financiación. Asimismo, cabe destacar que en el peor de los casos, sin nada confirmado, como es lógico, podría llegar a entrar en procesos de reestructuración, venta de activos o, como no, en concurso de acreedores.