Respirar por la boca, en lugar de hacerlo por la nariz nos puede costar más de un disgusto, ya que al respirar por la boca muchos mecanismos defensivos para nuestro organismo dejan de funcionar, ya que ese aire entra directamente sin pasar por las vías nasales, inspirando un aire más contaminado.
Respirar por la boca también produce más sequedad, aumenta el riesgo de padecer caries e inflamación de las encías, de tener los labios secos, aumentar los ronquidos mientras dormimos y descansar mucho menos por las noches. Pequeños problemas que puedan irse agravando con el tiempo.
Actualmente estos problemas se están agravando por el uso de la mascarilla que provoca que mucha gente respire por la boca, en lugar de hacerlo por la nariz. Por ello se hace necesario prestar atención a los consejos que recomiendan los expertos con el fin de evitar respirar por la boca.
Si respirar por la boca ya se ha vuelto una costumbre es importante acudir al médico para que nos detecten el problema. Si por el contrario es algo rutinario se pueden hacer ejercicios que ayuden a ir dejando esta manía de lado, por ejemplo poner una lenteja o una alubia en el labio y mantenerla durante un rato sujeta, así conseguiremos volver a reconducir nuestra respiración por la nariz en lugar de la boca.
Como la mascarilla ahora no ayuda mucho a corregir esto, se recomienda a aquellos que padezcan este problema el bajarse durante cortos periodos de tiempo la mascarilla con el fin de respirar así por la nariz. Si el problema se extiende a largo plazo se convertirá en el síndrome de respiración bucal, y será oportuno tratarlo.
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