De Salamanca a Londres en busca de una mejoría laboral y del amor

Daniel Llorente decidió dejar España hace nueve meses con el objetivo de mejorar el inglés, tomarse un respiro laboral y crecer en este ámbito y poder estar más cerca de su novia. A pesar de que quiere volver, su futuro inmediato sigue en la capital del Támesis

 Porelmundo1
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Dejar Salamanca y principalmente España nunca es fácil. La frontera marca una línea no tan imaginaria difícil de traspasar pero que cada vez más salmantinos lo hacen. Es el ejemplo de los protagonistas de 'Salmantinos por el mundo' que en esta ocasión nos lleva a Londres con Daniel Llorente. 

Este salmantino, que afronta los 29 años en 2018, es de los 'nuevos' emigrantes. Apenas lleva nueve meses en la capital de Inglaterra trabajando en una startup como autónomo en un "cambio de aires" necesario después de salir de Salamanca tras la carrera con dirección a Madrid. 

En la capital charra estudió Informática para después realizar un Máster en Aplicaciones Móviles que le sirvió para completar su formación y dar el salto al mundo laboral. Primero como desarrollador para después dar el salto a la gestión de proyectos. Tras alguno cancelado, finalmente recayó en BBVA, donde trabajó como manager para la aplicación de tablet y asesoró en fondos de inversión durante tres años, hasta que creyó que su futuro, al menos el cercano, se encontraba en otro lugar con otras cosas. 

De esta manera, pidió una excedencia en base a tres objetivos. Por un lugar, le apetecía probar una nueva ciudad en el extranjero donde mejorar el inglés y que este no fuera un impedimento para el futuro, por otro quería volver a programar y mejorar en todos los aspectos, y por último, y quizás la más importante, allí se encontraba su pareja, de la que llevaba año y medio a distancia.

Con este claro apoyo decidió dar ese salto conociendo que también dejaba atrás muchas cosas que, eso sí, pretende recuperar. Y es que Londres, como cuenta, es una "ciudad vibrante pero hostil". Laboralmente sí anima a probarla ya que es sencillo, si se es bueno, el promocionar y que te reconozcan las buenas acciones pero "si no te adaptas, es complicado porque es una ciudad donde mucha gente viene y va".

Obviamente, el tener a su pareja le ayudó a esta adaptación hasta el punto de que afirma que se quedará en Londres un tiempo más, siempre también con el objetivo de mejorar el inglés y también por el hecho de la libertad con la que cuenta laboralmente ahora que es autónomo, sin la necesidad de cumplir unos horarios a pesar de que ese momento no sea el mejor. 

Así, la startup en la que se encuentra ahora intenta desarrollar una nueva aplicación, Meep, donde intentan competir, entre otros, con Google Maps. "Estamos arrancando. Es una aplicación de navegación. Intentamos hacernos un hueco dentro de los 7.000 aplicaciones. Es un reto bastante interesante".

Con ese reto lucha, pero también, la flexibilidad horaria de poder trabajar durante dos semanas sin descanso para después poder descansar cuatro días, le ha permitido poder conocer otros lugares como Riga, Berlín, alguna isla en Escocia o, incluso, también España donde, dice, pretende volver debido, entre otras cosas, a la calidad de vida, aunque "no de sueldo" y a los amigos. Eso sí, antes de ello, todavía se guarda un as debajo de la manga. "Me gustaría hacerme un viaje de tres meses al finalizar mi excedencia por el sudeste asiático o Sudamérica".


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