¿Pueden las residencias negar información COVID-19 a los familiares?

La Consejería de Familia invita a los usuarios a poner en conocimiento cualquier negativa de los centros a ofrecer datos sobre la evolución de la pandemia

Vacunación con la tercera dosis en la residencia San Juan de Sahagún de Salamanca
Vacunación con la tercera dosis en la residencia San Juan de Sahagún de Salamanca

Mucho se ha hablado este verano de los jóvenes y su complicada relación con las restricciones asociadas a la pandemia. El discurso dominante los ha señalado y puesto en el punto de mira en lo que a la expansión de la enfermedad se refiere. Las explicaciones a su comportamiento, siempre en términos generalistas e incluyendo a todos los jóvenes como un todo, han virado desde la resignación –“¿Y qué van a hacer?- hasta la indignación, pasando por la constante referencia a su tardía vacunación.

Mientras y tanto ha habido una parte de la población, la más golpeada por esta pandemia, que volvió a encontrarse mortalmente con el coronavirus. En esta quinta ola, que parece ya haber dado sus últimos coletazos, las residencias de ancianos han vuelto a verse involucradas en el maremágnum luctuoso de contagios, brotes y muertes.

Los mayores han sido el colectivo más perjudicado por llegada de la pandemia a nuestra vida. En cifras de contagio les superan varias franjas de edad en Salamanca, especialmente la de los veinteañeros y ciudadanos entre 50 y 59 años; sin embargo, en fallecimientos por COVID-19 en términos absolutos y relativos los charros por encima de los 60 y, sobre todo, 70 y 80 años se han llevado la práctica totalidad del golpe de esta crisis sanitaria (casi la mitad de los varones mayores de 80 años infectados por COVID-19 en Salamanca han muerto).

No es menos grave la situación social a la que se han enfrentado nuestros mayores, aislado en las residencias y hogares sin tener contacto con sus familiares por un posible contagio. Los más allegados se convirtieron en armas mortíferas de un día para otro, el miedo a contagiar al abuelo alejó a las familias. Igualmente, el ocio de los ancianos se ha reducido a la mínima expresión, manteniéndose el paseo como único pilar ante la ausencia de otros imperdibles: la partida, las fiestas en los pueblos, los viajes del Imserso…

Mortalidad COVID 19 en Salamanca. Imagen Junta de Castilla y León.
Mortalidad COVID 19 en Salamanca. Imagen Junta de Castilla y León.

El apagón informativo en las residencias de ancianos

Con todo y con esto, este último verano muchos mayores usuarios de residencias han vivido un nuevo confinamiento y sus familiares un apagón informativo por parte de algunas direcciones de centros que han malinterpretado la Ley de Protección de Datos. No son pocos los testimonios llegados a este diario de familiares de residentes que no han encontrado otra cosa que no sea el silencio cuando han llamado para conocer el estado de un brote en el centro donde se encuentra internado su padre o su madre.

Y es que con el regreso de los contagios a los centros residenciales también regresó el desconocimiento. Desde la Consejería de Familia se muestran tajantes: “Los familiares directos de los usuarios tienen el derecho a conocer no solo el estado en el que se encuentre su familiar -infectado, sano o en aislamiento-, sino que también pueden reclamar datos acerca del número de contagios totales entre los usuarios y los trabajadores del centro”.

De esta manera, la dirección del centro privado en cuestión debe dar respuesta en relación con datos totales, si bien es cierto que no se encuentran en la obligación de dar nombres de otros pacientes o trabajadores, como evidentemente sí protege la Ley de Protección de Datos.

Varios familiares de ancianos usuarios de una de las principales residencias de Salamanca se pusieron en contacto con este medio para denunciar que el pasado mes de agosto el centro no solo negaba la existencia de un brote, sino que además rechazaron en varias ocasiones confirmar que el servicio de cocina se encontraba aislado en sus domicilios ante un contagio entre el personal. Estos usuarios prefieren mantener el anonimato y no revelar su identidad por temor a que sus familiares, todavía internos en ese centro, sufran represalias mientras ultiman su traslado a otra residencia privada.

Dónde denunciar estos comportamientos de las residencias

Fuentes de la Consejería de Familia a las que ha tenido acceso este medio lamentan que estas situaciones pasen desapercibidas e insisten que cualquier familiar tiene derecho a conocer el estado sanitario en el que se encuentra el centro asistencial donde su padre o madre se encuentra interno.

En esta misma línea, Familia incide en que “cualquier familiar que se encuentre en esta situación se ponga en contacto con la Consejería, ya sea a través de cualquiera de los teléfonos disponibles para el público o a través del siguiente correo electrónico: consejerafam@jcyl.es”.

En dicho canal de comunicación, los usuarios afectados pueden dar cuenta de su situación y la Consejería apercibirá de inmediato a la residencia en cuestión para que ponga solución a ese apagón informativo que se ha extendido entre más de una residencia de la provincia de Salamanca.

En los primeros meses de la pandemia, la Junta informaba a los medios de comunicación acerca de los contagios que se producían en las residencias privadas de forma individualizada. Sin embargo, el departamento jurídico de la institución regional apercibió a los servicios de comunicación para que esta información dejara de fluir hacia la prensa. De esta misma manera, la mayoría de las residencias privadas no ofrecen información de número de contagios COVID-19 a los medios. Extremo al que no están obligadas por ley, pero sí deben facilitar esa información a los familiares de los residentes.

18 residentes infectados en los centros privados de Salamanca

De acuerdo con los datos facilitados por la Junta, Salamanca cuenta con 18 ancianos infectados por COVID-19 -según datos del pasado 21 de septiembre- en los centros asistenciales para mayores de carácter privado. Uno datos generales y que no se asocian a ninguna residencia con nombres y apellidos en particular.

Durante la crisis sanitaria las residencias privadas de Salamanca han contabilizado 627 muertos entre óbitos confirmados por COVID-19 (420) y fallecidos con síntomas compatibles con la enfermedad (207).

Las residencias de la Junta, tres en toda la provincia, han registrado 8 muertos relacionados con el coronavirus desde marzo de 2020.

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