Los pueblos de Salamanca vuelven a alzar la voz en la Plaza Mayor contra las plantas de biogás: “Esto no es progreso, es destrucción”
En esta segunda manifestación realizada en poco más de dos meses, se pretende lograr uno de los objetivos vitales de los vecinos de pueblos como Villamayor, Babilafuente, Machacón, San Pedro Rozados o Tornadizos, mejorar la calidad de vida de las personas que los habitan
Son muchos los pueblos de la provincia salmantina que llevan alzando la voz en contra de las plantas de biogás desde hace meses, incluso años. Unas protestas que han surgido por la preocupación existente de los vecinos por los efectos adversos que podría haber para la salud, además de afectar a la calidad de vida de los vecinos de pueblos como Villamayor, Babilafuente, Machacón, San Pedro Rozados o Tornadizos, que han protestado al unísono en la Plaza Mayor durante este domingo, 27 de julio.
Con esta segunda manifestación realizada de forma oficial en Salamanca, tras otras que ha habido a las puertas de la sede de la Junta de Castilla y León o Valladolid, los habitantes de la provincia charra lo tienen claro, “No a las plantas de biogás en nuestro pueblos”, además de recalcar la idea de querer dejar un futuro mejor a los más pequeños: “Por la salud de nuestros hijos, stop olores tóxicos”.
De este modo, se pretende parar las fábricas que se están construyendo o con proyectos futuros en la región charra, declarando en innumerables ocasiones, como la de este domingo, que la repercusión económica en los pueblos son mínimas debido a que, laboralmente, tampoco repercute positivamente en el municipio.
La Plataforma Tornadizos y su Entorno ha lanzado un mensaje tajante, alto y claro en el manifiesto leído durante este domingo y en el que no solamente se refiere a los problemas de salud que se pueden llegar a ocasionar: “El tránsito de camiones por nuestras carreteras ya que no están diseñadas para excesos de camiones. En el caso de Tornadizos, pasarán por el centro del pueblo de Aldeatejada y Vecinos, y sus habitantes tendrán que sufrir la circulación interminable de vehículos y malos olores, y un trasiego de residuos de hasta 200.000 toneladas al año”.
Asimismo, asistentes del lugar también han expuesto que no será la última vez que se manifiesten por este motivo, ya que se quiere tener, también, voz y voto en este aspecto y tener una mayor participación en esta toma de decisiones que afectaría a la propia salud de los afectados.
Basta ya, esto no es progreso, es destrucción
Por otro lado, y como en otras ocasiones, también han explicado la cercanía de estas plantas a los pueblos, en algunos casos a menos de cinco kilómetros, donde se han llegado, incluso, y en declaraciones dadas por los manifestantes, a “expropiar terrenos y no resolver problemas de contaminación de nitratos que además aumentan porque el nitrógeno se mantiene intacto”.
El mensaje final, además, deja unas palabras claves para entender la sensación que sienten todos estos vecinos, donde, al unísono, alzan la voz por y para el pueblo: “Basta ya, esto no es progreso, es destrucción”.
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