La ruta que siguen los pacientes oncológicos en el Hospital de Día en Salamanca: “El paciente gana en calidad de vida”

Gracias al Hospital de Día los pacientes oncológicos pueden recibir atención por un equipo multidisciplinar sin necesidad de quedar ingresados en el hospital. Así, se permite que puedan tener la consulta de Oncología o Hematología, la de Enfermería, la extracción de la analítica y el tratamiento en un mismo día para ganar en calidad de vida

 Personal del Hospital de día (1)
Personal del Hospital de día (1)

Uno de los proyectos del Hospital de Salamanca es la humanización del centro para dar una mejor atención a los pacientes. En este sentido, el Hospital de Día para los pacientes oncológicos y hematológicos ha vivido una gran ampliación en los últimos años, integrando cada vez más servicios hasta lo que es hoy: un equipo multidisciplinar que incluye las consultas de Hematología y Oncología, la consulta de Enfermería, la sala de extracción y tratamientos, Farmacia y el laboratorio de análisis clínicos.

Allí los pacientes ambulatorios reciben los tratamientos sin necesidad de estar ingresados, de manera semana, quincenal o cada 21 días. De esta manera, mientras antes tenían que ser ingresados durante varios días, ahora pueden ir, ponerse el tratamiento e irse para casa, facilitando así que lleven una vida más normalizada.

La supervisora, María del Tránsito Carretero (Transi), nos acompaña en un recorrido para conocer toda la unidad y las personas que la integran. Ella lleva ya 15 años trabajando allí y destaca el trabajo de cada persona: “Nos coordinamos con mucha gente, todo el mundo es importante en este trabajo”.

Para los pacientes que llegan de la provincia este recorrido empieza por la ambulancia, que les deja por la puerta del hospital que va a dar al río. Allí los celadores son los encargados de recepcionarles y de llevar a los que vayan en silla de ruedas a la unidad correspondiente. Carmen es una de las celadoras: “Yo estoy encantada. El servicio y los compañeros son estupendos y los pacientes muy buenos, muy buena gente”.

Desde allí los pacientes deben ir a la Recepción, donde les atiende Rosa. Ella es la primera persona que filtra todo, debe saber las condiciones en las que llegan los pacientes y sus necesidades: “Aquí recibimos a los pacientes y después tenemos que comunicarnos con la mensajería con médicos y enfermeras. Es fácil y complicado a la vez: la recepción es muy fácil, pero cada paciente viene con sus problemas particulares que hay que saber resolver, porque si no da problemas en enfermería y en consulta”.

Antes de pasar a consulta, los pacientes deben pasar primero por la Sala de Espera del Hospital de Día hasta que llega su turno. Allí cuentan con una pequeña biblioteca con libros, periódicos, revistas y televisiones para que se distraigan, ya que a veces el tiempo de espera puede ser largo.

Allí nos encontramos con José Sánchez, que va, como cada semana, a recibir su tratamiento de quimioterapia para el cáncer de pulmón. Cuenta que está muy satisfecho con la atención en el Hospital de Día, sin embargo, sus quejas vienen por otro lado: vive en Béjar, por lo que cada día que debe ir al hospital tiene que levantarse a las 5 de la mañana para que le recoja la ambulancia, a pesar de que hasta las 11 no tenga la consulta, como es este caso. Así cuando ha terminado todo el proceso, pasan en torno a las 10-12 horas hasta que puede volver a casa, a pesar de estar a solo 70 kilómetros de distancia.

El trato con los pacientes es, de hecho, muy cercano para las enfermeras del Hospital de Día, hasta el punto de generar vínculo y preguntar por su familia y su vida personal: “Para ellos es más familiar, les ayudamos en todo lo que podemos”, cuenta Transi. Y a pesar de que, como en todo, también hay días malos, el personal muestra su mejor cara a pesar de la masificación de pacientes para hacerles más agradable el tratamiento.

Llega el momento de la extracción analítica. En esta área se intenta priorizar que los pacientes rurales, gente mayor que llegan en ambulancia, como en el caso de José, puedan hacer todo en el mismo día. Por eso a ellos se les hace la analítica a primera hora, ya que dependen de la ambulancia para volver a su casa. “Atendemos entre 70-80 pacientes diarios con tratamiento, más las analíticas. Por eso intentamos priorizar, y aunque tenemos una sala de espera preciosa, intentamos usarla lo menos posible, porque las esperas son desesperantes”, detalla la supervisora.

Personal del Hospital de día (3)

Por esto, el servicio procura que la gente de Salamanca capital se haga las analíticas de 19 a 22 horas, la tarde anterior a la consulta. De esta manera también se da margen de tiempo al personal de laboratorios para que las haga por la noche. Así, a las 10 de la mañana cuando empiezan las consultas, ya está todo listo para que los especialistas puedan ver a los pacientes.

En la Sala de Espera de consultas están Ana Belén, Charo y Mari Ángeles, las Tcae responsables de atender a los pacientes. Son las primeras personas a las que se dirigen, haciendo de intermediario entre los pacientes y el médico. “Son las primeras personas que detectan esos problemas y los evalúan si es cuestión médica o enfermería. Si tienen cualquier tipo de problema, las primeras personas a las que se lo van a decir van a ser ellas”, explica Transi.

Ellas mismas cuentan que “intentamos que sea un trato lo más cercano posible. Si salen llorando de la consulta –tanto por una buena como una mala noticia-, intentamos estar ahí”. Y aunque no les dedican todo el tiempo que les gustaría, porque se trata de un trabajo muy rápido, “cuando ves un paciente que te necesita, con un abrazo muchas veces ya le decimos mucho. Intentamos solucionarles los problemas, no solamente los problemas de la consulta”.

Personal de citaciones de oncología (4)

Desde aquí los pacientes son llamados a una de las consultas de Oncología o Hematología. Se trata de un área que ha crecido considerablemente en los últimos años, tal y como explica Transi, ya que en apenas 15 años Oncología ha pasado de tener cinco consultas a las 11 actuales y Hematología de 3 o 4 a diez. Allí los médicos atienden a algunas personas antes de la reunión diaria, precisamente para hacerles esperar lo menos posible y que puedan seguir con su vida cotidiana.

Antes de recibir el tratamiento, el primer día los pacientes pasan por la Consulta de Enfermería, una pequeña sala en la que alguien del equipo que va rotando cada semana les explica los efectos secundarios del tratamiento, cómo trabajan allí y cómo seguir el ciclo. Es una manera, tal y como explica Transi, de quitar el miedo a los pacientes que vienen asustados porque les han detectado un cáncer.

En este punto también es imprescindible la labor del servicio de Farmacia, que se encarga de validar los tratamientos personalizados y de dar los medicamentos a las enfermeras. Allí una persona prepara en una pequeña sala los medicamentos y los pasa a la sala contigua mediante un sistema de seguridad. Se trata de un compartimento con un cristal en el que solo meten las manos para evitar salpicaduras, vapores o fluidos de la quimioterapia.

Ya con todo preparado, llega el momento de ir a la Sala de Tratamiento, una sala con decoración colorida y butacas para procurar que los pacientes reciban la quimioterapia en un ambiente agradable y, ya sí, darle la batalla al cáncer.

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