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Proyecto Ranquines de Cáritas cumple dos años con los retos de los pisos de inserción y la extensión de su trabajo a zonas rurales

El Centro de día de Salud Mental para personas con trastorno mental grave y en situación de exclusión social del Proyecto Ranquines cumple este viernes dos años. Más allá de los datos se hace balance: logros y nuevos retos para el futuro

Centro de Día Ranquines

Si el primer año de Ranquines fue la confirmación de que unrecurso de estas características era efectivamente necesario en Salamanca; lascifras y el trabajo del segundo año nos hablan de la consolidación del Centrode día. En este segundo año, han sido 69 el total de personas que hemosacompañado.

En estos veinticuatro meses 103 personas han solicitadoatención en el Centro, procedentes un 19% de las administraciones públicas, un23% de las personas afectadas y un 58% de asociaciones privadas.

De esas 103 personas que solicitaron atención, hanparticipado en las diferentes actividades de nuestro Centro de día 94 de ellas;que se han distribuido así: 57 hombres y 37 mujeres; 77 españoles, 2 de paísescomunitarios y 15 de países extracomunitarios. Han participado personas entre18 y 74 años de edad, con una edad media de 48 años.

Los tipos de diagnóstico son varios: esquizofrenia u otrostrastornos psicóticos, trastornos del estado de ánimo, ansiedad, trastornos dela personalidad, patología dual, y también se ha acompañado a personas condiagnóstico de discapacidad intelectual o deterioro cognitivo, que no seríanpropiamente de nuestro ámbito, pero nos ha obligado la inexistencia de recursosadecuados para ellos.

De las personas atendidas, 49 de ellas estaba en situaciónsin hogar o exclusión social, y otras 17 en situación de vulnerabilidad por elaislamiento social; lo que alcanza el 70%. Además, otras 28 personas, noestando en situación de exclusión, han sido atendidas en el Centro de día.Hemos acompañado, también, a 13 familias.

Más allá de los datos, nos gustaría compartir variasreflexiones que estos dos años de trabajo y conocimiento de esta realidad noshan llevado a realizar, y que nos animan, nos preocupan y nos interpelanfuertemente. Es por ello que, tras dos años de acompañar a personas contrastorno mental en situación de exclusión social, presentan dos logros.

Logros del ProyectoRanquines

El Centro de día se ha configurado como un espacio deacogida y promoción, con un ambiente familiar, que ha logrado que al comienzode su segundo año estuviera lleno en sus 40 plazas, con lista de espera; y quesea un lugar de motivación, de continuidad, de estructuración de la vida para 14personas que llevan más de un año con nosotros; y con la flexibilidadsuficiente para acoger a los nuevos.

El acompañamiento cercano, los apoyos continuados y lacoordinación con las otras entidades que trabajan con estas personas, hareducido el número de ingresos en psiquiatría (de un 11% el primer año a un 8%en el segundo). Esto es, principalmente, una mejora en la calidad de vida delas personas, pero secundariamente un ahorro para la sanidad pública.

Dos problemas

El 48% de las mujeres atendidas en nuestro primer año y el35% en los dos años habían sufrido algún tipo de violencia. Nos ha sorprendidocomo en muchos casos esta violencia está en el origen del trastorno, aunqueéste se desarrolle y manifieste con el paso del tiempo. Otro descubrimiento,nada agradable, es el escaso número de recursos que hay para mujeres. Con laatención de los medios de comunicación a los casos de violencia de género, ycon la preocupación de la clase política por el tema, parece entenderse que seestán dedicando los recursos necesarios para las mujeres que sufren esaviolencia. ¿Es así? Nosotros no lo sabemos. Lo que sí alcanzamos a saber sondos cosas: Lo primero, que cuando la violencia está en el origen del trastorno,pero hace tiempo que ha sucedido y la amenaza para la mujer ha desaparecido,estas mujeres no tienen acceso a los recursos creados para víctimas. Losegundo, que al buscar cualquier otro recurso residencial para mujeres, encuanto se menciona el trastorno mental, todas las puertas se cierran. Muchosrecursos sociales tienen entre sus criterios de exclusión para acceder, eltrastorno mental. Lo que consideramos que es acoger el estigma social de saludmental en el seno de la intervención social, porque trastornos hay de muchostipos, y cada persona los vive de una determinada manera.

El 70% de las personas que hemos acompañado en nuestroCentro estos dos años estaba en situación de exclusión social o altavulnerabilidad. Es un hecho que la prevalencia de enfermedades mentales essignificativamente superior entre las personas en situación de exclusiónsocial. Nuestra experiencia nos ha enseñado que es muy difícil acompañar en larecuperación de la salud mental a una persona en situación de calle y sinhogar. Pero también, y por desgracia, hemos aprendido como los procesospersonales se bloquean, se paralizan e incluso retroceden cuando las personascon cierto nivel de recuperación no pueden acceder a una vivienda como ellasdesearían. En la ciudad de Salamanca el tema de la vivienda es problemáticopara mucha gente, pero las personas con enfermedad mental tienen que añadir elpeso del estigma social. Algunas de las personas que acompañamos, cuando van aver una habitación tras un diálogo telefónico, les ponen cualquier excusa parano alquilarles la habitación por su apariencia física; a otras, no por suapariencia, sino al enterarse de que cobran una pensión con 40 o 50 años lesniegan el alquiler. Al principio, inocentes, invitábamos a las personas ainformar de que estaban en un Centro de Cáritas, pensando que el hecho decontar con un equipo de profesionales y voluntarios sería cierta garantía paralos arrendadores, pero eso sí resultaba ser un verdadero estigma.

Retos

Para intentar dar respuesta a las situaciones que acabamosde denunciar, de la vulnerabilidad de algunas mujeres y de la falta de hogar,es un gran reto poder avanzar con las dos siguientes fases del ProyectoRanquines: pisos de inserción para favorecer la integración social, y lacreación de una mini-residencia para aquellas personas que no puedan vivir con laautonomía necesaria para gestionar un piso.

El Proyecto Ranquines desde el comienzo se concibió paratoda la provincia de Salamanca, con lo que la realidad social (la demografía ylos servicios) de nuestros pueblos nos interpela fuertemente; por lo que es unreto la extensión del trabajo de Ranquines a las zonas rurales.

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