Según los expertos, poner la decoración navideña pronto te hace más feliz

La mera acción de colocar los adornos navideños, al igual que mirarlos, aumenta la dopamina, la hormona de la felicidad

 Navidad
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No ha empezado siquiera diciembre pero ya estamos prácticamente todos en modo Navidad, más aún con la cantidad de películas navideñas en ciernes, de las salas de cine a nuestra parrilla de Netflix.

Si sigues la tradición cristiana, lo suyo sería esperarse al 24 de diciembre para poner el belén y el árbol. Otras costumbres arrancan en cuanto pasa Acción de Gracias o después del día de San Nicolás, en el caso de los países nórdicos. Aun así, lo cierto es que mucha gente cambia directamente el chip después de Halloween… y los expertos lo apoyan. Desde la revista Vogue por qué somos más felices cuando ponemos pronto los adornos de Navidad.

"Con esta vida tan llena de estrés y ansiedad, a la gente le gusta relacionarse con cosas que les hagan felices, y los adornos navideños evocan esas fuertes emociones de la infancia", explica el psicoanalista Steve McKeown, creador del programa MindFixers y dueño de The McKeown Clinic en la web Unilad.

"Aunque podríamos señalar toda una serie de síntomas por los que alguien querría empeñarse en poner los adornos pronto, lo más común es que le mueva la nostalgia, ya sea para revivir la magia de entonces o para compensar carencias del pasado", continúa. "Los adornos son simplemente un ancla o un camino hacia esa antigua ilusión tan mágica de la infancia. De modo que si lo adornas todo pronto, ¡alargas la ilusión!”.

Amy Morin, psicoterapeuta y autora de 13 Things Mentally Strong People Don't Do, confirma la nostalgia como motor: "Cuando estás colocando los adornos, estás pensando en tiempos más felices, momentos con la familia y los amigos y tradiciones familiares en las que te implicabas mucho", expone. "Para algunas personas es un sentimiento agridulce cuando esos familiares ya no están aquí, pero sigue siendo una forma de conectar con todo ello. Ayuda a construir una sensación de comunidad y pertenencia, y todas esas cosas se asocian también con la felicidad".

La mera acción de colocar los adornos navideños, al igual que mirarlos, aumenta la dopamina, la hormona de la felicidad. Porque, según explica la psicóloga Deborah Serani, la decoración navideña puede llegar efectivamente a influir en las hormonas corporales: "Genera un cambio neurológico que puede producir felicidad, así que la decoración navideña aumenta en realidad la dopamina, la hormona que te hace sentirte bien".

Finalmente, el Journal of Environmental Psychology señala que estos adornos son "una forma de mostrarse más accesible a tus vecinos". Un estudio demostró que las personas que viven junto a casas decoradas perciben estos adornos como un signo de "amistad y cohesión" en comparación con otras casas no decoradas.

Así que ya estamos tardando en poner el árbol, las luces, las coronas y las velas para empaparnos, durante cuatro largas semanas, del bonito y brillante espíritu navideño.

En cuanto a cuándo quitar los adornos, la tradición dicta que esperemos hasta la Epifanía del 6 de enero, 12 días después de Navidad. Eso sí, por el momento, no hay estudio que arroje nada al respecto. 

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