Salamanca está al límite, al borde de superar las 500 PCR positivas por cada 100.000 habitantes que marca la frontera entre quedarse en casa o salir a la calle. Pero, ¿qué ha ocurrido en los últimos días?
Contemplando el pasado Puente del Pilar como los cuatro días comprendidos entre el viernes 9 de octubre y el lunes 12, la festividad se saldó en la provincia con 488 nuevos casos de coronavirus registrados en la estadística de la Junta de Castilla y León y 8 fallecidos, cifras muy altas que dan muestras del nefasto momento que Salamanca vive con respecto a la pandemia.
Sin embargo, en la víspera del Puente, el dato de nuevos contagios había sido incluso más alto, con 207 positivos notificados de jueves a viernes y un fallecido más.
Este martes también se han cerrado siete aulas en colegios y se ha declarado un brote en la séptima planta del Clínico, que afecta a 18 personas: 7 son pacientes, 3 son acompañantes y otros 8 son profesionales del Complejo Asistencial.
Además de los malos datos diarios de nuevos contagios y fallecidos, las Fuerzas del Orden en la capital están teniendo que lidiar con botellones, fiestas en pisos y con un gran número de personas que son sancionadas por no llevar puesta la mascarilla.
También este martes se conocía que la provincia de Salamanca se encuentra a la cabeza de la Comunidad en cuanto al número de denuncias registradas por el mal uso de la mascarilla en la última semana. En concreto, la Policía Nacional ha impuesto 68 denuncias y, la Guardia Civil, 38. En total, 106 sanciones.
Por su parte, la Policía Local se ha tenido que emplear a fondo durante las noches del Puente del Pilar. En la noche del viernes fueron 86 las denuncias por no llevar mascarilla. La noche del sábado fueron 77 y la del domingo 49.
Además, tuvieron que intervenir en más de una treinta de oportunidades por fiestas en domicilios.
Y con estas, la Universidad de Salamanca ha notificado la expulsión de 75 estudiantes por organizar una barra libre sustitutiva de unas novatadas. En estos momentos, las clases presenciales en el Estudio salmantino penden de un hilo.
El mal comportamiento, en pandemia, se paga. ¿Pagará Salamanca con un nuevo confinamiento?