"Han sido días muy duros en Salamanca, pero ni cámaras ni crematorios han colapsado"

De realizar 10-15 servicios en fechas puntuales con picos de muertes, con la crisis del coronavirus se ha llegado hasta los 80 diarios 

 Despedida cementerio Salamanca coronavirus (15)
Despedida cementerio Salamanca coronavirus (15)

“Somos el último eslabón de esta crisis sanitaria y somos personal de alto riesgo”. Así de contundente lo asegura Alberto Blanco, presidente de la Asociación de Empresarios Salmantinos de Funerarias, Aesfu, que destaca el gran trabajo realizado por un colectivo de trabajadores que, en Salamanca, ronda los 80 entre funerarios, administrativos, personal de limpieza y de tanatorios.

Con el pico de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus ya superado, el presidente de esta asociación que agrupa las grandes empresas funerarias de Salamanca, aliviado, afirma que han pasado por momentos “muy malos”, especialmente en la última quincena de marzo y comienzos de abril, por lo que tuvieron que reforzar personal para poder atender todos los servicios.

Alberto Blanco asegura que lo más duro del trabajo en estas últimas semanas ha sido no dedicar el suficiente tiempo a las familias de los fallecidos. “Estábamos atendiendo a un familiar y nos llamaban para ir a buscar a tres fallecidos en una residencia en un momento”, lamenta el presidente de Aesfu.

De realizar 10 servicios diarios…a 80 los peores días de pandemia

Alberto Blanco aporta cifras que dan idea de la tragedia provocada por el coronavirus. Mientras en fechas de picos de mortalidad en Salamanca, entre noviembre y enero, se realizaban diariamente unos 10-15 servicios, con la crisis del COVID-19, ese dato ha alcanzado en los peores días entre 60 y 80 fallecimientos en la ciudad que, sumados a los de la provincia, “alcanzaron hasta 150 los peores días”.

En estos momentos, explica, se encuentra en una situación similar a la que se produce con el habitual repunte de servicios, con las primeras heladas o el inicio del calor, “nada que ver con lo que ha habido semanas atrás”. A pesar del elevado número de muertes, el también director de la funeraria Albia explica que ni cámaras ni hornos incineradores se colapsaron en Salamanca, como sí ocurrió en Madrid. “En ningún momento se prohibieron los enterramientos, fue un bulo que se transmitió, y eso también tuvo que ver en el colapso de los crematorios madrileños”, explica.

Blanco reconoce que los trabajadores de los servicios funerarios han pasado días y situaciones “muy malos”. Asegurando que este sector “es el último eslabón” incide en la labor de todos los compañeros en los peores momentos. “Lo han dado todo, y nosotros también tenemos familia”.

Sin embargo, conocedor de la situación que se ha vivido en Madrid y en provincias manchegas, manifiesta que Castilla y León es la comunidad “que mejor lo ha hecho” durante la gestión de la crisis. Y añade que la supresión de las 24 horas de espera para despedir a un fallecido ha sido una de las medidas más acertadas, a pesar del dolor que implica para las familias.

 “Para los servicios funerarios y para las familias fue una medida positiva porque se acortaron todos los tiempos”, decisión, reconoce el presidente de las empresas funerarias, que contribuyó a no colapsar ni las cámaras, ni los hornos crematorios. “De lo contrario, se tendría que haber habilitado una gran morgue como ha ocurrido en Madrid”. Sin embargo, sí reconoce que, con la pandemia, han aumentado de manera notable las incineraciones en Salamanca.

“Somos personal de alto riesgo y así se tiene que tener en cuenta"

Una de las quejas de los trabajadores durante esta crisis es que, pese a estar en contacto diario con fallecidos por coronavirus y familias contagiadas, no se ha realizado  ningún test, como denuncia uno de los empleados de funeraria.  A pesar de ser personal sanitario a raíz de la pandemia por coronavirus, este trabajador indica que el material de protección con el que han acudido a domicilios y cementerios ha sido facilitado por las propias empresas funerarias.

Así lo corrobora el presidente de Aesfu, añadiendo que también la Consejería les ha proporcionado EPIs a los trabajadores. “Somos personal de alto riesgo y así se tiene que tener en cuenta”, reivindica el presidente de Aesfu, que resalta el trabajo que han realizado en esta crisis. “Somos empresas privadas, sí, pero si nos hubiéramos negado hubiera sido peor”.

En este sentido, a preguntas de SALAMANCA24HORAS, la consejera de Sanidad, Verónica Casado, ha explicado que los equipos de protección individual han sido suministrados por las empresas a los trabajadores funerarios, así como el material sanitario –mascarillas, guantes, hidroalcohol…-, aunque admite las dificultades en el suministro.

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