Salamanca tiene la peor calidad del aire de todas las capitales de provincia de Castilla y León

Así lo asegura Ecologistas en Acción, que también denuncia que las estaciones oficiales no reflejan la contaminación atmosférica real de las ciudades. De hecho, en la capital charra está en el lugar donde valores más bajos ofrece

Foto de tráfico en el paseo de Canalejas
Foto de tráfico en el paseo de Canalejas

La calidad del aire de la ciudad de Salamanca siempre ha sido motivo de disputa entre los diferentes gobiernos (tanto municipales como regionales) y las organizaciones ecologistas, ya que estas últimas siempre han asegurado que las mediciones oficiales ofrecidas no se correspondían con la realidad.

De hecho, varias de estas organizaciones han mantenido que la calidad del aire de Salamanca, si bien no llega a umbrales como los de las grandes ciudades (como, por ejemplo, Madrid o Barcelona), dista mucho que desear. Una denuncia que realizan con la salud de fondo, ya que muchas de las enfermedades respiratorias, especialmente las crónicas, pueden verse agravadas según la contaminación existente. Enfermedades que se van a multiplicar en los próximos años como consecuencia del COVID-19.

Para reflejar que su tesis es más que válida, la organización Ecologistas en Acción ha decidido instalar, durante el pasado mes de noviembre (concretamente, entre el 3 y el 23 de ese mes), 25 medidores de la calidad del aire en diferentes puntos de la ciudad de Salamanca, que van desde las calles con más tráfico de la ciudad hasta las áreas peatonales sin apenas circulación de vehículos.

Y los resultados contrastan frontalmente con los valores oficiales, ya que Salamanca tiene el peor registro de toda Castilla y León, chocando así con la “excelencia que publicita la Junta de Castilla y León”, aseguran desde Ecologistas en Acción.

En concreto, es en el paseo de Canalejas donde se ha obtenido el nivel más alto de contaminación de toda la Comunidad, con un valor de 69 µg/m³ (microgramos por metro cúbico), más que doblando el valor reflejado por el medidor colocado en la estación oficial, con 27 µg/m³, situada en la calle La Bañeza.

El medidor situado en junto al oficial fue el que menos contaminación registró

Los aparatos, que fueron adquiridos a un laboratorio acreditado de Cataluña, se situaron en puntos estratégicos elegidos en función del mapa de ruido de cada ciudad. Según explica Ecologistas en Acción, se buscaron los puntos “más ruidosos y congestionados”. Asimismo, se ubicó un medidor en la calle La Bañeza, ya que es donde está la estación oficial de la Junta de Castilla y León.

Tabla elaborada por Ecologistas en Acción con los lugares de medición y con los valores registrados
Tabla elaborada por Ecologistas en Acción con los lugares de medición y con los valores registrados

De hecho, la organización señala la primera polémica, y es que ese medidor fue reubicado en 2007 por parte de la Junta. Anteriormente estaba situado en el paseo de Carmelitas (o avenida de Alemania), y los datos de dióxido de nitrógeno “superaban el límite constantemente”. Por ello, Ecologistas en Acción cree que en la ciudad charra se siguió la misma estrategia que en toda la Comunidad de resituar los medidores en zonas con menos tráfico.

De hecho, y en este sentido, la organización ambiental recuerda que el primer criterio legal de ubicación de las estaciones de medición es implantarlas en “las áreas situadas dentro de las zonas y aglomeraciones que registren las concentraciones más altas a las que la población puede llegar a verse expuesta”. Regla que a la vista de los resultados de la campaña de medición de Ecologistas en Acción estaría siendo incumplida por la Junta de Castilla y León (y el Ayuntamiento de Valladolid que tiene las competencias en esta ciudad).

Por otra parte, el contaminante analizado ha sido el dióxido de nitrógeno (NO2), emitido por el tráfico urbano (sobre todo por los vehículos diésel), gas tóxico que en el cambio de siglo registraba en las ciudades de Castilla y León niveles muy elevados, por encima de los límites legales entonces vigentes.

Con los datos obtenidos (y reflejados en la anterior tabla), Ecologistas en Acción ha podido comprobar que la situación real de la contaminación atmosférica en las ciudades de Castilla y León es muy diferente de la expone la Junta. Las estaciones oficiales orientadas al tráfico registran de promedio la mitad del NO2 que en las calles con más circulación de automóviles, en cada ciudad.

En el caso de Salamanca, el medidor ubicado junto a la estación oficial en la calle La Bañeza, ha sido el que ha registrado menos contaminación de los 25 instalados. En la estación instalada en la avenida de la Aldehuela, dentro del complejo deportivo, no se instaló medidor pues es obvio que esta estación oficial no iba a aportar datos significativos. En el resto de ciudades analizadas las estaciones oficiales están entre la mitad de los emplazamientos con menos NO2.

El informe completo se puede consultar aquí y al final de la noticia.

Más de la mitad de los medidores instalados en Salamanca han superado en noviembre de 2020 el valor límite anual de NO2

Así, 14 de los 25 medidores instalados en Salamanca han superado en noviembre de 2020 el valor límite anual de NO2, situándose en ese periodo como la ciudad con más contaminación de Castilla y León. En la avenida de Mirat se han alcanzado 60 µg/m3, 53 µg/m3 en la avenida de los Maristas y en el paseo de Carmelitas (donde hasta 2006 estuvo instalada una estación oficial, recuerdan) y 52 µg/m3 en el paseo de Torres Villarroel y en la calle Peña de Francia, como consecuencia de su intenso tráfico.

Además, la quinta parte de los medidores analizados han superado durante el mes de noviembre el valor límite anual de NO2, establecido por la normativa en 40 microgramos por metro cúbico (µg/m3), pese a las elevadas precipitaciones de la primera quincena del mes y a la menor movilidad por la crisis de la COVID-19. Como insiste la organización, el nivel más alto de contaminación de toda la Comunidad se ha detectado en el paseo de Canalejas de Salamanca, con 69 µg/m3, frente a los 27 µg/m3 del medidor de la estación oficial.

Se da la circunstancia de que en parte de los emplazamientos con más contaminación se localizan centros sensibles como colegios, institutos, centros de salud u hospitales, colindantes con vías de alta circulación de vehículos, lo que abunda en la necesidad de medir mejor la calidad del aire que respiramos. En cambio, los cascos históricos y las calles peatonalizadas son las que registran los niveles más bajos de NO2, lo que demuestra que el tráfico es el principal responsable de la polución urbana.

Por todo ello, la organización ambiental pide al Ayuntamiento de Salamanca y a la Junta de Castilla y León que aumenten el número de estaciones de tráfico y las ubiquen en lugares “adecuados” para reflejar el problema real.

De hecho, Ecologistas en Acción va a trasladar los resultados de su campaña de medición a la Junta de Castilla y León y a los ayuntamientos de las ciudades analizadas, solicitando que se revise la ubicación de las estaciones oficiales para que reflejen más fielmente la contaminación atmosférica urbana, así como que se adopten medidas decididas de restricción de la circulación motorizada en las ciudades y un reparto del espacio público más favorable para viandantes, ciclistas y transporte público.

El dióxido de nitrógeno (NO2) provoca cada año en España alrededor de 7.000 muertes prematuras, según el Instituto de Salud Carlos III y la Agencia Europea de Medio Ambiente, 500 de ellas en las ciudades de Castilla y León. Es un gas irritante que agrava las enfermedades respiratorias y merma la resistencia a las infecciones, agravando la mortalidad de enfermedades como la COVID-19.

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